"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 8 de marzo de 2014

Mujeres de éxito


Escrito por Giusette León García

En cada esquina de mi vida he tropezado con mujeres estremecedoras, de esas que inspiran y alientan, mujeres simples, grandes mujeres que salen a vivir como pueden o como saben, que sueñan y realizan.

En cada esquina de mi vida he tropezado con mujeres estremecedoras, de esas que inspiran y alientan, mujeres simples, grandes mujeres que salen a vivir como pueden o como saben, que sueñan y realizan. En eso pasan todo el día, todos los días.

¿Qué mujer no es una orquesta? Madre, esposa, amante, amiga, trabajadora, cocinera, militante, vecina, tía, abuela… ¿Cómo componer una sinfonía exitosa entre tantos acordes disímiles? Cada una ensaya su propia fórmula y a veces ni ellas mismas se detienen a reconocer lo bien que lo han hecho, hasta que algo, alguien, las precisa a una pausa para mirarse y decir, casi con asombro: soy exitosa.

Lourdes, la utilidad

Más de cuarenta años enseñando no han cansado a Lourdes Hernández, de hecho cuando le faltaba muy poco para la jubilación discutió su tesis de Maestría en Ciencias de la Educación, clara señal de que aquella retirada no lo era tanto y es que cada cual define su éxito en los términos que le funcionan y para ella ser útil es ser exitosa.


“A veces todo lo que uno desea, todo a lo que uno aspira, lo que uno quiere lograr, no lo puede conseguir, pero yo creo que en general sí he tenido éxito. He tenido problemas, he sufrido pérdidas familiares que duelen mucho, mis hijos no están a mi lado, pero están siempre conmigo porque son muy preocupados, mi mamá está muy viejita, pero siempre encuentro quien me ayude a cuidarla para mantenerme activa, así que yo me siento bien, me siento realizada.

“Creo que la familia es muy importante en eso y el trabajo, la actividad que tú desempeñes que te guste y como yo soy maestra y me gusta desde que era pequeñita que jugaba a la escuelita y reunía a todos los niños del barrio y si no tenía a los niños del barrio lo hacía con los juguetes, así que eso fue lo que estudié y ahora ya no puedo estar en la escuela y cumplir con un horario estable, exacto, porque tengo que atender a mi mamá, pero sí estoy en un programa muy lindo que es el Programa Educa a tu hijo, donde oriento a la familia y no pierdo el contacto con los niños, así que creo que me siento bien y útil.”

Marilyn, la perseverancia

Apenas tres mujeres han accedido a la industria del cine cubano como directoras de un largometraje, Sara Gómez, Rebeca Chávez y Marilyn Solaya, de modo que aunque ella no lo reconozca como un mérito, sino más bien lamente que otras muchas colegas talentosas no integren esa lista, después de Vestido de Novia nadie puede negar que Marilyn es una cineasta exitosa. Sin embargo, no renunciar a ser mucho más que eso, es lo que la satisface consigo misma.

“Uno tiene que renunciar a muchas cosas para hacer cine, no importa que seas mujer u hombre, realmente necesitas de una entrega, de una concentración y de un compromiso muy grande si lo quieres hacer bien, si de verdad te respetas a ti misma. En el caso mío, que no me he querido perder esas otras cosas que para mí son vitales, porque yo no me imagino la vida sin esos dos hijos que tengo, porque realmente antes de ser cineasta yo soy una mujer, una persona y entonces esa aventura, esa responsabilidad de cuidar dos hijos, de criarlos, de enseñarles las cosas para que vivan mejor, de educarlos, eso para mí es la aventura más grande y la responsabilidad más grande y la obra más grande, no hay nada por encima de eso, todo lo demás es secundario.

