Los demás precandidatos, O’Malley, Webb y Chafee, intentan sin éxito hacerse notar
Los precandidatos presidenciales demócratas: el ex senador por Virginia Jim Webb; el senador por Vermont Bernie Sanders; la ex secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton; el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley, y el ex gobernador de Rhode Island Lincoln Chafee, en el debate organizado por CNN, ayer en Las VegasFoto Ap
Afp, Ap y Dpa
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de octubre de 2015, p. 28
Las Vegas.
La ex secretaria de Estado Hillary Clinton y su principal rival, el senador por Vermont Bernie Sanders, denunciaron la desigualdad económica como el gran mal de Estados Unidos, en el primer debate entre los aspirantes a la nominación presidencial del Partido Demócrata rumbo a las elecciones de 2016, celebrado aquí la noche de este martes.
Haré todo lo posible por sanar las divisiones económicas, porque hay mucha desigualdad, lanzó la ex senadora por Nueva York que aspira a convertirse en la primera presidenta en la historia de Estados Unidos.
Ubicada en el centro del escenario por su ventaja en los sondeos, Clinton prometió combatir las inequidades de todo tipo, y que los padres puedanfinalmente decir a sus hijas: tú también puedes ser presidenta cuando seas grande.
Sanders apeló a la clase media. Dijo que el 1 por ciento de la población del país goza de abundante riqueza, mientras el ciudadano común trabaja más horas a cambio de un menor salario.
Sanders, declarado socialista democrático, reclamó un giro radical en la política económica y denunció la corrupción en el sistema financiero. El Congreso ya no controla Wall Street; Wall Street controla al Congreso, indicó Sanders, quien llamó a una reforma a las finanzas de campaña para reducir la influencia de los ricos, combatir el cambio climático y gastar más en educación y empleos para los jóvenes, lo que ayudaría a que no caigan en prisión.
También se pronunció por terminar con el espionaje, combatir el racismo, acabar con los grandes bancos y por sacar de las sombras a 11 millones de indocumentados en el país.
Los demás aspirantes, el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley, el ex senador Jim Webb y el ex gobernador de Rhode Island Lincoln Chafee, con índices de popularidad de un dígito, intentaron hacerse notar, sin éxito.
Para Clinton, el objetivo del debate, organizado por CNN, fue convencer de que tiene la experiencia para ser la primera mujer en llegar a la presidencia y llevar un tercer mandato seguido para los demócratas por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, aunque al lado tuvo a Sanders, quien ha atraído multitudes con su popular revolución política, con la que intenta unir a la gente hasta lograr el cambio.
Ésta fue la primera ocasión en que Sanders tuvo una amplia exposición a nivel nacional, y una oportunidad para Clinton de minimizar el escándalo desatado por el uso de un servidor privado de correo electrónico cuando era secretaria de Estado, en lugar del oficial.
Esta noche no quiero hablar de mis correos electrónicos, sino de lo que quiere el pueblo estadunidense, señaló Clinton, y encontró en Sanders un inesperado aliado.
Ya basta de correos electrónicos; vamos a hablar de los verdaderos temas, replicó el senador. Clinton cerró la breve coincidencia con un estrechón de manos y el público estalló en aplausos.
A escala nacional, Clinton mantiene la delantera en las encuestas, pero va por detrás de Sanders en Nueva Hampshire y su ventaja es modesta en Iowa, dos estados claves al comienzo de las primarias en 2016.
El magnate republicano Donald Trump señaló que estaría tuiteando durante el debate demócrata, pero que preveía que serían dos horas muy aburridas, a lo que Clinton respondió: “me da gusto que estés viendo. Será algo ‘enorme”’. Más tarde, Trump alardeó: lo siento no hay estrellas esta noche.
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