Por Elio Delgado Legón
El puerto de Mariel y la Zona Especial de Desarrollo.
HAVANA TIMES — A pesar de los obstáculos que han tratado de imponernos; de las condiciones económicas internacionales, que lógicamente, nos afectan; de la brusca desaparición de las relaciones económicas con el llamado campo socialista, que nos llevó a un retroceso de más dos décadas y tener que construir, casi de cero, nuestro comercio exterior; de las afectaciones de los fenómenos naturales, que han costado al país miles de millones de dólares, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que Cuba avanza con paso seguro hacia su objetivo fundamental: el desarrollo.
Sin embargo, no se puede ignorar que es una tarea de gigantes que requiere muchos años, desarrollar a un país de escasos recursos naturales, con una historia anterior al triunfo de la Revolución, caracterizada por el saqueo de sus pocos recursos y el abandono desde el punto de vista social, primero bajo la égida del colonialismo español y después del neocolonialismo.
No podemos perder de vista que el desarrollo no se puede medir solamente en el ámbito económico, sino que tiene muchas vertientes, y una fundamental es el desarrollo social, pues sin desarrollo social no puede haber desarrollo económico.
Taller. Foto: Juan Suárez
Si recordamos algunas cifras de la situación social de los cubanos antes de 1959, podemos ver más claramente los avances alcanzados. El desempleo llegaba, en una buena parte del año, al 25 por ciento; la fuerza de trabajo femenina era sólo el 12 por ciento; el 45 por ciento de los niños de 6 a 14 años no asistía a la escuela; el 23 por ciento de la población era analfabeta; el nivel educativo promedio era menor de tercer grado; más de 10 mil maestros carecían de empleo; no existía un sistema de salud estatal y el poco servicio que se ofrecía era de baja calidad.
Más grave aún era la situación en las áreas rurales, donde el 43 por ciento de la población era analfabeto y solo el ocho por ciento lograba tener alguna atención médica gratuita, siempre mediante gestiones con políticos, que les exigían compromisos electorales.
Al triunfar la Revolución el primero de enero de 1959, el ser humano pasó a ser el centro de la atención de los nuevos gobernantes y el desarrollo social la prioridad número uno. Se alfabetizaron todos los analfabetos y se crearon las aulas necesarias para darles educación a todos los niños. Lógicamente ese tenía que ser el primer paso para el desarrollo del país.
De tres universidades que existían en Cuba, hoy el país cuenta con 68 centros de educación superior, y como resultado puede exhibir un alto desarrollo en el campo científico, con unos 200 centros de investigación en todos los campos del saber, a lo que se añade la producción de medicamentos y vacunas, que pueden compararse con los de países ricos y desarrollados.
La industria turística no ha parado de desarrollarse. Foto: Juan Suárez
En el campo de la medicina, nadie pone en duda que Cuba es una potencia médica, que exporta servicios médicos a más de 80 países y ayuda gratuitamente a aquellos que lo necesitan, como Haití, por ejemplo.
La mortalidad infantil de 4,2 por mil nacidos vivos el pasado año 2013 es la más baja del continente americano y la esperanza de vida al nacer, de casi 80 años está entre las más altas del mundo.
La industria turística no ha parado de desarrollarse desde que se adoptó como una de las vías para mejorar la economía del país.
Sería demasiado extenso referirme a todas las industrias construidas en los últimos 55 años, y si no se ha logrado más, se debe a las limitaciones de todo tipo que impone el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Cuba cuenta con una industria de astilleros capaz de construir naves cada vez más grandes, pero sobre todo barcos de cabotaje, que tan necesarios son para el transporte de mercancías en el área del Caribe.
La puesta en marcha de la primera etapa de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, con un puerto para barcos de gran porte, constituye un paso importante para Cuba en el camino hacia el desarrollo.
En resumen, consolidados los logros en el desarrollo social y humano, reconocidos internacionalmente, a lo que se une el desarrollo científico; creadas las bases para un salto cualitativo y cuantitativo en la agricultura; y teniendo en cuenta los pasos decisivos que se dan en todos los frentes, no me cabe dudas de que Cuba avanza, con pasos seguros, hacia el desarrollo.- See more at: http://www.havanatimes.org/sp/?p=94423#sthash.gEiVEKe3.dpuf
El puerto de Mariel y la Zona Especial de Desarrollo.
