"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 19 de abril de 2014

El lado negativo del crecimiento rápido

Por Paul Krugman Premio Nobel Economia
 
Es bastante habitual que los economistas conservadores intenten acallar todas las discusiones sobre la distribución de las rentas afirmando que la distribución es un asunto trivial si se compara con los enormes beneficios que se obtienen con el crecimiento económico.

Por ejemplo, el economista Robert Lucas escribió en un ensayo en 2004: “De las tendencias que son perjudiciales para una economía sólida, la más atractiva, y, en mi opinión, la más perniciosa, es la que consiste en centrarse en temas de redistribución”.

La respuesta habitual a esto es señalar que, en realidad, no sabemos mucho sobre cómo generar un crecimiento económico rápido; es posible que los conservadores piensen que lo saben (impuestos bajos y todo eso), pero no existen pruebas que respalden su certeza. Y, por otra parte, sabemos cómo cambiar la distribución de las rentas, y sobre todo, cómo reducir la pobreza extrema.

Entonces, ¿por qué no mejoramos lo que sabemos cómo mejorar, al menos como parte de nuestra estrategia económica?

Pero hasta este argumento podría ser demasiado condescendiente.
Un nuevo estudio de S. V. Subramanian, un catedrático de la Escuela de Salud Pública de Harvard, ha hallado que en los países pobres y de rentas medias-bajas, un crecimiento más rápido no mejora en absoluto uno de los aspectos más fundamentales del bienestar, la desnutrición infantil.

“Un incremento del (producto interior bruto) per cápita ha dado lugar a una disminución insignificante del retraso del crecimiento”, informaba recientemente Linda Poon en Shots, un blog sobre salud de National Public Radio.

“Y cuando los investigadores compararon los cambios en el PIB con los cambios en el número de niños desnutridos y con emaciación, no existía la menor correlación. ‘No es que (la relación) fuese solo pequeña o poco convincente’, dijo Subramanian a Shots. Ese era el caso, aseguraba, especialmente en lo que se refiere al retraso del crecimiento. Lo que resultaba más sorprendente era el hecho de que el efecto general ‘era prácticamente nulo’. Dice que cosas como la distribución desigual de las rentas y la falta de prestación eficiente de servicios públicos son algunas de las posibles causas”.

Sí, el crecimiento rápido es bueno, pero no resuelve todos los problemas, aunque uno sepa cómo generarlo, cosa que no sabemos.

Traducción de News Clips.

© 2014 The New York Times.

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