Es conocido que las cosas que no se atajan a tiempo, terminan después convertidas en problemas mucho mayores.
Se ha hecho notorio en las últimas semanas el titulado "Caso Ravsberg".
Alguien ha perdido la paciencia, no ha podido contenerse, alguien ha estallado. No lo justifico, lo lamento y rechazo, como rechazo cualquier alusión a una respuesta violenta a algo que tiene su origen en el terreno de la opinión.
Y lo lamento y rechazo más que todo porque le ha hecho, en bandeja, un tremendo regalo al Sr. Ravsberg.
Lo sucedido después lo conocemos: La maquinaria se puso en marcha.
Textos originales olvidados, titulares intencionados, post victimizados, las publicaciones multiplicadas, la explotación beneficiosa, la utilización política al orden del día, los cínicos llamados a la ética, las matrices convenientes y finalmente, lograr las provechosas palabras resultantes de varios intelectuales y artistas de nuestra patria.
El Sr. Ravsberg ha emitido en su propia web que ha quedado insatisfecho con la respuesta y atención que le ha dado la UPEC a su caso.
Debo admitir que a pesar del profundo abismo ideológico, político y moral, que me separa del Sr. Ravsberg, coincido plenamente con él porque -salvo honrosas excepciones- no se ha asumido frente a él, como sí hizo en su momento Fidel llamándole “el más mentiroso”, lo que el deber impone. Pero no ahora, sino todas las veces que se debió haberlo hecho, con lo que probablemente no estuviéramos hoy asistiendo al bochornoso nivel que ha tomado el caso:
-Cuando el Sr. Ravsberg dijo y reiteró que el ejercicio militar Bastión era la respuesta del Gobierno Cubano a la elección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, sin importarle las graves consecuencias diplomáticas o peores aún que eso pudiera acarrear. Asunto que grandes medios de comunicación y agencias de prensa convirtieron en matriz de opinión y que muy probablemente haya sido utilizado por sectores extremistas de Miami para inducir al recién electo presidente de Estados Unidos a su hostiles declaraciones contra Cuba.
-Cuando el Sr. Ravsberg emitió artículos declarando que las personas que trabajan en el Gobierno Cubano, el Estado y sus Instituciones no eran revolucionarios, sino que esto lo eran los que emprendían negocios privados.
-Cuando el Sr. Ravsberg, dijo que las medidas de inspección y control a los restaurantes de propiedad no estatal para la rectificación de violaciones se trataba de una campaña del Estado y Gobierno Cubanos contra los negocios privados.
- Cuando el Sr. Ravsberg, de igual manera, hizo campaña contra las medidas de control de precios que el Consejo de Administración Provincial hizo a los boteros.
-Todas las veces el Sr. Ravsberg en contra de los acercamientos de la CTC, la UJC y el PCC, la ONAT, la ANEC, el sistema bancario hacia el sector no estatal, emitió artículos cultivando el distanciamiento y contraposición de los trabajadores por cuenta propia respecto al Estado Cubano y sus Instituciones.
-Cuando el Sr. Ravsberg hizo una campaña a favor de los propietarios de piscinas cuando al Gobierno Cubano no le quedó más remedio que emitir medidas urgentes para aliviar la sequía que azotaba al país para luego decir que las fuentes públicas, que hasta un niño sabe que reciclan el agua, la despilfarran.
- Cuando el Sr. Ravsberg intentó engañar, comparando sin lógica alguna Cuba con Vietnam, diciendo que el desarrollo comercial e industrial de ese país no se debe a sus 91 millones de habitantes, cuya edad media de esa población es de 26 años, que posee unas de las cuencas hidrográficas más grandes de Asia, yacimientos petrolíferos abundantes, tierras con climas provechosos y alta fertilidad. Especialmente omitiendo que no está sometido al bloqueo económico que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. Sino que el Sr. Ravsberg redujo todo a que el Partido Comunista de Cuba era sencillamente incapaz en comparación con el Partido Comunista de Vietnam.
Tal vez debiera coincidir también con el Sr. Ravsberg en el uso de ¨por menos que eso¨
No me quedaría más remedio que coincidir con el Sr. Ravsberg, sobre una UPEC que debe ser la voz de los periodistas cubanos, pero no la voz en las reuniones para que después le saquen las grabaciones, que luego se publican omitiéndose el nombre que no conviene, precisamente el del Sr Ravsberg.
Es preferible ponerse colorado una vez a amarillo cien veces.
No soy miembro de ella, pero considero que la UPEC es y debe ser la veladora, más allá de la ética de sus miembros inscritos, del ejercicio moral de la profesión del periodismo en Cuba.
Pero debo coincidir con el Sr. Ravsberg que los estatutos de la UPEC la limitan, pues imagino que no le es posible tramitar ante las autoridades del país la denuncia de uno de sus miembros ante un corresponsal extranjero que toma sus textos, los reproduce sin autorización, mutila en su contenido y tergiversa su título cambiándole su sentido, o cuando el Sr Ravsberg ha permitido entre los foristas de su blog insultos y ataques contra directivos y miembros de la UPEC, incluso cuando él mismo ha enlazado desde el foro las sucias invectivas de propaganda negra, nada éticas, publicadas por el sitio El Lumpen.
Seguramente el Sr. Ravsberg considera que la UPEC no ha hecho lo que debería hacer.
Definitivamente, coincido plenamente, con el Sr. Ravsberg.
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