Lis García Arango
Un equipo multidisciplinario del Instituto de Investigación Tropical e Intercambio Ecológico, de Florida Keys, concluyó en febrero la fase final del proceso de digitalización del fondo bibliográfico del Museo Farmacéutico Ernesto Triolet de Matanzas.
“Se han digitalizado más de un millón de fórmulas contenidas en 55 tomos de los libros de asentamientos de recetas médicas, títulos de ejemplares únicos, libros de ciencia y etiquetas, aseguró Marcia Brito, directora de la institución matancera.
“El cambio al soporte digital se ha realizado en tres fases desde el 2014. La primera con los libros de asentamiento de recetas y parte de los caracteres generales de libros de la biblioteca, la segunda con los medicamentos y la tercera con los libros científicos para una mayor información y acceso a estos textos de valor incalculable”.
A la doctora norteamericana Christine Flanagan, con 24 años de experiencia en el trabajo con los museos, le impresionó “la calidad de la información que han digitalizado, la organización cronológica de los datos y la elevada significación para la historia de la medicina tradicional, no solo de Cuba sino del mundo”.
En los Estados Unidos toda esa información está dispersa, no como en este museo que agrupa y conserva formulaciones de medicamentos, a partir del uso de plantas medicinales, que datan del siglo XIX, precisó la doctora Mary Chambers.
Para el proceso de digitalización han utilizado cámaras digitales de alta resolución, luces básicas mediante bombillos electrónicos que no son de tecnología LED, sino de luz blanca intensa.
“Es un trabajo monótono porque hay que fotografiar hoja por hoja de cada libro, pero interesante porque hay libros que están muy dañados y esos son los que más me satisfacen hacerles fotos”, comentó el fotógrafo Alan Morgan, quien chequea siempre que la imagen esté bien tomada desde el principio para evitar usar después algún programa de edición fotográfica.
El equipo lo integran, además, Carolann Sharkey, directora del Instituto, los traductores Renier y Ricardo Rodríguez y los fotógrafos Linda y Bill Klipp, Eduardo y Orlando García, Benny López y Miguel Coyula.
Este proyecto de colaboración es financiado con los fondos que obtiene el Instituto norteamericano, a partir de las donaciones que realizan diversos sectores de la población en los Estados Unidos.
“Los especialistas no solo han aportado su tiempo, han obsequiado esta tecnología a la antigua Botica Francesa para que continuemos aplicándola en la conservación de los objetos museables. Han hecho un trabajo con un alto nivel de profesionalidad en la preservación de la historia y de la ciencia a nivel internacional”, opinó Marcia.
Entre las colecciones del Museo Farmacéutico se incluye un registro cronológico de más de 325 mil prescripciones escritas en los libros de asentamiento, recetas elaboradas en la botica desde su funcionamiento de 1882 a 1964, así como una biblioteca técnica con aproximadamente 200 volúmenes, que incluye centenares de ediciones únicas relacionadas con la Farmacia, la Medicina, la Química y la Botánica, en francés, inglés y español.
El museo ha sido visitado por más de un millón de personas en sus 50 años de creado y cuenta con alrededor de 48 mil etiquetas de productos medicinales y más de 500 mil piezas en sus colecciones.
“Se han digitalizado más de un millón de fórmulas contenidas en 55 tomos de los libros de asentamientos de recetas médicas, títulos de ejemplares únicos, libros de ciencia y etiquetas, aseguró Marcia Brito, directora de la institución matancera.
“El cambio al soporte digital se ha realizado en tres fases desde el 2014. La primera con los libros de asentamiento de recetas y parte de los caracteres generales de libros de la biblioteca, la segunda con los medicamentos y la tercera con los libros científicos para una mayor información y acceso a estos textos de valor incalculable”.
A la doctora norteamericana Christine Flanagan, con 24 años de experiencia en el trabajo con los museos, le impresionó “la calidad de la información que han digitalizado, la organización cronológica de los datos y la elevada significación para la historia de la medicina tradicional, no solo de Cuba sino del mundo”.
En los Estados Unidos toda esa información está dispersa, no como en este museo que agrupa y conserva formulaciones de medicamentos, a partir del uso de plantas medicinales, que datan del siglo XIX, precisó la doctora Mary Chambers.
Para el proceso de digitalización han utilizado cámaras digitales de alta resolución, luces básicas mediante bombillos electrónicos que no son de tecnología LED, sino de luz blanca intensa.
“Es un trabajo monótono porque hay que fotografiar hoja por hoja de cada libro, pero interesante porque hay libros que están muy dañados y esos son los que más me satisfacen hacerles fotos”, comentó el fotógrafo Alan Morgan, quien chequea siempre que la imagen esté bien tomada desde el principio para evitar usar después algún programa de edición fotográfica.
El equipo lo integran, además, Carolann Sharkey, directora del Instituto, los traductores Renier y Ricardo Rodríguez y los fotógrafos Linda y Bill Klipp, Eduardo y Orlando García, Benny López y Miguel Coyula.
Este proyecto de colaboración es financiado con los fondos que obtiene el Instituto norteamericano, a partir de las donaciones que realizan diversos sectores de la población en los Estados Unidos.
“Los especialistas no solo han aportado su tiempo, han obsequiado esta tecnología a la antigua Botica Francesa para que continuemos aplicándola en la conservación de los objetos museables. Han hecho un trabajo con un alto nivel de profesionalidad en la preservación de la historia y de la ciencia a nivel internacional”, opinó Marcia.
Entre las colecciones del Museo Farmacéutico se incluye un registro cronológico de más de 325 mil prescripciones escritas en los libros de asentamiento, recetas elaboradas en la botica desde su funcionamiento de 1882 a 1964, así como una biblioteca técnica con aproximadamente 200 volúmenes, que incluye centenares de ediciones únicas relacionadas con la Farmacia, la Medicina, la Química y la Botánica, en francés, inglés y español.
El museo ha sido visitado por más de un millón de personas en sus 50 años de creado y cuenta con alrededor de 48 mil etiquetas de productos medicinales y más de 500 mil piezas en sus colecciones.
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