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OnCuba
Por Ana Lidia Garcia
Un total de 71 nuevas cooperativas no agropecuarias comenzaron a funcionar en Cuba este 1ro de octubre, pasados 3 meses de la implementación, con carácter experimental, del nuevo modelo de gestión.
El primer grupo de 124 cooperativas asociadas a actividades del transporte, la construcción, la recogida de materias primas y los mercados agropecuarios, que arrancó el 1ro de julio del presente año, ha dado sus primeros pasos con aciertos y algunos contratiempos.
La autonomía en la gestión, la igualdad de derechos entre los socios y el aumento de las ganancias colectivas, resultan ya incentivos para los cooperativistas. Mientras, asuntos como la inexistencia de un mecanismo directo y ágil para la importación y de un mercado mayorista donde adquirir los insumos, van lastrando el buen funcionamiento de estas formas de organización económica.
En lo que toca a la población, que desde el principio volcó muchas esperanzas en el desarrollo de estas iniciativas, existen insatisfacciones debido al incremento de los precios en algunos establecimientos que adoptaron esta forma de gestión colectiva. Las quejas en este sentido se focalizan sobre todo en los productos comercializados por los mercados agropecuarios, entre los que se encuentran frutas, viandas, hortalizas y carne de cerdo.
El Decreto-Ley 305 De las cooperativas no agropecuarias plantea en su artículo 25 que “los precios y tarifas de los productos y servicios que comercialicen las cooperativas se determinan por estas, según la oferta y la demanda” y como la diversidad de ofertas es aún escasa, los consumidores se ven obligadas a comprar los alimentos en estos lugares, a pesar del alza de los precios. Sin embargo, hay otras causas de este fenómeno, como son el precio elevado en los que los campesinos venden los productos (obedeciendo a su vez al precio de los insumos que necesitan para la producción), la aún deficiente producción agrícola en nuestros campos y la especulación de la que son objeto algunas mercancías –estimulada por la propia escasez–.
Ante tal situación, abundan los escépticos. ¿También en las nuevas cooperativas aumentarán los precios? En busca de respuestas, OnCuba visitó hace pocos días dos de las cooperativas de servicios que comenzaron a funcionar este 1ro de octubre, cuyos asociados comprenden la necesidad de alterar lo menos posible sus tarifas para mantener a los clientes.
Reina Ramos, socia de la cooperativa Lavatín OK –antes Autoservicio OK de la Empresa Provincial de Servicios Personales y Técnicos de La Habana, sito en la calle 23 entre 2 y 4 del Vedado– comenta que el público ya está acostumbrado a sus precios y sería un error cambiarlo todo ahora.
La también cooperativista Tania Burgois explica que el lavado de la ropa se mantendrá a 6,00 pesos hasta 7 Kg y el secado a 8,00 hasta 14 kg, como hasta el momento. “Solo hemos cambiado ligeramente algunas tarifas en el planchado, porque existen piezas que requieren de mayor esfuerzo. Nuestro establecimiento siempre ha sido rentable de esa forma y pensamos que no hay necesidad de aumentar los precios, eso solo iría en detrimento de nuestro éxito como cooperativa. Todos los productos que utilizamos se pueden comprar en el país y, hasta el momento, con los mismos proveedores. En el caso de los equipos de trabajo (lavadoras, secadoras, planchas, etc.), crearemos una reserva monetaria para cuando sea necesario darles mantenimiento, repararlos o sustituirlos”.
“No es en el incremento de los precios en lo que estamos pensando ninguno de los 12 socios, sino en ofrecer más opciones. Por ejemplo, ahora comenzaremos a brindar el servicio de lavado con cloro y en el futuro las personas podrán elegir si quieren que su ropa sea lavada con suavizador”, cuenta Reina Ramos quien confesó tener muchas expectativas con el inicio de la cooperativa.
También en el Instituto de Salud y Belleza Bella II –ubicado en Calzada entre Paseo y A en el Vedado– los estilistas, masajistas y técnicos faciales devenidos socios de la cooperativa del mismo nombre, anhelan el éxito de la recién formada organización. Por ello, en los días que precedieron a este 1ro de octubre repararon y limpiaron el inmueble arrendado a la mencionada Empresa Provincial de Servicios, a la cual también pertenecían.
