Los primeros reportes anotan un incremento de más de un 10 por ciento en la producción de alimentos ubicados entre los de más demanda entre los consumidores cubanos.
Con la producción más alta de viandas en varios años culminó 2014 en Cuba, aunque todavía la agricultura es uno de los sectores que permanece lejos de cumplir las expectativas de los consumidores y de los propios decisores de la política de cambios económicos del país.
Tras una etapa de irregularidad productiva, expertos estiman un alza de la cosecha de viandas hasta un millón 941.000 toneladas en el año recién concluido, de acuerdo con datos ofrecidos en diciembre a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el director del Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales (Inivit), Doctor Sergio Rodríguez Morales.
El volumen previsto superaría en 10,9 por ciento los 1.750 millones de toneladas registrados en 2013 por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), producción que había implicado en aquella fecha un decrecimiento de 3,7 por ciento en comparación con el año previo.
Un recorrido reciente del Grupo Nacional de Viandas, adscrito al Ministerio de la Agricultura, observó el año pasado una mejoría de los rendimientos generales, comportamiento que compensó una debilidad del sector: la reducción anual sostenida de las áreas sembradas desde el 2011. En opinión de Rodríguez Morales, en esta contracción ha influido “la competencia con otros cultivos como los granos” y, en casos particulares, la baja disponibilidad de semillas.
Al comentar ante los diputados las causas de la pobre evolución de este tubérculo, una de las viandas más demandadas por la población, el director del Inivit señaló al encarecimiento de los suministros tecnológicos requeridos por su cultivo. En particular, insistió en los altos precios de la semilla importada. A su juicio, las esperanzas de la papa dependen de la aprobación del Programa Nacional de Semilla de Papa, el cual contempla la obtención de semillas por métodos biotecnológicos.
Otras producciones de peso en las cuentas finales, el plátano, experimentó una baja por el impacto del huracán Sandy sobre los sembrados del oriente cubano. Al concluir el tercer trimestre, la cosecha había caído en una cuarta en comparación con similar etapa del 2013.
A pesar de las debilidades recientes en algunos cultivos, los suministros tecnológicos y el castigo de la naturaleza, el buen paso de otras viandas, como la malanga, la yuca y el boniato, han sostenido del 2008 al 2014 un incremento anual promedio de 600.000 toneladas en la producción total de ese grupo de alimentos, informó Rodríguez Morales.
Esta evolución se suma al mejor desempeño que muestran desde hace varios años otros alimentos, como las hortalizas, y el grupo de los granos. Priorizados en los programas gubernamentales por el mayor peso que representan para los gastos de importación del Estado, los frijoles y el arroz constituyen alimentos básicos en la dieta habitual de los cubanos, mientras el maíz garantiza la producción de piensos para la producción pecuaria.
Inversiones del gobierno en maquinarias y otros recursos, unido a mejorías de precios para los productores, entrega de tierras y un reordenamiento en las estructuras empresariales, han abonado alzas sostenida en la producción arrocera, aunque todavía ese cereal tropieza con la limitada disponibilidad de tecnología para su procesamiento agroindustrial y la obsolescencia de cosechadoras y otros equipos.
Según reportes de la prensa cubana, el gobierno ha emprendido un programa de inversiones en sistemas de riego, importación o producción nacional de equipamiento para la siembra y cosecha, suministro de fertilizantes, herbicidas y otros recursos, con el objetivo declarado de apostar al desarrollo de rendimientos como clave para levantar la producción nacional de alimentos, incluidas las viandas. (2015)
Con la producción más alta de viandas en varios años culminó 2014 en Cuba, aunque todavía la agricultura es uno de los sectores que permanece lejos de cumplir las expectativas de los consumidores y de los propios decisores de la política de cambios económicos del país.
Tras una etapa de irregularidad productiva, expertos estiman un alza de la cosecha de viandas hasta un millón 941.000 toneladas en el año recién concluido, de acuerdo con datos ofrecidos en diciembre a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el director del Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales (Inivit), Doctor Sergio Rodríguez Morales.
El volumen previsto superaría en 10,9 por ciento los 1.750 millones de toneladas registrados en 2013 por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), producción que había implicado en aquella fecha un decrecimiento de 3,7 por ciento en comparación con el año previo.
Un recorrido reciente del Grupo Nacional de Viandas, adscrito al Ministerio de la Agricultura, observó el año pasado una mejoría de los rendimientos generales, comportamiento que compensó una debilidad del sector: la reducción anual sostenida de las áreas sembradas desde el 2011. En opinión de Rodríguez Morales, en esta contracción ha influido “la competencia con otros cultivos como los granos” y, en casos particulares, la baja disponibilidad de semillas.
Los datos oficiales más recientes -registrados por la ONEI hasta el cierre del tercer trimestre- evidencian la persistente caída de la papa. Al cierre de septiembre, la cosecha había disminuido en un 51 por ciento, comportamiento que no debe cambiar en el reporte final del año por constituir estos meses una temporada de siembra y desarrollo de las plantas.El gobierno impulsa un programa de inversiones para renovar o ampliar los cultivos bajo sistemas de riego.
Al comentar ante los diputados las causas de la pobre evolución de este tubérculo, una de las viandas más demandadas por la población, el director del Inivit señaló al encarecimiento de los suministros tecnológicos requeridos por su cultivo. En particular, insistió en los altos precios de la semilla importada. A su juicio, las esperanzas de la papa dependen de la aprobación del Programa Nacional de Semilla de Papa, el cual contempla la obtención de semillas por métodos biotecnológicos.
Otras producciones de peso en las cuentas finales, el plátano, experimentó una baja por el impacto del huracán Sandy sobre los sembrados del oriente cubano. Al concluir el tercer trimestre, la cosecha había caído en una cuarta en comparación con similar etapa del 2013.
A pesar de las debilidades recientes en algunos cultivos, los suministros tecnológicos y el castigo de la naturaleza, el buen paso de otras viandas, como la malanga, la yuca y el boniato, han sostenido del 2008 al 2014 un incremento anual promedio de 600.000 toneladas en la producción total de ese grupo de alimentos, informó Rodríguez Morales.
Esta evolución se suma al mejor desempeño que muestran desde hace varios años otros alimentos, como las hortalizas, y el grupo de los granos. Priorizados en los programas gubernamentales por el mayor peso que representan para los gastos de importación del Estado, los frijoles y el arroz constituyen alimentos básicos en la dieta habitual de los cubanos, mientras el maíz garantiza la producción de piensos para la producción pecuaria.
Inversiones del gobierno en maquinarias y otros recursos, unido a mejorías de precios para los productores, entrega de tierras y un reordenamiento en las estructuras empresariales, han abonado alzas sostenida en la producción arrocera, aunque todavía ese cereal tropieza con la limitada disponibilidad de tecnología para su procesamiento agroindustrial y la obsolescencia de cosechadoras y otros equipos.
Según reportes de la prensa cubana, el gobierno ha emprendido un programa de inversiones en sistemas de riego, importación o producción nacional de equipamiento para la siembra y cosecha, suministro de fertilizantes, herbicidas y otros recursos, con el objetivo declarado de apostar al desarrollo de rendimientos como clave para levantar la producción nacional de alimentos, incluidas las viandas. (2015)
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