Por Marco Antonio Moreno
La posición de dólar como moneda de reserva mundial es una de las principales causas del estancamiento económico de Estados Unidos. La acumulación de dólares que hace el resto del mundo lleva al billete verde a una constante presión revaluatoria que termina asfixiando sus exportaciones e incentivando las importaciones y destruyendo miles de empleos que debilitan la economia de Estados Unidos. Este es el lado más oscuro de la guerra de divisas, donde Estados Unidos siempre llevará las de perder, dado que al ser el dólar la moneda de reserva todos los países buscarán los mecanismos para atesorar dólares y hacer que éste se mantenga elevado. El resto del mundo puede articular mecanismos más eficientes para devaluar sus monedas y esta es una ventaja que no posee el dólar. Recordemos que tras el quiebre de Bretton Woods el dolar se convirtió en la moneda de reserva sin ningún respaldo en oro ni en nada. Esto favoreció a Estados Unidos cuando su sector industrial permitía generar abultados superávit en la balanza comercial. Pero a medida que Japón, primero, y China, después, comenzaron a dar vuelta la balanza comercial, Estados Unidos comenzó a ceder terreno sin pensar que ser dueño de la divisa podría ser un arma de doble filo.
Hoy se confirma que el dólar es un obstáculo para la recuperación económica de Estados Unidos dado que al ser la moneda de reserva sufre una constante presión revaluatoria que genera al mismo tiempo las burbujas especulativas. De ahí que el economista Kenneth Austin, en su trabajo en el Diario de Economía Poskeinesiana (Journal of Post Keynesian Economics), señale que Estados Unidos debe renunciar a la condición del dólar como moneda de reserva mundial, si se quiere facilitar la recuperación económica del país. El artículo de Austin ha encontrado gran acogida en Jared Bernstein, economista jefe entre 2009 y 2011 del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y miembro del equipo económico de Barack Obama.
El papel del dólar como moneda de reserva mundial pasó a ser "un principio fundamental de la política económica de Estados Unidos", declara Jared Bernstein en el New York Times, sin importar que el interés principal del país debería ser que su moneda está en manos de bancos y gobiernos extranjeros como moneda de reserva, algo que en realidad hoy "es malo para la economía de Estados Unidos".
"Una nueva investigación (dice Bernstein refiriéndose al trabajo de Austin) muestra que lo que antes era un privilegio hoy en día es una carga. Los déficit presupuestario y comercial solo permiten inflar las burbujas financieras y no hacen nada por el empleo. Si se quiere poner a la economía estadounidense en el camino correcto, el gobierno debería terminar su compromiso con el estatus del dólar como moneda de reserva y permitir su caída".
Bernstein señala que en las actuales circunstancias, países como China, Singapur y Corea del Sur consiguen reducir fácilmente el valor de sus monedas frente al dólar de Estados Unidos dado que logran comprar grandes cantidades de dólares lo que aumenta el valor relativo del billete verde. Como resultado de esta acumulación de reservas en dólares, el déficit comercial de Estados Unidos alcanzó el año pasado 475 mil millones de dólares. Sólo con China Estados Unidos tuvo un déficit comercial de 318 mil millones de dólares.
Terminar con el dólar como moneda de reserva
Si Estados Unidos quiere hacer sus exportaciones más baratas al resto del mundo, debe terminar con el dólar como moneda de reserva. Mientras el dólar siga como moneda de reserva Estados Unidos va a continuar acumulando déficit en su balanza comercial dado que siempre saldrá derrotado en la guerra de divisas que le han declarado Japón, Europa y otros países asiáticos. Mientras el dólar se mantenga sobrevaluado, Estados Unidos no podrá exportar y el sector industrial y sus trabajadores seguirán siendo los grandes perdedores.
Mientras el dólar siga siendo la moneda de reserva, Estados Unidos puede empeorar su déficit comercial, aunque no actúe directamente en el comercio. Por ejemplo, si Corea del Sur tiene un superávit comercial con Brasil, Corea del Sur podrá transformar su superávit en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Esto refuerza el valor del dólar frente a las otras monedas, y aumenta el déficit comercial de Estados Unidos, aunque la transacción original no tenía nada que ver con los Estados Unidos".
Esta es una vuelta de campana a algo en lo que sí tuvo que ver Estados Unidos. Tras el quiebre de Bretton Woods, Estados Unidos inundó al mundo con dólares y bonos del gobierno durante décadas y los hizo pasar como "lo más parecido al oro". Esto fue lo que permitió a Estados Unidos gozar de una enorme prosperidad durante décadas. Sin embargo tras la crisis todo eso se ha revertido y hoy tiene una demanda interna insuficiente en el propio mercado del trabajo de Estados Unidos. Es decir que el trabajo en Estados Unidos es relativamente caro. La estimación de Kenneth Austin, indica que en Estados Unidos se perdieron más de 6 millones de puestos de trabajo desde el estallido de la crisis en 2008.