Esperanza Suárez y Carmen Santiesteban, por ejemplo, asumieron con recursos propios el arreglo del techo del Departamento de facial donde trabajan. “Hemos querido crear mayor confort, además, nadie sentirá el peligro de que se caiga un pedazo del techo”.
En relación con los precios, Esperanza aclaró que servicios tan solicitados por la población como la limpieza de cutis mantendrán la misma tarifa: 30,00 pesos, “pues requieren más esfuerzo de nosotras que recursos; sin embargo, las depilaciones sí han aumentado de 2,00 a 10,00 pesos, por ejemplo en el caso de las cejas, porque la cera es un producto caro”.
El servicio de ejercicios aeróbicos, del que disfrutan cientos de personas diariamente, varió su precio de 3,50 a 4,00 pesos por cada sesión. “No tenemos la necesidad de aumentar más la tarifa pues es una actividad que se realiza con mínimos gastos. Solo aumentamos un poco, pues ahora debemos asumir gastos como el pago de arrendamiento del local, transporte, electricidad, agua, gas, telefonía… que antes corrían por la Empresa”, aseguró Adriana Cervantes, quien ahora preside esta cooperativa de 30 socios.
En Bella II también se albergan algunos sueños como el de comenzar a ofrecer hidromasajes y depilaciones de bikini en un local con las condiciones adecuadas para ello. “Se trata de servicios que queríamos brindar desde hacía mucho tiempo pero la Empresa no podía hacer las inversiones necesarias. Como a partir de ahora podemos administrar nuestras utilidades tendremos esto como una prioridad”, señaló Cervantes.
Con dichos precios y aspiraciones comenzaron a funcionar las dos nuevas cooperativas. En cuanto a las tarifas, aunque los socios tienen la pretensión de mantenerlas e, incluso, de disminuir aquellas que provoquen pérdida de clientes, aún es muy pronto para aventurarnos a pronosticar la permanencia de los importes actuales. Más adelante podrán realizarse proyecciones a largo plazo, teniendo en cuenta el desarrollo futuro de estas organizaciones, el surgimiento de iniciativas homólogas que amplíen el abanico de opciones, el comportamiento de los mecanismos de obtención de suministros mayoristas y la capacidad que tengan para cubrir los gastos con sus ingresos.
OnCuba
Por Ana Lidia Garcia
Un total de 71 nuevas cooperativas no agropecuarias comenzaron a funcionar en Cuba este 1ro de octubre, pasados 3 meses de la implementación, con carácter experimental, del nuevo modelo de gestión.
El primer grupo de 124 cooperativas asociadas a actividades del transporte, la construcción, la recogida de materias primas y los mercados agropecuarios, que arrancó el 1ro de julio del presente año, ha dado sus primeros pasos con aciertos y algunos contratiempos.
La autonomía en la gestión, la igualdad de derechos entre los socios y el aumento de las ganancias colectivas, resultan ya incentivos para los cooperativistas. Mientras, asuntos como la inexistencia de un mecanismo directo y ágil para la importación y de un mercado mayorista donde adquirir los insumos, van lastrando el buen funcionamiento de estas formas de organización económica.
En lo que toca a la población, que desde el principio volcó muchas esperanzas en el desarrollo de estas iniciativas, existen insatisfacciones debido al incremento de los precios en algunos establecimientos que adoptaron esta forma de gestión colectiva. Las quejas en este sentido se focalizan sobre todo en los productos comercializados por los mercados agropecuarios, entre los que se encuentran frutas, viandas, hortalizas y carne de cerdo.
El Decreto-Ley 305 De las cooperativas no agropecuarias plantea en su artículo 25 que “los precios y tarifas de los productos y servicios que comercialicen las cooperativas se determinan por estas, según la oferta y la demanda” y como la diversidad de ofertas es aún escasa, los consumidores se ven obligadas a comprar los alimentos en estos lugares, a pesar del alza de los precios. Sin embargo, hay otras causas de este fenómeno, como son el precio elevado en los que los campesinos venden los productos (obedeciendo a su vez al precio de los insumos que necesitan para la producción), la aún deficiente producción agrícola en nuestros campos y la especulación de la que son objeto algunas mercancías –estimulada por la propia escasez–.
Ante tal situación, abundan los escépticos. ¿También en las nuevas cooperativas aumentarán los precios? En busca de respuestas, OnCuba visitó hace pocos días dos de las cooperativas de servicios que comenzaron a funcionar este 1ro de octubre, cuyos asociados comprenden la necesidad de alterar lo menos posible sus tarifas para mantener a los clientes.
