La Habana, 8 abr (PL) Las bioeléctricas suscitan hoy creciente interés en el mundo -y en Cuba- ante la necesidad de producción de energía compatible con el medio ambiente, según una experta del Grupo Azucarero Azcuba.
Actualmente una decena de naciones son paradigmas en el uso de esas instalaciones: Isla Reunión, India, Isla Mauricio, Australia, Isla Guadalupe, Belice, Guatemala, Estados Unidos, Costa Rica, China y particularmente Brasil, que posee 160 de 188 existentes en el orbe, dijo además a Prensa Latina la jefa de Generación Eléctrica de esa empresa, Bárbara Hernández.
Globalmente estas unidades tienen un potencia instalada de más dos mil 800 megavatios, y de esa cifra al menos dos mil corresponden a Brasil, secundado en cuanto a cantidad de bioeléctricas por India (14), Isla Mauricio (tres), Isla Reunión (dos), mientras que los restantes países mencionados poseen una individualmente.
El costo de una instalación de ese tipo se estima en 1,8 millones de dólares por megavatio instalado, para la adquisición de los equipos de las cinco áreas que las integran: plantas eléctrica (turbogeneradores), de vapor (calderas), de tratamiento de agua, y almacén de biomasa y enlace con el Sistema Electro-energético Nacional (SEN)
Si a ello se suman las obras de construcción y montaje la inversión puede ascender a dos millones 200 mil dólares.
En realidad, son inversiones millonarias que se sustentan en el costo evitado al país en la generación de electricidad con petróleo en las plantas de la Unión Nacional Eléctrica (UNE), ya que la caña es un cultivo que almacena energía solar -siete veces más que cualquier otra biomasa- hasta producir una tonelada equivalente a petróleo por cada tonelada de azúcar fabricada, ilustró.
El programa de AZCUBA consiste en poner en marcha desde el 2015 hasta 2030 no menos de 765 megavatios en 19 plantas bioeléctricas, tanto anexas a centrales azucareros o con remodelación de la base energética existente.
Los ingenios molerán durante (150 - 180) días/año, a no menos del 85 por ciento de su capacidad.
Actualmente el país negocia el montaje de tres bioeléctricas situadas en los ingenios Jesús Rabí, Ciro Redondo y 5 de Septiembre, la primera en el occidente y las otras dos en la zona central, las cuales pueden aportar conjuntamente unos 140 megavatios.
Según Hernández, la industria azucarera cubana, con una generación total de 626 giga vatios /hora, aporta hoy el 86 por ciento de la energía suministrada por las fuentes renovables en esta isla.
El 14 restante corresponde a la eólica, fotovoltaica, hidroenergía y solar térmica.
Las Bioeléctricas, que operan como un central más eficiente energéticamente que los actuales, podrán también aportar electricidad la mayor cantidad de tiempo posible fuera de la zafra, lo cual constituye un valor agregado importante a la producción de azúcar.
El proceso de actualización del modelo económico cubano, aseguró, es una muestra de la voluntad política gubernamental para facilitarle al empresariado su gestión e incremento de posibilidades para la inversión extranjera.
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