Que la Propiedad Industrial es una eficaz herramienta para elevar la calidad de los logros de la innovación y posibilita una comercialización más efectiva de los productos y servicios, dan cuenta las distinciones que obtuvieron las marcas Havana Club Selección de Maestros y Maní Bormey (esta identifica a diez tipos de alimentos elaborados a partir de ese grano.
El Premio de la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI) a la Creatividad y la Innovación Tecnológica en su XVIII edición, en la categoría de Signos Distintivos, fue otorgado a la marca Havana Club Selección de Maestros, que resume un producto basado en la cuidadosa elección de las reservas de rones añejos destacados por sus calidades excepcionales y comercializado hoy en más de 40 países, entre ellos Suiza, Alemania, España y Reino Unido.
El Selección de Maestros es un ron que se inserta en la categoría Ultra Premium, el único producto de la gama que de su última etapa en barril pasa directamente hacia la botella.
Cuenta con un promedio de edad entre los diez y 12 años y también es singular con tres fases de añejamiento, fruto de una rigurosa selección por parte de los Maestros Roneros cubanos, guiados por el talentoso don José Navarro.
Ese espectacular blend Ultra Premium compuesto por rones de alta calidad ha recibido medalla de oro en tres de las competencias de bebidas alcohólicas más influyentes del orbe: San Francisco World Spirits Awards, Beverage Testing Institute´s Review of Spirits y la International Wine and Spirit Competition.
Del maní de cucurucho a una cartera de productos
En esta ocasión también resultó galardonada por la OCPI la marca Bormey, que identifica a diez tipos de alimentos elaborados a partir del maní, cuyo titular es Orelvis Bormey Torres y tiene en los clientes villaclareños su principal consumidor.
Destaca la excelencia en la factura de los comestibles elaborados a base de maní con ese signo, gracias a los diez renglones presentados por ese productor, muy carismático y popular por la comercialización de esas ofertas en la céntrica calle de Maceo, entre Nazareno y San Miguel, en la ciudad de Santa Clara, región central de Cuba.
Bormey es una marca registrada que distingue productos alimenticios derivados del maní, elaborados de forma artesanal siguiendo estrictas operaciones de escogido y tratamiento del grano, según la variedad.
Maní Bormey brinda productos diferenciados con azúcar, miel y sin azúcar, en combinación de cremas y granos a su elección con distintos gramajes, ideal para regímenes dietéticos, requerimientos de entrenamiento deportivo, así como para necesidades del diabético. Tradicional, artesanal, delicioso, puro, cubano, así lo autodenomina su creador.
El negocio, muy famoso entre sus coterráneos, ahora lo será mucho más gracias a la obtención del trofeo de la OCPI, que hará crecer la concurrencia a la Casa del Maní Bormey, en la que se expenden 21 tipos de turrones, cinco variedades de panetelas y una decena de snacks (pequeñas bolsas) con maní procesado de diferentes formas.
Reconocido como un verdadero especialista en la materia, Bormey presentó diez renglones elaborados con el nutritivo alimento, conocido también como cacahuete, comercializados con una atractiva envoltura o en prácticos envases que hacen más llamativos sus turrones, helados y panetelas.
En esta edición del Premio también hubo mención para el emblema empresarial BIOECO, el cual identifica al Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad.
Asimismo, en la categoría de Creatividad Infantil y Juvenil el lauro lo recibió el trabajo titulado La energía eólica, de Eliane Rodríguez Chaviano, alumna de octavo grado de la secundaria básica Ignacio Rolando Abreu, de Santa Clara; mientras Sadier Bacallao Allende, quien cursa el sexto grado en la capitalina escuela primaria Ángela Landa González, obtuvo mención por la ponencia Veletas.
Trayectoria del Premio OCPI
Desde 1997 la OCPI convoca a este premio con la finalidad de reconocer la actividad innovadora relevante de creadores individuales e instituciones, así como el logro de estrategias acertadas en el campo de la propiedad industrial.
Esa Oficina dispone de servicios especializados dirigidos a investigadores, empresarios, técnicos e ingenieros, con el fin de propiciarles los elementos que permitan la protección legal y adecuada de los productos, procesos, servicios e incluso de las vías para lograr su comercialización.