Reina Ramos, socia de la cooperativa Lavatín OK –antes Autoservicio OK de la Empresa Provincial de Servicios Personales y Técnicos de La Habana, sito en la calle 23 entre 2 y 4 del Vedado– comenta que el público ya está acostumbrado a sus precios y sería un error cambiarlo todo ahora.
La también cooperativista Tania Burgois explica que el lavado de la ropa se mantendrá a 6,00 pesos hasta 7 Kg y el secado a 8,00 hasta 14 kg, como hasta el momento. “Solo hemos cambiado ligeramente algunas tarifas en el planchado, porque existen piezas que requieren de mayor esfuerzo. Nuestro establecimiento siempre ha sido rentable de esa forma y pensamos que no hay necesidad de aumentar los precios, eso solo iría en detrimento de nuestro éxito como cooperativa. Todos los productos que utilizamos se pueden comprar en el país y, hasta el momento, con los mismos proveedores. En el caso de los equipos de trabajo (lavadoras, secadoras, planchas, etc.), crearemos una reserva monetaria para cuando sea necesario darles mantenimiento, repararlos o sustituirlos”.
“No es en el incremento de los precios en lo que estamos pensando ninguno de los 12 socios, sino en ofrecer más opciones. Por ejemplo, ahora comenzaremos a brindar el servicio de lavado con cloro y en el futuro las personas podrán elegir si quieren que su ropa sea lavada con suavizador”, cuenta Reina Ramos quien confesó tener muchas expectativas con el inicio de la cooperativa.
También en el Instituto de Salud y Belleza Bella II –ubicado en Calzada entre Paseo y A en el Vedado– los estilistas, masajistas y técnicos faciales devenidos socios de la cooperativa del mismo nombre, anhelan el éxito de la recién formada organización. Por ello, en los días que precedieron a este 1ro de octubre repararon y limpiaron el inmueble arrendado a la mencionada Empresa Provincial de Servicios, a la cual también pertenecían.
Esperanza Suárez y Carmen Santiesteban, por ejemplo, asumieron con recursos propios el arreglo del techo del Departamento de facial donde trabajan. “Hemos querido crear mayor confort, además, nadie sentirá el peligro de que se caiga un pedazo del techo”.
En relación con los precios, Esperanza aclaró que servicios tan solicitados por la población como la limpieza de cutis mantendrán la misma tarifa: 30,00 pesos, “pues requieren más esfuerzo de nosotras que recursos; sin embargo, las depilaciones sí han aumentado de 2,00 a 10,00 pesos, por ejemplo en el caso de las cejas, porque la cera es un producto caro”.
El servicio de ejercicios aeróbicos, del que disfrutan cientos de personas diariamente, varió su precio de 3,50 a 4,00 pesos por cada sesión. “No tenemos la necesidad de aumentar más la tarifa pues es una actividad que se realiza con mínimos gastos. Solo aumentamos un poco, pues ahora debemos asumir gastos como el pago de arrendamiento del local, transporte, electricidad, agua, gas, telefonía… que antes corrían por la Empresa”, aseguró Adriana Cervantes, quien ahora preside esta cooperativa de 30 socios.
En Bella II también se albergan algunos sueños como el de comenzar a ofrecer hidromasajes y depilaciones de bikini en un local con las condiciones adecuadas para ello. “Se trata de servicios que queríamos brindar desde hacía mucho tiempo pero la Empresa no podía hacer las inversiones necesarias. Como a partir de ahora podemos administrar nuestras utilidades tendremos esto como una prioridad”, señaló Cervantes.
Con dichos precios y aspiraciones comenzaron a funcionar las dos nuevas cooperativas. En cuanto a las tarifas, aunque los socios tienen la pretensión de mantenerlas e, incluso, de disminuir aquellas que provoquen pérdida de clientes, aún es muy pronto para aventurarnos a pronosticar la permanencia de los importes actuales. Más adelante podrán realizarse proyecciones a largo plazo, teniendo en cuenta el desarrollo futuro de estas organizaciones, el surgimiento de iniciativas homólogas que amplíen el abanico de opciones, el comportamiento de los mecanismos de obtención de suministros mayoristas y la capacidad que tengan para cubrir los gastos con sus ingresos.
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