Las plantas energéticas inauguradas en Boca de Jaruco y Moa clasifican entre las mayores inversiones acometidas en el país en los últimos años.
Hasta un área sensible en cualquier economía, la energía, se extiende la prioridad cubana en inversiones básicas de infraestructura. Este año abrió con la inauguración de nuevas capacidades de generación eléctrica, en regiones de fortaleza industrial del occidente y el oriente insular. Apuntan también a una explotación más eficaz, y eficiente, de fuentes propias del país.
Construida a un costo de 349 millones de dólares por las compañías Sherritt, de Canadá, y Cubapetróleo, comenzó a funcionar a inicios de año la fase ocho de ciclo combinado en la empresa mixta Energas. Como singularidad, esta industria se dedica a generar electricidad a partir del llamado gas acompañante extraído de los yacimientos de petróleo localizados en la costa norte, entre La Habana y Varadero.
La planta, ubicada en Boca de Jaruco, incorpora una turbina de vapor y otras tecnologías, que permiten la suma de 150 megaWatts/hora al Sistema Eléctrico Nacional. Pero los inversionistas destacan en particular que con la ampliación y transformación tecnológica elevan al 46 por ciento la eficiencia en el aprovechamiento de dicho combustible. Antes era solo de un 29 por ciento.
Con centros distribuidos en Varadero, Boca de Jaruco y Puerto Escondido, la empresa Energas suministra ahora unos 480 mW/h al país. Su valor estratégico lo señala el empleo de un combustible que antes se perdía y dañaba el medio ambiente. También el hecho de ubicarse a lo largo de un circuito costero donde se hallan los principales yacimientos de hidrocarburos del país. La Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo de Occidente produjo más de un millón 415.000 toneladas de petróleo el año pasado.
Las plantas de Energas se hallan además próximas a otras industrias productoras, algunas exportadoras y de amplio consumo energético, ciudades como la capital y Matanzas, puertos y el principal polo de turismo de playas del país: Varadero.
La inversión tomó 36 meses con la participación de empresas especializadas. Según comentarios de sus operadores, este proceso de ciclo combinado entrega electricidad –el 14 por ciento de la que consume Cuba- a un costo muy bajo, decenas de toneladas anuales de azufre, gas licuado del petróleo, el conocido propano butano, y otros derivados y solventes de interés industrial o doméstico.
La nueva central eléctrica de Moa fortalece la disponibilidad y eficiencia de uno de los polos industriales más consumidores de energía del país.
Mediante el nuevo paso, Energas perfecciona un sistema que evita escapes de contaminantes a la atmósfera. El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente le ha conferido más de un premio por el manejo correcto del entorno.
Como señal de la importancia que le confiere el gobierno, al estreno oficial de esta nueva fase de Energas, considerada la inversión eléctrica de mayor complejidad técnica de los últimos años en Cuba, asistió el vicepresidente del Consejo de Estado, Comandante Ramiro Valdés, al frente de una delegación de varios ministros.
Poco después, Valdés también cortó la cinta inaugural de otra obra de no menor relevancia. Con la mirilla sobre un importante núcleo exportador del país, la industria del níquel, en febrero arrancó formalmente una Central Diésel Eléctrica en Moa, de 184 mW de potencia instalada.
La construcción concluyó con un costo de inversión también superior a 300 millones de dólares. Su primera unidad generadora sincronizó al Sistema Eléctrico Nacional el año pasado, en la etapa de ajuste y puesta en marcha.
Dotada con diez motogeneradores y otras tecnologías, esta central calza la fuerte demanda energética que caracteriza a la industria niquelífera asentada en Moa y a otros centros fabriles de la provincia de Holguín.
El gobierno abrió a la par una subestación eléctrica, única del país que maneja los tres niveles de tensión en la transmisión y subtransmisión. Con un diseño compacto y medios avanzados, este enclave sustituirá a dos instalaciones cercanas que cumplían igual función, pero tecnológicamente envejecidas.
Por el monto financiero respectivo de la Central Diésel Eléctrica de Moa y de la nueva fase de ciclo combinado de Energas, cada una clasifica entre las mayores inversiones concluidas por Cuba en los últimos años.
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