Un proyecto comunitario en el barrio capitalino de El Canal promueve desde hace 12 años este juego y una cultura de paz.
La Habana, 9 nov- “Les enseño a los niños a saludar siempre que lleguen a un lugar, hablar en voz baja y llevarse bien con los demás”, cuenta Francisco Sosa, gestor del Proyecto de Billar Comunitario “Alfredo de Oro”, más conocido como el Billar de Pancho.
Esta iniciativa, enclavada en el barrio capitalino de El Canal, en el municipio Cerro, celebró este sábado la competencia provincial infantil de billar como parte de la actual Jornada por la No Violencia contra la Mujer.
Sosa comenzó el proyecto hace 12 años para aprender sobre este juego de precisión. Y hoy es un espacio adonde asisten, sin tener que pagar un centavo, personas de diversas zonas de la capital.
“Para el billar no hay edad. Aquí lo mismo juega un niño de cuatro años que un señor de noventa”, comenta el carpintero de oficio.
Para Sosa, el juego está fuertemente unido al buen comportamiento.
Por ello, junto a las clases de billar, realiza charlas educativas y muestra materiales como libros y plegables que abogan por la paz.
“Venir al billar es una manera de que los niños ocupen el tiempo libre y no estén en la calle”, afirma este vecino de un barrio desfavorecido con altos índices delictivos.
El Billar de Pancho alberga un Buró por la No violencia, coordinado por el Taller de Transformación Integral del Barrio y con el apoyo del no gubernamental Centro de Reflexión y Solidaridad “Oscar Arnulfo Romero”.
Según Pancho, actualmente en La Habana hay 175 mesas de billar, sin contar las estatales. Asegura que su proyecto es único en el país.
“A veces te encuentras una mesa de billar donde la hora cuesta tres o cinco CUC (peso convertible equivalente al dólar)”, afirma.
“Nuestro proyecto se caracteriza por consolidar valores de honestidad, amistad y solidaridad. Incluso hacemos competencias para niños y adultos sin necesidad de poner un árbitro”, comenta Elaivys Sosa, la hija de Pancho y organizadora de la iniciativa.
“Pocas mujeres practican este deporte, por eso se piensa que es solo de hombres”, agrega la joven. Indica que el billar le ha ayudado a desarrollar habilidades y, de paso, contribuye a eliminar los prejuicios entre las muchachas ante este juego.
Resalta que el espacio ha sido capaz de agrupar en un mismo lugar a personas de diversas religiones y procedencias culturales sin causar conflictos.
“Nos enseña a respetarnos y tratar bien a las muchachas. Además, no debemos tener notas bajas en la escuela porque perdemos el derecho a jugar”, dice Santiago Lázaro Castro, vecino de El Canal, de 14 años.
El adolescente confiesa que el billar le gusta “porque no es agresivo y relaja”.
Mientras Gonzalo Alejandro Estévez, un joven de 18 años residente en Nuevo Vedado, en el municipio Plaza de la Revolución, detalla que desde hace cinco años practica este juego siguiendo los pasos de su padre, “un actual campeón nacional”.
El Billar de Pancho ha alcanzo logros en competencias internacionales efectuadas en Guatemala y Nicaragua y en el Campeonato Nacional desarrollado en la ciudad matancera de Cárdenas, a 150 kilómetros al este de La Habana.
Organizaciones cubanas de la sociedad civil, instituciones estatales y gubernamentales realizan cada año desde 2007 un programa de actividades con motivo al 25 de noviembre, Día Internacional por la No violencia contra la Mujer, para sensibilizar y prevenir este flagelo global. (2014)
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