Las tensiones en Asia, la campaña contra del Estado Islámico y la crisis ucraniana son solo algunos de los conflictos que afectan los intereses geopolíticos de las potencias nucleares del mundo. ¿Habrá que prepararse para una nueva guerra mundial?
"Estos días el mundo parece estar literalmente ardiendo", sostiene el columnista del portal The National Interest James Hardy, y analiza los focos de tensiones donde la situación es 'suficientemente' explosiva como para que pueda estallar una Tercera Guerra Mundial.
Península coreana
Este mes de octubre, Corea del Norte empezó a celebrar reuniones de alto nivel con el sur, por primera vez en los últimos siete años. Sin embargo, ni la agenda ni sus resultados se dan a conocer.
Mientras tanto, entre las dos Coreas sigue habiendo tensiones. Este mismo octubre se registró tanto un intercambio de disparos entre barcos de los dos países como fuego de artillería de ida y vuelta en la frontera terrestre.
Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., reconoció en sus memorias que Washington estuvo dispuesto a usar armas nucleares contra Corea del Norte en 2010, el año que Seúl acusó a Pionyang de torpedear y hundir la corbeta surcoreana Cheonan.
Corea del Norte sigue desarrollando su polémico programa atómico mientras su vecino del sur está trabajando activamente en todo tipo de armamento, que advierte con usar para destruir las ojivas nucleares norcoreanas antes de que sean lanzadas, escribe Hardy y acentúa que en estos momentos la situación en la península es muy poco predecible.
Frontera chino-india
A mediados de septiembre, tropas chinas cruzaron la línea actual de control en la frontera disputada entre China y la India en las alturas del Himalaya y avanzaron unos cuantos kilómetros en el territorio indio. Los medios indios denunciaron que se trataba de aproximadamente 1.000 soldados y dedicaron sus portadas al incidente y asuntos relacionados a lo largo de varias semanas.
Nueva Deli siempre ha advertido de que si Pekín despliega en el Índico sus submarinos nucleares, cruzará la linea roja. Con todo esto, desde el mes de septiembre un submarino chino dieseleléctrico clase 039 Song se encuentra en Colombo, el mayor puerto de Sri Lanka. Presuntamente, se trata de una escala en el camino hacia una patrulla antipirata en el golfo de Adén, entre la región del Cuerno de África y la península Arábiga. China acaba de finalizar unos ejercicios navales conjuntos con Irán y Pakistán, país con el que la India tiene numerosas disputas pendientes de resolver. Según informa el rotativo 'Want China Times', Pekín está negociando una cooperación marítima con Seychelles, Mauricio, Sri Lanka, Bangladés y Camboya. Además, de acuerdo con el mismo diario, China está incluso considerando la posibilidad de construir bases navales en el Índico.
"La amistad 'para toda la vida' de China y Pakistán y su avance en el interior del océano Índico amenazan la hegemonía regional de la India, mientras la 'mirada hacia Oriente' de la India es muy mal recibida por China, porque alinea Nueva Deli con Vietnam y Japón. Este tipo de competición estratégica podría desembocar en una escalada de la que ninguna de las partes podría alejarse", pronostica Hardy.
China versus EE.UU. (vía Japón o Taiwán)
Sin embargo, la disputa de Pekín con Nueva Deli no es la que debe causar más preocupación, según el analista. Desde su punto de vista, son las tensiones entre China, Japón y Taiwán el conflicto con el mayor potencial explosivo de todos los que existen en la actualidad.
"La amenaza de la 'trampa Tucídides' [término introducido por el politólogo estadounidense Graham Tillett Allison hijo para referirse al poderío emergente que causa temor en una potencia bien establecida hasta que desemboca en una guerra] se ha convertido en un tema de conversación notable en las relaciones chino-estadounidenses en los últimos años. (…) No se puede negar que el aumento y la modernización de las Fuerzas Armadas de China cambia el equilibrio del poder y afecta peligrosamente numerosos puntos de fricción", insiste el analista.
El profesor Han Xudong, de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército Popular de Liberación de China, tiene el mismo punto de vista. "Es probable que estalle una tercera guerra mundial para luchar por los derechos sobre mar", puntualizó Han en un artículo para el periódico estatal 'Global Times'.
Hoy en día, Pekín se ve implicado en una serie de disputas relacionadas con los derechos sobre el mar, tanto en el mar de la China Meridional como en el mar de la China Oriental. En el mar de la China Meridional, China reclama zonas marítimas extremadamente ricas en recursos naturales que Vietnam, Filipinas, Brunéi, Taiwán y Malasia también reclaman. La disputa más feroz es por las islas Spratly, en el arrecife de Scarborough. A inicios de este año, el comandante de las Fuerzas Armadas filipinas, el general Emmanuel Bautista, dijo que su país responderá militarmente si China usa la fuerza contra los pescadores filipinos que faenan en el área. En marzo, Filipinas presentó una demanda en el Tribunal Internacional de la Haya contra China. Taiwán, a su vez, está construyendo un puerto en las Spratly y está considerando desplegar en la zona buques de guerra de manera permanente.
