Por Paquita Armas Fonseca.
Sería absurdo pensar que en un encuentro teórico sobre el audiovisual hoy, se pudiera prescindir de debates y acercamientos a las nuevas tecnologías, a la formación del gusto y a los públicos.
Hoy por hoy, a pesar de que algunos especialistas insisten en que en Cuba existe una sola televisión (con sus cinco canales), en mi opinión, se impone una competencia no todo lo leal que debiera ser, con los productos distribuidos en el famoso paquete y en una que otra antena.
El “paquete” que llega a una casa se multiplica por tantas memorias flash como interesados se acerquen ese día. No necesitan computadora, sólo una memoria. Conozco a personas que tienen DVD y no refrigerador. Esa mujer ve todas las semanas tres telenovelas de las que llegan en el “paquete”. Si dudan lo que digo caminen por San Martín, en el Cerro, barrio lleno de pasillos y cuarterías en las que se habla de cualquiera de los culebrones que actualmente se incluyen en la oferta.
Si a esto se agrega que los ómnibus interprovinciales son difusores permanentes de policiacos (Caso cerrado) no Tras la huella, musicales de “cualquier parte” menos de buenas composiciones, se entiende por qué algunas personas entre las que me encuentro, hablamos de la televisión no estatal: para mí el paquete es la variante de acceso a INTERNET que no existe en Cuba.
Además, ¿todo el planeta tiene camino a las famosas autopistas ciberespaciales? ¿regalan los celulares y el acceso a google (por solo poner un ejemplo)?. Quien piense que esa senda está resuelta, que se dedique a ver un minuto al día a los inmigrantes del Medio Oriente, a quienes cruzan la frontera mexicana o están apilados en un hospital, sin que llegue la atención medica. Se que entre esos millones de personas- sin acceso a luz eléctrica, celular, computadora, televisor- no son pocas las que prefieren “conectarse”, por una u otra vía, que gastar su dinero en una comida más sana. Eso es lo que sucede con mi amiga: no ahorra para el refrigerador, se ha comprado dos DVD (de uso) en tres años, tiene memorias flash y ve los culebrones porque los copia en las casas a las que va a limpiar y cobra cinco CUC por jornada.
De ahí que nuestra televisión está sometida constantemente a una competencia permanente y desigual: cualquier telenovela mexicana o colombiana invierte el presupuesto de todo un año para nuestros cinco canales.
¿Qué hacer en esta disyuntiva?. Aquí algunos puntos “provocadores” que expuse en el Caracol:
-La TV cubana con sus características es única en el Mundo por lo que puede y debe ser mucho más eficaz.
-La competencia en audiovisuales es una realidad: se apaga la señal cubana y se sintoniza con otra (no son pocas las antenas) o se utiliza el paquete, por lo que la emulación está planteada; no hay una televisión, hay muchas.
-La TV no puede dar la espalda al paquete, mientras exista. ¿Por qué no realizar un programa atractivo sobre las principales ofertas que cada semana llega a una buena cantidad de hogares cubanos?
- En Multivisión, el canal educativo y el dos se transmiten filmes actuales y algunos muy buenos. Sin que se conviertan en una morcilla de comentarios cinematográficos, se debe realizar una promoción, directamente proporcional a los valores estéticos de la obra, tanto en calidad del anuncio como en hora y frecuencia se que emite.
-Se impone un espacio de crítica audiovisual, al que concurran especialistas de diversas disciplinas y propongan una jerarquización de lo que llega al televidente.
-Creo firmemente en que se puede influir en el gusto y en que una pieza dramática puede ser más efectiva que mil discursos: La cara oculta de la luna logró elevar los análisis sobre VIH, como no ha conseguido una SISTEMÁTICA Y AMPLIA campaña.
-La escasez de recursos obliga que cada proyecto audiovisual que se emprenda, debe estar avalado por un análisis colectivo en el que intervengan investigadores de los públicos. No pueden ser decisiones de dedo, aunque estas estén tomadas por hacedores de experiencia y calidad.
-No se puede renunciar a realizar teledramas, cuentos y teatros, con la calidad que merecen esos unitarios. En los últimos años se ha perdido la oferta que logró establecerse: cada verano accedíamos a propuestas con una estética de vanguardia y temas variopintos, de incidencia social.
-Me parece absurdo (y creo que a una buena parte de los televidentes y no pocos ejecutivos) que la transmisión de Telesur no sea las 24 horas. La programación del Educativo dos, con algunos buenos espacios, puede ser asumida por el Educativo o por Cubavisión.
Hasta aquí mis apuntes… por ahora. Las nuevas tecnologías, que ya no son tan nuevas, me apasionan, aunque según algún ¿teórico? de café, asegure que ese desarrollo le pertenece a los jóvenes. Yo digo que no, que para ser revolucionario y dedicarse a transformar (no contemplar) el mundo, basta estar vivo.
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