Por Shira Ovide
LAGUNA BEACH, California—Nueve meses después de que Steve Ballmer se retiró de la presidencia ejecutiva de Microsoft, dos cosas han quedado claras: aún conserva su gran entusiasmo por el gigante del software y le ha inyectado una exorbitante dosis de esa emoción a su nueva pasión: los Clippers de Los Ángeles.
Ballmer cerró la conferencia de tecnología global WSJD Live el miércoles con una discusión amplia e impactante sobre cómo le está infundiendo tecnología al equipo de la NBA, por qué Microsoft hizo lo correcto al invertir en la fabricación de hardware informático y sus estudios de hebrero en preparación para un bar mitzvah. En un momento, Ballmer incluso cantó algunas estrofas de una canción pop de Fergie.
Aunque Ballmer dijo que está “cansado de mirar a su pasado” de 14 años como presidente ejecutivo de Microsoft, sí dijo que dejó la empresa con las herramientas necesarias para tener éxito, incluyendo un gran colchón de efectivo, un equipo “increíble” que está trabajando en hardware de computación como la tableta Surface, y líneas de negocios fuertes como productos en nube y tecnología de negocios.
“La pregunta de verdad ahora es qué hará mi sucesor con esto en el futuro”, dijo Ballmer, en referencia al presidente ejecutivo Satya Nadella. En el tema del futuro de Microsoft, Ballmer dijo que era “extremadamente optimista”.
Ballmer reconoció que tiene miles de millones de razones para seguir de cerca a Microsoft. Su 4% en la empresa, una participación valorada en alrededor de US$15.000 millones, lo convierte en el accionista individual más grande en Microsoft y representa cerca de 75% de su patrimonio neto, señaló. Ballmer sostuvo que escuchó la reciente conferencia telefónica de Microsoft con analistas sobre sus resultados trimestrales, y tuvo tiempo para hacer preguntas en otra teleconferencia que Microsoft ofrece a sus accionistas más grandes.
Durante la entrevista, Ballmer se inclinó al filo de su asiento varias veces cuando respondió preguntas de personas que dijeron que eran hinchas de los Clippers o portadores de entradas para los partidos de toda la temporada de la NBA, que empezó el martes y que dura hasta aproximadamente principios de junio. En algún momento, le dijo a un fan de los Clippers que estuviera pendiente de un nuevo anuncio del equipo esta semana, y que le mandara un e-mail si pensaba que el comercial no era “cool”.
Comprar el equipo de la NBA estaba en su lista de cosas a las que quería dedicarse tras retirarse de Microsoft, dijo Ballmer. (Dice que también se está preparando para su bar mitzvah, un ritual judío que los varones usualmente hacen cuando bordean los 13 años. Ballmer tiene 58).
Dijo que no estaba seguro si iba a conseguir comprar un equipo de la NBA luego de esfuerzos previos para comprar uno y mudarlo al área de Seattle. “Este funcionó de una manera colosalmente mejor de la que había esperado”, dijo.
Los Clippers, por los que Ballmer pagó US$2.000 millones este año, estuvieron disponibles porque la liga se vio forzada a vender el equipo luego de que salieran a la luz grabaciones en las que el ex dueño del equipo hizo comentarios racistas.
Ballmer dijo que estaba ocupado inyectándole nuevos tipos de tecnología al estadio de los Clippers y al entrenamiento. Contó que el entrenador del equipo, Doc Rivers, se encargó de revisar nuevas luces que instaló en el estadio, para asegurarse de que la iluminación no perjudicara la visibilidad de los jugadores al momento de hacer tiros a la canasta.
“¡Quiero ganar muchos partidos!”, dijo Ballmer en su familiar manera de hablar que es casi como si estuviera gritando. “Y ganar un poquito de dinero”, añadió más suavemente.
Ballmer cerró la conferencia de tecnología global WSJD Live el miércoles con una discusión amplia e impactante sobre cómo le está infundiendo tecnología al equipo de la NBA, por qué Microsoft hizo lo correcto al invertir en la fabricación de hardware informático y sus estudios de hebrero en preparación para un bar mitzvah. En un momento, Ballmer incluso cantó algunas estrofas de una canción pop de Fergie.
Aunque Ballmer dijo que está “cansado de mirar a su pasado” de 14 años como presidente ejecutivo de Microsoft, sí dijo que dejó la empresa con las herramientas necesarias para tener éxito, incluyendo un gran colchón de efectivo, un equipo “increíble” que está trabajando en hardware de computación como la tableta Surface, y líneas de negocios fuertes como productos en nube y tecnología de negocios.
“La pregunta de verdad ahora es qué hará mi sucesor con esto en el futuro”, dijo Ballmer, en referencia al presidente ejecutivo Satya Nadella. En el tema del futuro de Microsoft, Ballmer dijo que era “extremadamente optimista”.
Ballmer reconoció que tiene miles de millones de razones para seguir de cerca a Microsoft. Su 4% en la empresa, una participación valorada en alrededor de US$15.000 millones, lo convierte en el accionista individual más grande en Microsoft y representa cerca de 75% de su patrimonio neto, señaló. Ballmer sostuvo que escuchó la reciente conferencia telefónica de Microsoft con analistas sobre sus resultados trimestrales, y tuvo tiempo para hacer preguntas en otra teleconferencia que Microsoft ofrece a sus accionistas más grandes.
Durante la entrevista, Ballmer se inclinó al filo de su asiento varias veces cuando respondió preguntas de personas que dijeron que eran hinchas de los Clippers o portadores de entradas para los partidos de toda la temporada de la NBA, que empezó el martes y que dura hasta aproximadamente principios de junio. En algún momento, le dijo a un fan de los Clippers que estuviera pendiente de un nuevo anuncio del equipo esta semana, y que le mandara un e-mail si pensaba que el comercial no era “cool”.
Comprar el equipo de la NBA estaba en su lista de cosas a las que quería dedicarse tras retirarse de Microsoft, dijo Ballmer. (Dice que también se está preparando para su bar mitzvah, un ritual judío que los varones usualmente hacen cuando bordean los 13 años. Ballmer tiene 58).
Dijo que no estaba seguro si iba a conseguir comprar un equipo de la NBA luego de esfuerzos previos para comprar uno y mudarlo al área de Seattle. “Este funcionó de una manera colosalmente mejor de la que había esperado”, dijo.
Los Clippers, por los que Ballmer pagó US$2.000 millones este año, estuvieron disponibles porque la liga se vio forzada a vender el equipo luego de que salieran a la luz grabaciones en las que el ex dueño del equipo hizo comentarios racistas.
Ballmer dijo que estaba ocupado inyectándole nuevos tipos de tecnología al estadio de los Clippers y al entrenamiento. Contó que el entrenador del equipo, Doc Rivers, se encargó de revisar nuevas luces que instaló en el estadio, para asegurarse de que la iluminación no perjudicara la visibilidad de los jugadores al momento de hacer tiros a la canasta.
“¡Quiero ganar muchos partidos!”, dijo Ballmer en su familiar manera de hablar que es casi como si estuviera gritando. “Y ganar un poquito de dinero”, añadió más suavemente.
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