La posición de dólar como moneda de reserva mundial es una de las principales causas del estancamiento económico de Estados Unidos. La acumulación de dólares que hace el resto del mundo lleva al billete verde a una constante presión revaluatoria que termina asfixiando sus exportaciones e incentivando las importaciones y destruyendo miles de empleos que debilitan la economia de Estados Unidos. Este es el lado más oscuro de la guerra de divisas, donde Estados Unidos siempre llevará las de perder, dado que al ser el dólar la moneda de reserva todos los países buscarán los mecanismos para atesorar dólares y hacer que éste se mantenga elevado. El resto del mundo puede articular mecanismos más eficientes para devaluar sus monedas y esta es una ventaja que no posee el dólar. Recordemos que tras el quiebre de Bretton Woods el dolar se convirtió en la moneda de reserva sin ningún respaldo en oro ni en nada. Esto favoreció a Estados Unidos cuando su sector industrial permitía generar abultados superávit en la balanza comercial. Pero a medida que Japón, primero, y China, después, comenzaron a dar vuelta la balanza comercial, Estados Unidos comenzó a ceder terreno sin pensar que ser dueño de la divisa podría ser un arma de doble filo.
Hoy se confirma que el dólar es un obstáculo para la recuperación económica de Estados Unidos dado que al ser la moneda de reserva sufre una constante presión revaluatoria que genera al mismo tiempo las burbujas especulativas. De ahí que el economista Kenneth Austin, en su trabajo en el Diario de Economía Poskeinesiana (Journal of Post Keynesian Economics), señale que Estados Unidos debe renunciar a la condición del dólar como moneda de reserva mundial, si se quiere facilitar la recuperación económica del país. El artículo de Austin ha encontrado gran acogida en Jared Bernstein, economista jefe entre 2009 y 2011 del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y miembro del equipo económico de Barack Obama.
El papel del dólar como moneda de reserva mundial pasó a ser "un principio fundamental de la política económica de Estados Unidos", declara Jared Bernstein en el New York Times, sin importar que el interés principal del país debería ser que su moneda está en manos de bancos y gobiernos extranjeros como moneda de reserva, algo que en realidad hoy "es malo para la economía de Estados Unidos".
"Una nueva investigación (dice Bernstein refiriéndose al trabajo de Austin) muestra que lo que antes era un privilegio hoy en día es una carga. Los déficit presupuestario y comercial solo permiten inflar las burbujas financieras y no hacen nada por el empleo. Si se quiere poner a la economía estadounidense en el camino correcto, el gobierno debería terminar su compromiso con el estatus del dólar como moneda de reserva y permitir su caída".
Bernstein señala que en las actuales circunstancias, países como China, Singapur y Corea del Sur consiguen reducir fácilmente el valor de sus monedas frente al dólar de Estados Unidos dado que logran comprar grandes cantidades de dólares lo que aumenta el valor relativo del billete verde. Como resultado de esta acumulación de reservas en dólares, el déficit comercial de Estados Unidos alcanzó el año pasado 475 mil millones de dólares. Sólo con China Estados Unidos tuvo un déficit comercial de 318 mil millones de dólares.
Terminar con el dólar como moneda de reserva
Si Estados Unidos quiere hacer sus exportaciones más baratas al resto del mundo, debe terminar con el dólar como moneda de reserva. Mientras el dólar siga como moneda de reserva Estados Unidos va a continuar acumulando déficit en su balanza comercial dado que siempre saldrá derrotado en la guerra de divisas que le han declarado Japón, Europa y otros países asiáticos. Mientras el dólar se mantenga sobrevaluado, Estados Unidos no podrá exportar y el sector industrial y sus trabajadores seguirán siendo los grandes perdedores.
Mientras el dólar siga siendo la moneda de reserva, Estados Unidos puede empeorar su déficit comercial, aunque no actúe directamente en el comercio. Por ejemplo, si Corea del Sur tiene un superávit comercial con Brasil, Corea del Sur podrá transformar su superávit en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Esto refuerza el valor del dólar frente a las otras monedas, y aumenta el déficit comercial de Estados Unidos, aunque la transacción original no tenía nada que ver con los Estados Unidos".
Esta es una vuelta de campana a algo en lo que sí tuvo que ver Estados Unidos. Tras el quiebre de Bretton Woods, Estados Unidos inundó al mundo con dólares y bonos del gobierno durante décadas y los hizo pasar como "lo más parecido al oro". Esto fue lo que permitió a Estados Unidos gozar de una enorme prosperidad durante décadas. Sin embargo tras la crisis todo eso se ha revertido y hoy tiene una demanda interna insuficiente en el propio mercado del trabajo de Estados Unidos. Es decir que el trabajo en Estados Unidos es relativamente caro. La estimación de Kenneth Austin, indica que en Estados Unidos se perdieron más de 6 millones de puestos de trabajo desde el estallido de la crisis en 2008.
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