HAVANA TIMES — A pesar de los obstáculos que han tratado de imponernos; de las condiciones económicas internacionales, que lógicamente, nos afectan; de la brusca desaparición de las relaciones económicas con el llamado campo socialista, que nos llevó a un retroceso de más dos décadas y tener que construir, casi de cero, nuestro comercio exterior; de las afectaciones de los fenómenos naturales, que han costado al país miles de millones de dólares, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que Cuba avanza con paso seguro hacia su objetivo fundamental: el desarrollo.
Sin embargo, no se puede ignorar que es una tarea de gigantes que requiere muchos años, desarrollar a un país de escasos recursos naturales, con una historia anterior al triunfo de la Revolución, caracterizada por el saqueo de sus pocos recursos y el abandono desde el punto de vista social, primero bajo la égida del colonialismo español y después del neocolonialismo.
No podemos perder de vista que el desarrollo no se puede medir solamente en el ámbito económico, sino que tiene muchas vertientes, y una fundamental es el desarrollo social, pues sin desarrollo social no puede haber desarrollo económico.
Taller. Foto: Juan Suárez
Si recordamos algunas cifras de la situación social de los cubanos antes de 1959, podemos ver más claramente los avances alcanzados. El desempleo llegaba, en una buena parte del año, al 25 por ciento; la fuerza de trabajo femenina era sólo el 12 por ciento; el 45 por ciento de los niños de 6 a 14 años no asistía a la escuela; el 23 por ciento de la población era analfabeta; el nivel educativo promedio era menor de tercer grado; más de 10 mil maestros carecían de empleo; no existía un sistema de salud estatal y el poco servicio que se ofrecía era de baja calidad.
Más grave aún era la situación en las áreas rurales, donde el 43 por ciento de la población era analfabeto y solo el ocho por ciento lograba tener alguna atención médica gratuita, siempre mediante gestiones con políticos, que les exigían compromisos electorales.
Al triunfar la Revolución el primero de enero de 1959, el ser humano pasó a ser el centro de la atención de los nuevos gobernantes y el desarrollo social la prioridad número uno. Se alfabetizaron todos los analfabetos y se crearon las aulas necesarias para darles educación a todos los niños. Lógicamente ese tenía que ser el primer paso para el desarrollo del país.
De tres universidades que existían en Cuba, hoy el país cuenta con 68 centros de educación superior, y como resultado puede exhibir un alto desarrollo en el campo científico, con unos 200 centros de investigación en todos los campos del saber, a lo que se añade la producción de medicamentos y vacunas, que pueden compararse con los de países ricos y desarrollados.
La industria turística no ha parado de desarrollarse. Foto: Juan Suárez
En el campo de la medicina, nadie pone en duda que Cuba es una potencia médica, que exporta servicios médicos a más de 80 países y ayuda gratuitamente a aquellos que lo necesitan, como Haití, por ejemplo.
La mortalidad infantil de 4,2 por mil nacidos vivos el pasado año 2013 es la más baja del continente americano y la esperanza de vida al nacer, de casi 80 años está entre las más altas del mundo.
La industria turística no ha parado de desarrollarse desde que se adoptó como una de las vías para mejorar la economía del país.
Sería demasiado extenso referirme a todas las industrias construidas en los últimos 55 años, y si no se ha logrado más, se debe a las limitaciones de todo tipo que impone el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Cuba cuenta con una industria de astilleros capaz de construir naves cada vez más grandes, pero sobre todo barcos de cabotaje, que tan necesarios son para el transporte de mercancías en el área del Caribe.
La puesta en marcha de la primera etapa de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, con un puerto para barcos de gran porte, constituye un paso importante para Cuba en el camino hacia el desarrollo.
En resumen, consolidados los logros en el desarrollo social y humano, reconocidos internacionalmente, a lo que se une el desarrollo científico; creadas las bases para un salto cualitativo y cuantitativo en la agricultura; y teniendo en cuenta los pasos decisivos que se dan en todos los frentes, no me cabe dudas de que Cuba avanza, con pasos seguros, hacia el desarrollo.- See more at: http://www.havanatimes.org/sp/?p=94423#sthash.gEiVEKe3.dpuf
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