Se promueven así las innovaciones que desarrollen el intelecto y las habilidades en función de una mayor competitividad de los bienes y servicios de avanzada, con el consiguiente impacto de su introducción en los mercados nacional y extranjero.
Igualmente, se pretende reconocer a los creadores sobresalientes de las edades más tempranas, como forma de estimular a los futuros hombres y mujeres dedicados a las ciencias en el país, sobre todo las básicas.
Profesionales cubanos han sido acreedores de nueve medallas de oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), por sus resultados durante más de 20 años en materia de innovación tecnológica.
De acuerdo con la opinión de varios especialistas, resulta este un suceso excepcional para una nación del Tercer Mundo como Cuba, la cual le atribuye gran relevancia a la creación y desarrollo del capital humano.
La primera medalla otorgada a Cuba en 1989 correspondió al Instituto Finlay por la vacuna contra la Nisseria Meningitidis del grupo B; y la última fue en 2011 para el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología por su medicamento Heberprot-P, destinado a la atención integral del paciente con úlcera del pie diabético.
Breve reseña de la XVIII edición
Según explicó Félix Bell Rodríguez, subdirector de la OCPI, cada año, desde 1997, se reconocen a los ganadores del Premio en las categorías de Invenciones, Modelos y Dibujos Industriales, así como la de Signos Distintivos.
Estos incluyen marcas, nombres y lemas comerciales, emblemas empresariales y rótulos de establecimientos, además de distinguir el de Creatividad Infantil y Juvenil, a cargo de la revista Pionero.
Señaló que en la recién finalizada edición, autores de varias provincias del país presentaron más de 20 materiales en esta última especialidad, destinada a los niños y jóvenes de hasta 19 años, y cinco en la modalidad de las invenciones.
En particular, en lo que se refiere a las marcas, nombres y lemas comerciales, emblemas empresariales, rótulos de establecimientos e indicaciones geográficas, pueden optar por el Premio todas aquellas instituciones y personas naturales nacionales que tengan registrados en Cuba y/o en el extranjero los signos distintivos que concursen.
En esta edición compitieron instituciones nacionales que cumplían con el requisito indispensable de avalar los signos distintivos por una actividad comercial notoria en el mercado cubano y externo, además de estar sus registros debidamente actualizados.
Quienes participan deben presentar ante la OCPI, en original y una copia, la fundamentación de la propuesta en la que se detalle brevemente la estrategia seguida para la comercialización de los productos o servicios amparados por el signo distintivo, una breve reseña histórica de la protección legal y la introducción de este en el comercio, los mercados que abarca (señalar los países en que se comercializan los productos o servicios identificados), así como la vinculación con otras modalidades de la propiedad industrial.
Debe aparecer en el documento, además, la concesión de licencias a terceros, la evaluación de cómo el signo ha contribuido a aumentar el valor comercial de los productos o servicios amparados por este, entre otros elementos de interés.
El Premio de la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI) a la Creatividad y la Innovación Tecnológica en su XVIII edición, en la categoría de Signos Distintivos, fue otorgado a la marca Havana Club Selección de Maestros, que resume un producto basado en la cuidadosa elección de las reservas de rones añejos destacados por sus calidades excepcionales y comercializado hoy en más de 40 países, entre ellos Suiza, Alemania, España y Reino Unido.
El Selección de Maestros es un ron que se inserta en la categoría Ultra Premium, el único producto de la gama que de su última etapa en barril pasa directamente hacia la botella.
Cuenta con un promedio de edad entre los diez y 12 años y también es singular con tres fases de añejamiento, fruto de una rigurosa selección por parte de los Maestros Roneros cubanos, guiados por el talentoso don José Navarro.
Ese espectacular blend Ultra Premium compuesto por rones de alta calidad ha recibido medalla de oro en tres de las competencias de bebidas alcohólicas más influyentes del orbe: San Francisco World Spirits Awards, Beverage Testing Institute´s Review of Spirits y la International Wine and Spirit Competition.
Del maní de cucurucho a una cartera de productos
En esta ocasión también resultó galardonada por la OCPI la marca Bormey, que identifica a diez tipos de alimentos elaborados a partir del maní, cuyo titular es Orelvis Bormey Torres y tiene en los clientes villaclareños su principal consumidor.