“Tampoco me podía perder este derecho que tengo a desarrollarme como cineasta porque mi proyecto de vida lo comprende todo, pero muchas mujeres renuncian por el camino. En el caso mío he tenido que ir siempre al seguro, he tenido que pensar delante de una máquina no algo para entretenerme, sino algo que además genere recursos para mi familia, porque soy una madre soltera y entonces no me puedo dar el lujo de estar inventando, por supuesto que para una mujer es complicado, a mí me ha costado mucho sacrificio no renunciar, pero ha valido la pena, absolutamente.”

Liliana, la superación

Liliana Braña es especialista en Primer Grado en Ginecología y Obstetricia, Máster en Atención Integral a la mujer, esposa de un nefrólogo extraordinario que ha perdido el pelo a fuerza de estudio y madre de dos hijos que nacieron y crecen en medio del constante empeño por superarse de su madre, que no ha dejado de ayudar a nacer a otros ni durante los embarazos, ni en las licencias de maternidad, ni siquiera en la convalecencia de su segundo parto.
“Pienso que he podido hacer todo lo que he querido, he logrado ser madre de dos niños que fueron muy deseados, bien planificados en los momentos donde podía atenderlos y tenerlos a los dos de una forma adecuada y además me siento realizada profesionalmente porque estudié la carrera que me gustaba, después la especialidad que quería, que la hice joven con tiempo suficiente para desarrollar habilidades que necesitan de juventud.

“Creo que todavía me falta mucho para tener el máximo de madurez como profesional, pero estoy en ese camino, estoy tratando de prepararme bien, pienso que en la medida en que sea mejor profesional tal vez debo ser mejor madre, mejor ama de casa... siempre se puede hacer un poquito más, si pensara en una fórmula, quizás sería tratar de mejorar cada día, estar conforme y feliz con quien eres, no pretender ser quien no eres, sino con los recursos que tienes a mano dar el máximo, pero creo que no hay fórmula, la fórmula se la crea cada cual con su estilo de vida, con las personas que lo rodean y con las aspiraciones que tiene.

“Cuando siento que trabajé, que salvé una vida más, cuando voy por la calle y veo muchos niños que tienen que ver conmigo, realmente eso me hace sentir exitosa, tengo un buen esposo con el que llevo catorce años casada, así que he tenido éxito en el matrimonio, cuando miro a mis hijos que crecen y que crecen bien, me doy cuenta de que tengo éxito en la familia, si creo que es exitosa la familia de la que vengo, mucho más lo es la que yo he creado. “

Patricia, la felicidad

Le faltan cosas, claro, por ejemplo los hijos, que siempre vendrán el año próximo aunque afirma que ahora sí lo dice en serio, pero no se desespera ni se angustia, porque la Máster en Derecho, notario de la Consultoría Jurídica Internacional Patricia Fuentes, a sus 32 años, está segura de que ser feliz es directamente proporcional a ser exitosa.

“Personalmente me siento realizada, porque creo que con la edad que tengo he logrado bastante, nunca me tracé grandes metas, pero me siento dichosa además. Me siento feliz tanto en lo profesional como en lo personal, trabajo en algo que me gusta mucho, tengo mi casa, mi esposo, muchos amigos y la libertad de disfrutar muy buenos espacios con ellos, tengo tranquilidad, realización, lo más difícil que es la parte económica he logrado llevarla con organización.

“Yo estoy satisfecha, me faltan muchas cosas por hacer, pero soy feliz y tal vez sea que mi ideal de felicidad es accesible y no me interesan los prejuicios o las expectativas que los otros tengan sobre mí.”

Estas mujeres, como muchas otras cubanas, dedican tanto tiempo a ser útiles, perseverantes, a superarse y a ser felices, que no les alcanza la vida para el pesimismo ni la queja, tienen, como todos, tiñosas, pero para cada una encuentran jaulas y no lamentos, descubrieron a tiempo lo que quieren y van tras ello con tantas ganas, que disfrutan una plenitud que las hace además hermosas y el éxito, como un hombre juicioso, cae definitivamente a sus pies.

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