6 octubre 2015
Skólkovo una ciudad inteligente en las afueras de Moscú, que algunos nombran ya el Silicon Valley ruso. Foto: Sputnik
Nacido en 2010, Skólkovo parte de un fondo estatal de desarrollo y comercialización de nuevas técnicas, creado con el propósito de cambiar las bases de la economía rusa de la tradicional energía, a la tecnología.
En unas 400 hectáreas de terreno, se construyen actualmente dos millones y medio de metros para centros de investigación y otros edificios con fines sociales. Para 2020 deben trabajar (y muchos de ellos, vivir) cerca de 30 mil personas.
Se crea desde ya un marco en el que convergen la investigación, los inversores, las “startups” y la Universidad Skoltech, en cuatro direcciones principales: tecnologías de computación; tecnologías cósmicas y de comunicaciones; nuclear y energías y tecnologías biológicas y médicas.
En estos renglones, Skólkovo apoya proyectos de investigación interesantes y económicamente viables que llegan desde Rusia y de cualquier parte del mundo. Un 18 % de los aprobados hasta el momento por un riguroso comité de expertos, son proyectos internacionales.
El Fondo Skólkovo se ha dado a la tarea de desarrollar relaciones con varios países de América Latina, y entre ellos, un lugar importante lo ocupa Cuba.
Skólkovo y la isla han tenido varias aproximaciones, la más reciente, con una delegación que tomó parte en la V Conferencia Internacional de Nanotecnología, celebrada en La Habana, así como en la reunión binacional Rusia-Cuba.
Representantes de distintos clústeres así como de la directiva general del Fondo, tuvieron distintos encuentros de negocios con sus contrapartes cubanas, entre ellos con elministerio de Agricultura, el Instituto de Neurología, el Ministerio de Educación Superior, universidades y empresas.
En la rama de las tecnologías biomédicas, en las que Cuba cuenta con avances reconocidos, existe un especial interés por ambas partes de continuar colaborando en proyectos ya encaminados y en otros por venir.
“Cuba es un ejemplo que asombra, por el éxito de sus investigaciones científicas”, aseguró a Sputnik Nóvosti Kirill Kaem, vicepresidente del Clúster Biomédico de Skólkovo. “Un país pequeño y bloqueado, y sin importar esto, el gobierno ha tomado los pasos necesarios y ha unido a las personas correctas para para crear el polo científico que se ocupa de la biotecnología”, expresó. “Me costó trabajo creer que el volumen total de ingresos por productos biofarmacéuticos de Cuba se puede comparar con los de la Federación Rusa”.
“Se están analizando por parte de nuestro comité de expertos internacionales unos dieciséis proyectos de investigación cubanos en esta esfera, principalmente referidos a la oncología y a las enfermedades neurodegenerativas. De ellos seguramente al menos cinco recibirán financiamiento. Los demás ya se encuentran en otras etapas de desarrollo,” afirmó el vicepresidente.
Ya desde un año antes se firmó un acuerdo de colaboración entre Skólkovo y la empresa cubana farmacéutica Heber Biotec, mediante el cual Cuba toma parte en el desarrollo de los ecosistemas del centro de Innovación y contempla la realización de otros proyectos bilaterales.
Por otro lado, expertos de la isla han visitado Moscú para explorar la posibilidad de construir en Cuba un parque tecnológico al estilo de Skólkovo. Hasta allá llegaron la propia Ministra de Ciencia y Tecnología cubana, Elba Rosa Pérez, o Fidel Castro Díaz-Balart, asesor del Consejo de Estado en temas científicos, quien se reunió con Skólkovo con el presidente Víctor Vekselberg para estrechar los lazos tecnológicos entre ambos países.
Es que Skólkovo es ya el embrión del futuro. Para el 2030, cuando se haya completado la tercera parte del proyecto y se concentren allí las mentes más brillantes de Rusia y otras tierras, seguramente Cuba habrá puesto su granito de arena en grandes descubrimientos y más de un cubanito se paseará por las calles de su Smart city.
(Con información de Sputnik)
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