La periodista Norelys Morales Aguilera publicó en su blog un oportuno y necesario artículo titulado “Terroristas en reciclaje a ‘pacifistas’ contra Cuba”, donde se desenmascara el patrocinio de Santiago Álvarez Magriñá, con probada actitud violenta hacia Cuba, a un curso de “golpe suave” en Miami para mercenarios que posteriormente regresarán a la isla para atentar contra el orden social elegido por el pueblo cubano.
Norelys, a quien agradezco la referencia en su artículo a los archivos de nuestro programa La Tarde se Mueve, demuestra una vez más que Santiago Álvarez Magriñá es el terrorista de siempre. Es tan evidente su condición, que ya ni sus alabarderos lo niegan. Ahora se han salido con que ciertamente fue un criminal violento, pero que eso fue cosa del pasado y que hoy ha cambiado tanto, que se podría hablar de dos personas distintas. Sobre esta mentira, mi posición es clara y la expresa el título de este escrito: Existe un solo Santiago Álvarez Magriñá y es un terrorista.
La denuncia de que existe un plan para lavar la imagen de Álvarez Magriñá, necesario sobre todo ahora que está recibiendo visitantes residentes en Cuba para entrenarlos, no es una invención; se puede leer en una apología publicada en el El Nuevo Herald de Miami este 8 de julio con el título de “Lucha pacífica”.
Santiago Álvarez Magriñá no ha cambiado porque no han cambiado ni sus objetivos personales ni los de quienes lo apoyaron en atentados y sabotajes contra Cuba. Las condiciones y sus cómplices se mantienen. No ha variado el hecho de que existe una derecha centroamericana que en vínculo con la derecha miamense que le sigue promocionando.
La pose de pacifista, tapadera que usan otros tan violentos como él como Luis Posada Carriles y Ramón Saúl Sánchez, es una recomendación que le dio su abogado para que evitara volver a la cárcel. No es nueva, hace años Santiago Álvarez visitó la televisión anticubana de Miami para decir que eran otros tiempos. También a Posada Carriles sus asesores legales le aconsejaron por su juicio en El Paso, Texas, que dijera que abandonaba el terrorismo contra Cuba. Hasta que no aguantó más y fue al programa que tenía Armando Pérez Roura en Radio Mambí, Univisión Radio, a confesar que seguía siendo el mismo. El mismo criminal de siempre.
Aunque Santiago Álvarez Magriñá diga que abandona la lucha pacífica, sus relaciones con personas que patrocinan el terrorismo con dinero o con auxilios legales y de publicidad siguen vigentes.
La Congresista Ileana Ros-Lehtinen, que ayudó a sus amigos terroristas a salir de la cárcel en Panamá, donde estaban por querer volar de un bombazo el paraninfo de la Universidad (lo que Álvarez Magriñá sabía), sigue en su puesto y pretende ser reelecta en noviembre próximo. La presencia de Ros-Lehtinen y Díaz-Balart en el Congreso, y los contactos en El Nuevo Herald para limpiar su imagen, le dan a Santiago Álvarez una peligrosa sensación de impunidad.
Organizaciones que apoyaron a Santiago Álvarez en el pasado siguen actuando en Miami. Algunas, como la Fundación Nacional Cubano Americana y su par, la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, también han querido convertirse al pseudo pacifismo. No hay más que comparar las declaraciones de objetivos de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (Jorge Mas Santos) y la Fundación Rescate Jurídico (Santiago Álvarez) para constatar su parecido. Dice el grupo de Jorge Mas Santos: “La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (“FHRC”) es una organización 501 (c) 3 sin fines de lucro establecida en 1992 para promover una transición no violenta a una Cuba libre y democrática mediante la potenciación de la sociedad civil independiente en Cuba. FHRC mantiene un contacto regular con los defensores de los derechos humanos y activistas cívicos que están trabajando para el cambio en Cuba a través de medios no violentos.” Dice por su parte la organización de Santiago Álvarez: “La Fundación Rescate Jurídico (FRJ) es una organización que aboga por una sociedad civil democrática en Cuba que respete los derechos de sus ciudadanos y funcione libremente por el bien común. Su objetivo primordial es fortalecer a los activistas de la sociedad civil con los conocimientos y entrenamiento en liderazgo que les permita imbuir los valores democráticos en sus comunidades.”
Las mismas fuerzas de la derecha latinoamericana que apoyaron a Santiago Álvarez en su llamada “etapa no-pacífica” o mejor, terrorista, continúan hoy en activo. Las visitas de Mireya Moscoso a Miami, y la radicación en el sur de la Florida de un político en línea reaccionaria como Ricardo Martinelli lo confirman. También están activos los radicales de ARENA en El Salvador y los nostálgicos de “la contra” en Nicaragua.
Por si fuera poco, la llamada Fundación Rescate Jurídico reconoce oficialmente sus vínculos con el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos (ICCAS) de la Universidad de Miami, lo que le garantiza un espacio para proyectos y proselitismo. Dice Rescate Jurídico en su web oficial: “En cooperación con el Consejo por la Libertad de Cuba y el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, la Fundación Rescate Jurídico (FRJ) apoyó la iniciativa de invitar a 19 opositores cubanos a Miami para un seminario de una semana que les brindó una educación a fondo sobre los principios de la democracia, la organización de partidos, elecciones y referendos; y el establecimiento de una política que proteja los derechos civiles y humanos de todos los cubanos. El evento, que se efectuó en La Casa Bacardí de la Universidad de Miami, contó con la presencia de empresarios, historiadores, educadores y legisladores a nivel local, estatal y federal quienes compartieron sus experiencias y conocimientos, con la meta de proveer una base sólida en la cual, al regresar a Cuba, los opositores podrán comenzar a fomentar una sociedad civil democrática. El seminario se enfocó en cómo los países de Europa del este erradicaron el comunismo, cuales metodologías funcionaron y por qué. Los participantes tuvieron la oportunidad de estudiar objetivamente la historia del régimen comunista en Cuba y entender que fue lo que lo hizo posible.”
Después de esta confesión, donde se implica a los congresistas federales, queda poco por agregar: Santiago Álvarez Magriñá sigue siendo el mismo terrorista de siempre y quienes lo siguen y apoyan deben tenerlo en cuenta.
Para concluir quiero citar un fragmento, totalmente vigente, de la Declaración del MINREX de Cuba publicada en Granma el 13 de marzo del 2002: “Por su parte, Álvarez Fernández-Magriñá, también vinculado directamente con la FNCA y otras organizaciones terroristas radicadas en los Estados Unidos, era uno de los que acompañaría a Luis Posada Carriles y los otros tres terroristas detenidos en Panamá en la ejecución del atentado contra el Comandante en Jefe durante la celebración de la X Cumbre Iberoamericana en Panamá. Aunque finalmente no participó, estuvo estrechamente vinculado con la preparación de esa frustrada acción. Es amigo de Luis Posada Carriles desde que ambos trabajaron juntos en la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) de Venezuela en la década de 1970. Después de que Posada Carriles y Orlando Bosch fueron encarcelados como consecuencia de la participación de ambos en la voladura de un avión de Cubana de Aviación frente a Barbados en 1976, siguió siendo un cercano colaborador de estos terroristas y les sirvió de enlace con los grupos terroristas de Miami, valiéndose de su condición de funcionario de la República de Venezuela.”
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