Descendientes de yucatecos radicados en el occidente de la isla se organizan para volver a conectar con las tradiciones perdidas.
SOCIEDAD Redacción IPS Cuba 7 octubre, 2015
En noviembre de 2012, tres autoridades religiosas mayas visitaron Cuba y compartieron aquí su fuego sagrado.
La Habana, 7 oct.- Cerca de 200 descendientes de yucatecos viven en Madruga, municipio de la provincia de Mayabeque, que colinda con esta capital. Pero solo hace muy poco comenzaron a descubrir y hurgar en sus raíces mayas.
Con la ayuda de la embajada de Guatemala en La Habana y el apoyo de las autoridades locales, la comunidad intenta conectar con sus orígenes e impulsa un proyecto encaminado a rescatar y preservar sus tradiciones.
En declaraciones exclusivas a la Redacción IPS Cuba, el embajador guatemalteco en Cuba, Juan León, informó que en noviembre de 2012 tres autoridades religiosas mayas visitaron este país y “sintieron” aquí la presencia de esa cultura.
“Entonces me encargaron descubrir dónde estaban y creí que sería sumamente difícil encontrarlos: aunque conocía de la huella taína, siboney y hasta arahuaca, jamás había escuchado hablar de mayas en esta isla”, contó.
Poco tiempo después, en un encuentro con los habitantes de Madruga, se acerca una mujer y al saludar me llama bromeando primo porque, en realidad, éramos muy parecidos, contó el diplomático.
“De corta estatura y morena como yo, manifestó que era descendiente de los mayas de Yucatán y me llevó a conocer a su familia en La Loma del Grillo, donde vivían otras personas como ella”, rememoró León.
Luego de varias coordinaciones, hubo un censo en zonas cercanas a esos cerros, ubicados a unos 15 kilómetros de Madruga, donde se asentaron hace más de 150 años varios emigrantes de Yucatán.
Más sobre mayas en CubaDe acuerdo al censo más reciente, hay más de 200 descendientes de yucatecos que viven en Madruga, Güines, Aguacate, Canasí, Nueva Paz, Los Palos y Melena del Sur (localidades de la provincia de Mayabeque) e incluso, algunos en La Habana.
Los apellidos que predominan en esas familias son Chusco, Valencia, Cusán y Cao.
Según registros historiográficos, los mayas fueron generalmente traídos por la fuerza a la Cuba colonial para servir como trabajadores domésticos y de la construcción. Muchos de ellos fueron traídos como prisioneros y vendidos aquí como esclavos, tras el conflicto conocido como guerra de castas en Yucatán.
Estas personas conformaron una asociación con la finalidad de recuperar parte de su pensamiento y su identidad, además de retomar tradiciones perdidas como la dieta alimenticia de sus antepasados, detalló.
La iniciativa persigue levantar la autoestima de esa comunidad pues antes se les discriminaba por su condición de indígenas y de extranjeros, pero ahora tratan de entenderse y autoidentificarse como mayas yucatecos, consideró el embajador.
En tanto, las autoridades locales coordinan el proyecto y estudian la posibilidad de desarrollar un polo turístico que incorpore la parte cultural maya yucateca y aproveche las aguas termales curativas de la zona.
Además, quieren declarar las cuevas en La Loma del Grillo como lugar sagrado para hacer ceremonias
Uno de los mayores problemas radica en que a veces reproducen las tradiciones de los mayas guatemaltecos. El paso próximo sería hacer un enlace con los yucatecos, observó León.
“Aunque los asentamientos mayas en México, Belice, Honduras y Guatemala son muy semejantes, hay elementos que cambian, por ejemplo, en el idioma.”
Desde el punto de vista académico existen algunas investigaciones sobre la presencia maya en Cuba, pero a juicio de León falta escribir la historia viva de los descendientes actuales, cuál es su aporte y cómo mantienen su esencia en el día a día.
La presidenta de la Asociación Cultural Maya-Yucateca y Amigos de Madruga, Deysi Chusco, es la encargada de coordinar las acciones de rescate de la memoria histórica de esa comunidad.
“En mi familia crecimos sabiendo que mi abuelo había venido de México, pero nunca escuchamos la palabra yucatecos hasta que comenzamos en la escuela y muchas personas nos llamaban así de forma despectiva”, recordó.
Tal vez al desconocer la riqueza cultural detrás de esa condición, nos sentíamos discriminados, acotó esta mujer de marcados rasgos indígenas. Incluso, algunos quisieron olvidar sus raíces porque sufrieron durante muchos años la exclusión.
Gracias a las labores de investigación, en la actualidad hay registros escritos sobre la presencia maya en Madruga: un recetario digital sobre comida yucateca que aún se elabora en la región, el libro “Crónicas de un abuelo” que alude a varias leyendas y a la conexión de los habitantes del municipio con la naturaleza, refiere Chusco.
Hace unos dos años comenzó este proyecto con apoyo de las autoridades del municipio, y a través de la embajada de Guatemala en La Habana se establecieron conexiones con especialistas del tema y comenzaron estudios más profundos.
A su juicio, “andamos descalzos porque nos gusta sentir la conexión con la tierra, sabemos curar enfermedades con las plantas medicinales y profesamos un profundo respeto hacia el medio ambiente”.
La idea es preservar ese legado entre los niños, por eso la labor en las escuelas resulta de vital importancia, enfatizó Chusco, quien dirige la Cruz Roja en Madruga.
Si bien no practican ceremonias religiosas, les gustaría conocer más al respecto y recuerdan cómo sus abuelos iban a las cuevas de La Loma del Grillo a pedir buenas cosechas. (2015)
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