El funcionamiento parte de grandes “brazos mecánicos” que fueron instalados en el muelle delPuerto de Pecém. El extremo de esos mecanismos, en contacto con el agua de mar, tiene una boya circular.
Con el batir de las olas, la estructura se mueve (ascenso y descenso) accionando bombas hidráulicas, que hacen que el agua dulce contenida en un circuito cerrado, en el cual no hay intercambio con el ambiente, circule en una red de alta presión. El agua a gran presión se dirige a un acumulador, que tiene agua y aire comprimidos en una cámara hiperbárica, que es el pulmón del dispositivo.
El proyecto, pionero en América Latina, abastecerá inicialmente al propio puerto. Se trata de una iniciativa del Instituto Alberto Luiz Coimbra de Posgrado e Investigación de Ingeniería (Coppe) – vinculado a la Universidad Federal de Rio de Janeiro, y financiado por Tractebel, contando, además con apoyo del gobierno del Estado de Ceará.
Ceará fue escogido para la instalación del mecanismo principalmente por la constancia de los vientos alisios, que generan olas regulares en el mar cearense. Si bien carecen de amplitudes elevadas, como en Hawai por ejemplo, son constantes, factor que aumenta la eficiencia de la usina.
Actualmente está en su fase de pruebas y debería poder ponerse en marcha definitivamente el próximo año, cuando pueda producir unos 100 kilowatts para poder abastecer energéticamente al principal puerto cearense y con esa misma cantidad de kilowatts, abastecer también a 60 familias.
Brasil tiene un gran potencial para aprovechar la fuerza del mar y convertirla en energía eléctrica. El litoral brasilero, de cerca de 8 mil km de extensión, es capaz de recibir plantas de energía undimotriz que podrían producir alrededor de 87 GW. De ese total, el 20% sería convertible en energía eléctrica, lo que equivaldría al 17% de la capacidad total instalada en el país. Los impactos ambientales de este tipo de fuentes energéticas son considerados bajos.
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