En el mar de la China Oriental, Pekín insiste en que sus fronteras marítimas incluyen el grupo de islas Diaoyu ('Senkaku' en japonés), actualmente administradas por Tokio. En un intento de hacer más visible su derecho sobre el territorio, tanto China, como otros Estados vecinos sobrepusieron sus zonas de identificación aérea y marítima sobre el área y reforzaron las misiones de patrullaje. En vista de un posible enfrentamiento, Washington ha expresado claramente su intención de involucrarse y tomar una posición antichina. Durante una visita a Tokio en abril, el presidente Barack Obama declaró que si China ataca las islas disputadas con Japón, EE.UU. recurrirá a la fuerza. La Armada estadounidense se está preparando para un potencial conflicto con el país asiático, denunció un reportaje de la BBC de esta semana.
© RT
Oriente Medio
La alianza antiterrorista de 21 países liderada por el Pentágono ha acordado en una reunión una campaña a largo plazo contra el Estado Islámico para que el grupo "deje de ser una amenaza global". El presidente estadounidense Barack Obama aseguró que los ataques aéreos de la coalición continuarán tanto en Irak, como en Siria y que se tratará de una lucha larga. Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE.UU., por su parte, pronosticó que la coalición no podrá limitarse a bombardeos aéreos y que debería mantener sobre la mesa la opción de enviar a la región tropas terrestres.
Desde el punto de vista de Hardy, la única 'ventaja' de la situación es que es poco probable que sirva para que se desate una guerra nuclear. Con todo esto, sí que formula varios escenarios de cómo esto podría suceder. Desde su punto de vista, el vulnerable equilibrio atómico en la región puede quebrarse, si los yihadistas del Estado Islámico conquistan un almacén de material fisible y encuentran en sus filas a especialistas capaces de militarizarlo. Otro escenario imaginado por el analista es la intervención de Corea del Norte y que decida ir en ayuda del presidente sirio Bashar al Assad.
Por último, Hardy contempla el escenario, cuando Arabia Saudita finalmente modernice los misiles balísticos DF-3 de producción china que adquirió hace casi tres décadas y los equipe con ojivas nucleares, tal y como se rumorea últimamente. La única pregunta que queda aquí es contra quién serán dirigidos estos misiles: contra Irán o Israel, subraya el columnista.
EE.UU. y la OTAN contra Rusia
"El desarrollo de los acontecimientos actuales en Ucrania es una reminiscencia de la crisis de los misiles en Cuba", opinó en mayo el político ucraniano Renat Kuzmín. Los acontecimientos de los últimos meses solo confirman esta sentencia.
En la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido) de septiembre, la Alianza empezó a elaborar un plan del refuerzo de su presencia en las fronteras rusas argumentando con las dimensiones de la crisis ucraniana, subraya Hardy. Esta semana, el Pentágono presentó un informe para proporcionar su "visión de los conflictos armados del futuro" en los que describe las estrategias para destruir a los potenciales rivales. En caso de un enfrentamiento con otra potencia nuclear, el documento propone atacar primero y "de manera que el adversario sea incapaz de responder con eficiencia".
El Pentágono está elaborando escenarios de operaciones cerca de las fronteras rusas, denunció este 16 de octubre el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú. Actualmente, EE.UU. sufre una profunda crisis de desigualdad social y "la salida de esta crisis ya está bien planeada: es un conflicto militar, ya que el conflicto militar atrae inversiones, refuerza la industria, algo que pasó durante la Segunda Guerra Mundial", opina el analista político Vardán Bagdasarián, según recoge el portal Pravda.ru.
Solo en el mes de septiembre, la OTAN llevó a cabo tres simulacros en los países vecinos a Rusia: uno en Letonia y dos en Ucrania. La Alianza ha reforzado sus misiones de patrullaje en los países bálticos, vuelos de vigilancia, reconocimiento e inteligencia (AWACS) en Polonia y Rumania y desplegado buques de guerra adicionales en el mar Báltico y el Mediterráneo, además de aumentar contingentes y expandir programas de maniobras. La OTAN también planea establecer cinco nuevas bases en Letonia, Lituania, Estonia, Rumania y Polonia para reforzarse contra Rusia, a la que Occidente responsabiliza por la crisis en Ucrania. La Alianza puede desplegar sus tropas donde quiera, afirmó el nuevo secretario general del bloque militar, el noruego Jens Stoltenberg.
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