EFE
Restaurarlo lo más fielmente posible al original y acorde a un teatro tradicional contemporáneo para usarlo en representaciones dramáticas, musicales, bailables y reuniones, fue el objetivo principal de la obra, explicó a Efe la proyectista general, Marilyn Mederos.
El elegante Teatro Martí de La Habana, una reliquia patrimonial del siglo XIX que fue meca del bufo, el vodevil, la zarzuela y la ópera, reabrirá sus puertas el próximo 24 de febrero tras casi cuarenta años de inactividad, con el renovado esplendor devuelto por una compleja restauración.
Un equipo de arquitectos, diseñadores, restauradores, muralistas, investigadores, electricistas, constructores, carpinteros y otros especialistas, acometió la ardua labor de reconstrucción del también llamado "Coliseo de las cien puertas", para devolverlo a la vida pública con su esencia de antaño y un necesario toque de modernidad.
Restaurarlo lo más fielmente posible al original y acorde a un teatro tradicional contemporáneo para usarlo en representaciones dramáticas, musicales, bailables y reuniones, fue el objetivo principal de la obra, explicó a Efe la proyectista general, Marilyn Mederos.
Esta instalación de estilo neoclásico, inaugurada el 8 de junio de 1884, se llamó en principio "Irijoa" -como su propietario, el vasco Ricardo Irijoa-, pero en 1901 tomó su nombre definitivo en homenaje al Héroe Nacional José Martí, prócer de las guerras independentistas de la isla.
La función que marcó su apertura se hizo a beneficio del convento "El Buen Pastor", y con posterioridad, transitaron por su escenario diversos espectáculos, desde compañías del género bufo criollo y el circo de Santiago Pubillones hasta zarzuelas, operetas, y el estreno en Cuba de la ópera "La Bohme", de Giacomo Puccini.
El Teatro Martí, ubicado en el centro histórico de la ciudad, guarda también en su legado el hecho de haber sido la sede donde se redactó la Carta Magna para la República cubana que se estrenó el 20 de mayo de 1902.
Debido al deterioro de su infraestructura, la sala cerró desde finales de los años setenta del siglo pasado y no fue hasta el 2000 que comenzaron los trabajos para su conservación y remozamiento, los cuales tomaron un ritmo consecutivo a partir del años 2005-2006, explicó la arquitecta Mederos.
El concepto de restauración que ha primado en esta obra lleva aparejado tanto la labor de restauración como la conservación de la parte patrimonial, histórica y arquitectónica de la edificación, indicó también la especialista.
Con esa directriz se ha podido conservar toda la fachada de piedra, parte de la herrería original, la reja que circunda su perímetro, restaurar los entrepisos y escaleras de madera, en tanto que los elementos rescatados han servido para copiar y restituir los que faltaban, detalló.
Una de las zonas que requirió una restauración de nivel mayor fue el falso techo de la sala, uno de los elementos decorativos más importantes de este teatro, que se desmontó para hacer toda la estructura nueva y reproducir las decoraciones a partir de las originales.
En el caso específico de la carpintería estilo francesa de los ventanales se repitió a partir de fotos históricas y en interiores se colocó una doble capa de madera como aislante del ruido externo para lograr un reforzamiento acústico que se rematará con unas cortinas de grueso terciopelo y el alfombrado.
Los aires renovadores llegados al "Martí", que contará con 720 plazas en su mobiliario entre las butacas de la platea y las sillas de los palcos y el tradicional "gallinero", del tercer y último piso, fueron recreadas con normas del confort contemporáneo.
Como reconstruir también implica modificar, Mederos refirió que se hizo una nueva torre de tramoya y de igual manera un bloque de camerinos, el sistema de mecánica escénica, de luces y audio, así como un edificio anexo donde estarán los locales de ensayos, oficinas, los servicios administrativos, y otras áreas de apoyo.
"Es un teatro con vestíbulos muy pequeños concebidos para transitar desde el área exterior hacia los diferentes pisos, pero los entreactos se desarrollan en estas áreas exteriores", apuntó la proyectista.
Por eso, indicó que son las áreas de jardines las que más han cambiado a través de los procesos de intervención que se han realizado en diferentes momentos de su historia hasta la actualidad.
Gretel lvarez, otra de las especialistas responsables del proyecto, cifró la inversión total en 22 millones de pesos cubanos, y de ellos unos 6 millones en pesos convertibles (equivalentes a dólares).
Calificó de "gran envergadura y significativa complejidad" la reparación capital practicada al emblemático teatro habanero que es según su valoración completamente "atípica" en toda su secuencia constructiva realizada por empresas de la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, y del Ministerio de Cultura.
En breve los habaneros volverán a escuchar el sonido de las tres "campanadas de la alegría", para anunciar como antaño el inicio de cada función del teatro que en unos meses cumplirá 130 años.
