Como se diría en buen cubano, hace tiempo ya “ que me la tienen pelada” con el caso de este periodista, que lleva más de 20 años viviendo en Cuba; tiene hijos, mujer, familia, en fin, es en la practica un ciudadano de este país.
El que tenga algo serio contra Ravsberg, que me lo diga, porque yo soy revolucionario y no quiero hacerle daño a la Revolución.
No le debo favores a Ravsberg, pero debo decir, que cuando me quitaron la militancia del partido por un artículo que no gusto a cierto nivel, me botaron de la Mesa Redonda y me sacaron del noticiero matutino de la televisión, el único periodista que tuvo la valentía de escribir sobre mi caso fue este señor, que ni lo conocía personalmente.
Si el final descubro que Ravsberg es un agente del enemigo, a lo mejor me hago una autocritica; digo a lo mejor, porque en algún momento a mi me trataron igual y nadie se hizo una autocritica cuando descubrieron que había sido un error.
Yo, además, debo tener problemas ideológicos, porque hasta ahora no he leído un solo artículo de este periodista, al menos de los publicados en Cuba, que no me haya gustado. Hasta los más picantes, incluso me encantan, porque en este País sobra gente a la que hay que ponerle “ajicitos” “ “en sálvese sea la parte”, para que se muevan y cumplan con su deber. Y los artículos de Ravsberg se las pintan para esa gestión.
Pero lo de Ravsberg ya no tiene nombre, hace poco, la vicepresidenta de la UPEC se dio el lujo de hacer insinuaciones contra él y ahora, más recientemente, en su blog, una periodista, que no se si ya ha logrado acumular la calidad periodística que tanta falta nos hace, se da el lujo hasta de amenazarlo. Esto se me está pareciendo a Centroamérica, con la única diferencia de que no los asesinan en la calle.
La UPEC por su parte respondió que como Ravsberg era extranjero no le fue posible aceptar la denuncia del periodista. Algo, la verdad, que se me parece un poco a la xenofobia que le criticamos a otros. ¿Así que Ravsberg por ser extranjero no tiene derecho a que la UPEC lo defienda? ¿Querrá decir esto que hasta podrían matarlo y no pagarlo? Por menos que eso, la UPEC le ha retirado el carnet a un miembro de su gremio. Creo que los compañeros de la UPEC debieran asesorarse con un abogado constitucionalista.
Claro, cuando Ravsberg escribe lo hace con la valentía que debieran tener algunos de los nuestros. Dice las verdades, sean malas o buenas y critica todo lo que considera debe ser criticado. Eso, sin dudas, choca con una epidemia que siempre hemos padecido, donde el virus, más bien las bacterias, de las verdades a medias, las ausencias de información y la metástasis de la adulonería, combinadas con la apología, están acabando con nosotros.
Nuestras deficiencias informativas son de tal magnitud, que llegamos hasta a proteger a los corruptos. Apenas informamos sobre estos hechos y las caras de los corruptos no aparecen por ninguna parte.
Digo, con toda sinceridad, que lo dejemos tranquilo, que solo está haciendo su trabajo. Equivocarse, puede como cualquiera, aunque ojala todos los que se equivocaran lo hicieran por exceso y no por defecto, que resultan ser la inmensa mayoría.
Ravsberg pertenece a esa prensa, donde están la inmensa mayoría de los intelectuales que escribimos, que nunca encontramos espacio en la llamada “prensa oficial”, porque lo que escribimos no gusta; porque nos interesa más estar delante de la noticia que detrás de ella; porque nos mueven los acontecimientos de la vida real, sobre todo decir las verdades; para poder incidir sobre la vida social; porque hacemos criticas para mejorar el País; porque disponemos de una computadora y de un correo electrónico y de algunos de ciertos accesos a internet, que nadie nos puede quitar.
Además, aconsejo, que cuando Ravsberg escriba un artículo que no sea del agrado de alguien. Lo que hay que hacer es escribir otro mejor. No amenazarlo.
Marzo 3 del 2017.
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