"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

domingo, 7 de julio de 2013

Cuba busca grandes cosechas con buenas semillas

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 Por Roberto Salomón - PL
     


Si no contamos con semillas de calidad y variedades de alto potencial productivo, los insumos no tendrán la respuesta productiva que deben tener.

Cuba realiza ingentes esfuerzos para incrementar los rendimientos agrícolas y reducir las grandes erogaciones de divisas en la importación de alimentos, que puede obtener aquí a partir de la producción de semillas de alta calidad.
Al menos dos lineamientos de la política agroindustrial del país se refieren al tema de las simientes, a tenor con la importancia que tiene la agricultura, elevada al rango de seguridad nacional por el presidente cubano, Raúl Castro.
No es fortuito que una de esas dos directivas propugne desarrollar una política integral que contribuya a potenciar producción, beneficio, conservación y comercialización de semillas.
El otro lineamiento orienta continuar la reducción de tierras improductivas y aumentar los rendimientos mediante la diversificación, la rotación y el policultivo, y desarrollar una agricultura sostenible en armonía con el medio ambiente, que propicie el uso eficiente de los recursos fito y zoogenéticos.
Incluye las semillas, las variedades, la disciplina tecnológica, la protección fitosanitaria y potenciar la producción y el uso de abonos orgánicos, biofertilizantes y biopesticidas.
Consideraciones sabias
El papel de las semillas es estratégico, pues se ha determinado a nivel mundial que en los últimos 100 años el 50 por ciento del incremento de los rendimientos agrícolas se encuentra dado por la calidad de las simientes y variedades de alto potencial productivo y libre de patógenos.
La otra mitad corresponde a los insumos, es decir, abonos, bioplaguicidas, agua y otros recursos necesarios para el crecimiento de las plantas, declaró el director del Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit), Sergio Rodríguez, en un reciente Congreso de los técnicos agrícolas y forestales, en el Hotel Nacional.
De manera que si no contamos con semillas de calidad y variedades de alto potencial productivo, los insumos no tendrán la respuesta productiva que deben tener, explicó el también miembro del Consejo de Estado.
Por ello -añadía el experto-, antes de hacer una inversión en insumos, primero hay que llevarla a cabo en el ámbito de lograr buenas simientes y variedades.
De acuerdo con Rodríguez y otros expertos, la experiencia de no pocas cooperativas y campesinos que obtienen altas cosechas es porque emplean semillas y variedades con las características mencionadas, utilizan adecuadamente los abonos y bioplaguicidas, sin descuidar ninguna de las atenciones agrotécnicas a los cultivos.
Relacionado con esto último, PRENSA LATINA conversó con Hilario Juan Gómez, propietario de la finca El Collazo, del municipio de Alquízar (a unos 40 kilómetros al sureste de la capital), quien cultiva papa desde hace más de medio siglo.
Gómez logra rendimientos de más de 40 toneladas por hectárea -muy por encima de la media mundial-, en primer lugar, con el empleo de buenas semillas y variedades.
Recordó que el máximo líder de la Revolución, Fidel Castro, visitó su finca en 23 ocasiones desde 1991, interesado por los altos rendimientos que en ella obtiene este veterano agricultor.
Autoabastecimiento
El director del INIVIT asevera que Cuba puede autoabastecerse de todas las simientes que necesita para los cultivos del país, lo cual lógicamente requiere la integración de la actividad de técnicos, productores y centros científicos.
Es decir -enfatiza el experto-, resulta preciso un sistema que produzca semillas en todos aquellos escenarios en los cuales se pueda capacitar a quien lo necesite y concientizar a productores e investigadores de que el éxito radica en la integración de los eslabones que tienen que ver con las simientes y las variedades.
El país dispone de 11 biofábricas construidas hace varias décadas por orientación de Fidel Castro, las cuales fueron concebidas para propagar semillas de calidad, de alto potencial productivo y libre de plagas y virus.
Etapa crucial
De acuerdo con el director general de la Empresa de Producción y Comercialización de Semillas, Manuel Rodríguez, del Ministerio de Agricultura, la producción de semilla tiene alta prioridad, lo cual se aprecia en el trabajo organizativo que se viene realizando y el previsto a mediano y largo plazos.
La producción de semillas como empresa surgió en el país hace medio siglo, pero en los años del período especial (crisis surgida tras la desaparición del socialismo en Europa del Este y de la Unión Soviética), enfrentó dificultades que afectaron la esfera.
Según el directivo, últimamente primero se creó una Dirección de Semillas para laborar de forma conjunta en este ámbito fundamental, a partir de la existencia de los institutos de investigación, las biofábricas, las fincas integrales y la recuperación de las instalaciones de beneficio y los laboratorios, en aras de dignificar el trabajo relacionado con las simientes.
Precisó que la actual denominación de la empresa data desde 2008 y la entidad cuenta con representaciones en todas las provincias y cuya razón de ser es la atención a la base productiva. Este año prevén producir cuatro millones de vitroplantas.
También indicó que se ejecuta un amplio programa inversionista, dirigido al fortalecimiento de la producción y desarrollo de las semillas a partir del mejoramiento de las plantas y laboratorios, e incluye mayor cooperación con los centros científicos, entre ellos los Institutos de Investigaciones Fundamentales de la Agricultura Tropical, el de Granos, de Ingeniería Genética y Biotecnología, y el INIVIT, entre otros.
Cuba nunca ha importado semillas de granos (frijoles y maíz fundamentalmente) y reproduce las variedades adaptadas a las condiciones tropicales.
En cuanto a las simientes de hortalizas, el país adquiere del exterior básicamente las de cebolla, híbridos para el cultivo protegido de tomate, pimiento y pepino, mientras que las restantes son de las variedades cubanas patrocinadas por los Institutos de Investigación del Ministerio de Agricultura.
Históricamente las buenas semillas han sido consideradas como símbolos, factores básicos para la realización del deseo humano de alcanzar abundancia agrícola y seguridad alimentaria.
Pese a la recuperación que experimenta el sector en esta y otras actividades, el país no ha logrado aún el despegue que necesita en el crecimiento de la producción agrícola, indispensable para reducir importaciones de alimentos y lograr mayor fomento del desarrollo económico.

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