Restaurarlo lo más fielmente posible al original y acorde a un teatro tradicional contemporáneo para usarlo en representaciones dramáticas, musicales, bailables y reuniones, fue el objetivo principal de la obra, explicó a Efe la proyectista general, Marilyn Mederos.
El elegante Teatro Martí de La Habana, una reliquia patrimonial del siglo XIX que fue meca del bufo, el vodevil, la zarzuela y la ópera, reabrirá sus puertas el próximo 24 de febrero tras casi cuarenta años de inactividad, con el renovado esplendor devuelto por una compleja restauración.
Un equipo de arquitectos, diseñadores, restauradores, muralistas, investigadores, electricistas, constructores, carpinteros y otros especialistas, acometió la ardua labor de reconstrucción del también llamado "Coliseo de las cien puertas", para devolverlo a la vida pública con su esencia de antaño y un necesario toque de modernidad.
Restaurarlo lo más fielmente posible al original y acorde a un teatro tradicional contemporáneo para usarlo en representaciones dramáticas, musicales, bailables y reuniones, fue el objetivo principal de la obra, explicó a Efe la proyectista general, Marilyn Mederos.
Esta instalación de estilo neoclásico, inaugurada el 8 de junio de 1884, se llamó en principio "Irijoa" -como su propietario, el vasco Ricardo Irijoa-, pero en 1901 tomó su nombre definitivo en homenaje al Héroe Nacional José Martí, prócer de las guerras independentistas de la isla.
La función que marcó su apertura se hizo a beneficio del convento "El Buen Pastor", y con posterioridad, transitaron por su escenario diversos espectáculos, desde compañías del género bufo criollo y el circo de Santiago Pubillones hasta zarzuelas, operetas, y el estreno en Cuba de la ópera "La Bohme", de Giacomo Puccini.
El Teatro Martí, ubicado en el centro histórico de la ciudad, guarda también en su legado el hecho de haber sido la sede donde se redactó la Carta Magna para la República cubana que se estrenó el 20 de mayo de 1902.
Debido al deterioro de su infraestructura, la sala cerró desde finales de los años setenta del siglo pasado y no fue hasta el 2000 que comenzaron los trabajos para su conservación y remozamiento, los cuales tomaron un ritmo consecutivo a partir del años 2005-2006, explicó la arquitecta Mederos.
El concepto de restauración que ha primado en esta obra lleva aparejado tanto la labor de restauración como la conservación de la parte patrimonial, histórica y arquitectónica de la edificación, indicó también la especialista.
Con esa directriz se ha podido conservar toda la fachada de piedra, parte de la herrería original, la reja que circunda su perímetro, restaurar los entrepisos y escaleras de madera, en tanto que los elementos rescatados han servido para copiar y restituir los que faltaban, detalló.
Una de las zonas que requirió una restauración de nivel mayor fue el falso techo de la sala, uno de los elementos decorativos más importantes de este teatro, que se desmontó para hacer toda la estructura nueva y reproducir las decoraciones a partir de las originales.
En el caso específico de la carpintería estilo francesa de los ventanales se repitió a partir de fotos históricas y en interiores se colocó una doble capa de madera como aislante del ruido externo para lograr un reforzamiento acústico que se rematará con unas cortinas de grueso terciopelo y el alfombrado.
Los aires renovadores llegados al "Martí", que contará con 720 plazas en su mobiliario entre las butacas de la platea y las sillas de los palcos y el tradicional "gallinero", del tercer y último piso, fueron recreadas con normas del confort contemporáneo.
Como reconstruir también implica modificar, Mederos refirió que se hizo una nueva torre de tramoya y de igual manera un bloque de camerinos, el sistema de mecánica escénica, de luces y audio, así como un edificio anexo donde estarán los locales de ensayos, oficinas, los servicios administrativos, y otras áreas de apoyo.
"Es un teatro con vestíbulos muy pequeños concebidos para transitar desde el área exterior hacia los diferentes pisos, pero los entreactos se desarrollan en estas áreas exteriores", apuntó la proyectista.
Por eso, indicó que son las áreas de jardines las que más han cambiado a través de los procesos de intervención que se han realizado en diferentes momentos de su historia hasta la actualidad.
Gretel lvarez, otra de las especialistas responsables del proyecto, cifró la inversión total en 22 millones de pesos cubanos, y de ellos unos 6 millones en pesos convertibles (equivalentes a dólares).
Calificó de "gran envergadura y significativa complejidad" la reparación capital practicada al emblemático teatro habanero que es según su valoración completamente "atípica" en toda su secuencia constructiva realizada por empresas de la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, y del Ministerio de Cultura.
En breve los habaneros volverán a escuchar el sonido de las tres "campanadas de la alegría", para anunciar como antaño el inicio de cada función del teatro que en unos meses cumplirá 130 años.
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