Guatemala, 28 nov (PL) Como un hombre de un aura impresionante recuerda al intelectual y revolucionario guatemalteco Manuel Galich (1913-1984), Beatriz Fernández, una de sus nietas que lo evoca al cumplirse este sábado el centenario del natalicio de su abuelo.Bautizado como el Verbo de la Revolución de 1944, el destacado escritor falleció en La Habana, capital cubana, el 30 de agosto de 1984, cuando Beatriz estaba próxima a cumplir sus 15 años de edad.
Personalidades del teatro, el cine, historiadores, políticos e intelectuales cubanos fueron a despedir en el sepelio a Meme, como le decían todos sus familiares, amigos y vecinos, rememora ella en una semblanza que compartió con Prensa Latina.
"Vivió suspirando por su tierra Guatemala, añorando poder regresar algún día, pero eso no le fue posible, pues murió en el exilio, mientras Guatemala vivía y escribía uno de los capítulos más terribles de su historia", una referencia al conflicto armado interno (1960-1996).
Beatriz describe a su abuelo Galich como un hombre ameno, jovial, ecuánime, sociable, activo, con un fino sentido del humor, "voz de Trueno y corazón de Bronce", inmerso en su escritura, revisiones o estudios.
Siempre elegante, lucía guayaberas impecables, detalla Beatriz, quien precisó que iba de mangas largas a impartir clases a La Universidad de La Habana, y vestía de mangas cortas para trabajar a La Casa de Las Américas, institución de prestigio cultural en Latinoamérica.
También conserva en su recuerdo cómo su abuelo encontraba tiempo para llevar a su hermana Adriana y a ella al cine, a la playa y a la presentación de obras teatrales en La Habana.
Beatriz repasa en su memoria con orgullo que sus profesores de Historia aludieran a su abuelo con palabras de admiración por su inteligencia, carisma y excelencia como maestro.
Integrante del movimiento estudiantil de los años '40 del siglo pasado, Galich participó de manera activa en el derrocamiento de la dictadura guatemalteca de Jorge Ubico y su sucesor transitorio, el general Federico Ponce.
Fungía como embajador de Guatemala en Argentina cuando el presidente Jacobo Árbenz fue depuesto en junio de 1954 mediante un Golpe de Estado dirigido por el gobierno de Estados Unidos y ejecutado por la Agencia Central de Inteligencia.
Personalidades del teatro, el cine, historiadores, políticos e intelectuales cubanos fueron a despedir en el sepelio a Meme, como le decían todos sus familiares, amigos y vecinos, rememora ella en una semblanza que compartió con Prensa Latina.
"Vivió suspirando por su tierra Guatemala, añorando poder regresar algún día, pero eso no le fue posible, pues murió en el exilio, mientras Guatemala vivía y escribía uno de los capítulos más terribles de su historia", una referencia al conflicto armado interno (1960-1996).
Beatriz describe a su abuelo Galich como un hombre ameno, jovial, ecuánime, sociable, activo, con un fino sentido del humor, "voz de Trueno y corazón de Bronce", inmerso en su escritura, revisiones o estudios.
Siempre elegante, lucía guayaberas impecables, detalla Beatriz, quien precisó que iba de mangas largas a impartir clases a La Universidad de La Habana, y vestía de mangas cortas para trabajar a La Casa de Las Américas, institución de prestigio cultural en Latinoamérica.
También conserva en su recuerdo cómo su abuelo encontraba tiempo para llevar a su hermana Adriana y a ella al cine, a la playa y a la presentación de obras teatrales en La Habana.
Beatriz repasa en su memoria con orgullo que sus profesores de Historia aludieran a su abuelo con palabras de admiración por su inteligencia, carisma y excelencia como maestro.
Integrante del movimiento estudiantil de los años '40 del siglo pasado, Galich participó de manera activa en el derrocamiento de la dictadura guatemalteca de Jorge Ubico y su sucesor transitorio, el general Federico Ponce.
Fungía como embajador de Guatemala en Argentina cuando el presidente Jacobo Árbenz fue depuesto en junio de 1954 mediante un Golpe de Estado dirigido por el gobierno de Estados Unidos y ejecutado por la Agencia Central de Inteligencia.
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