Destaca la excelencia en la factura de los comestibles elaborados a base de maní con ese signo, gracias a los diez renglones presentados por ese productor, muy carismático y popular por la comercialización de esas ofertas en la céntrica calle de Maceo, entre Nazareno y San Miguel, en la ciudad de Santa Clara, región central de Cuba.
Bormey es una marca registrada que distingue productos alimenticios derivados del maní, elaborados de forma artesanal siguiendo estrictas operaciones de escogido y tratamiento del grano, según la variedad.
Maní Bormey brinda productos diferenciados con azúcar, miel y sin azúcar, en combinación de cremas y granos a su elección con distintos gramajes, ideal para regímenes dietéticos, requerimientos de entrenamiento deportivo, así como para necesidades del diabético. Tradicional, artesanal, delicioso, puro, cubano, así lo autodenomina su creador.
El negocio, muy famoso entre sus coterráneos, ahora lo será mucho más gracias a la obtención del trofeo de la OCPI, que hará crecer la concurrencia a la Casa del Maní Bormey, en la que se expenden 21 tipos de turrones, cinco variedades de panetelas y una decena de snacks (pequeñas bolsas) con maní procesado de diferentes formas.
Reconocido como un verdadero especialista en la materia, Bormey presentó diez renglones elaborados con el nutritivo alimento, conocido también como cacahuete, comercializados con una atractiva envoltura o en prácticos envases que hacen más llamativos sus turrones, helados y panetelas.
En esta edición del Premio también hubo mención para el emblema empresarial BIOECO, el cual identifica al Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad.
Asimismo, en la categoría de Creatividad Infantil y Juvenil el lauro lo recibió el trabajo titulado La energía eólica, de Eliane Rodríguez Chaviano, alumna de octavo grado de la secundaria básica Ignacio Rolando Abreu, de Santa Clara; mientras Sadier Bacallao Allende, quien cursa el sexto grado en la capitalina escuela primaria Ángela Landa González, obtuvo mención por la ponencia Veletas.
Trayectoria del Premio OCPI
Desde 1997 la OCPI convoca a este premio con la finalidad de reconocer la actividad innovadora relevante de creadores individuales e instituciones, así como el logro de estrategias acertadas en el campo de la propiedad industrial.
Esa Oficina dispone de servicios especializados dirigidos a investigadores, empresarios, técnicos e ingenieros, con el fin de propiciarles los elementos que permitan la protección legal y adecuada de los productos, procesos, servicios e incluso de las vías para lograr su comercialización.
Se promueven así las innovaciones que desarrollen el intelecto y las habilidades en función de una mayor competitividad de los bienes y servicios de avanzada, con el consiguiente impacto de su introducción en los mercados nacional y extranjero.
Igualmente, se pretende reconocer a los creadores sobresalientes de las edades más tempranas, como forma de estimular a los futuros hombres y mujeres dedicados a las ciencias en el país, sobre todo las básicas.
Profesionales cubanos han sido acreedores de nueve medallas de oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), por sus resultados durante más de 20 años en materia de innovación tecnológica.
De acuerdo con la opinión de varios especialistas, resulta este un suceso excepcional para una nación del Tercer Mundo como Cuba, la cual le atribuye gran relevancia a la creación y desarrollo del capital humano.
La primera medalla otorgada a Cuba en 1989 correspondió al Instituto Finlay por la vacuna contra la Nisseria Meningitidis del grupo B; y la última fue en 2011 para el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología por su medicamento Heberprot-P, destinado a la atención integral del paciente con úlcera del pie diabético.
Breve reseña de la XVIII edición
Según explicó Félix Bell Rodríguez, subdirector de la OCPI, cada año, desde 1997, se reconocen a los ganadores del Premio en las categorías de Invenciones, Modelos y Dibujos Industriales, así como la de Signos Distintivos.
Estos incluyen marcas, nombres y lemas comerciales, emblemas empresariales y rótulos de establecimientos, además de distinguir el de Creatividad Infantil y Juvenil, a cargo de la revista Pionero.
Señaló que en la recién finalizada edición, autores de varias provincias del país presentaron más de 20 materiales en esta última especialidad, destinada a los niños y jóvenes de hasta 19 años, y cinco en la modalidad de las invenciones.
En particular, en lo que se refiere a las marcas, nombres y lemas comerciales, emblemas empresariales, rótulos de establecimientos e indicaciones geográficas, pueden optar por el Premio todas aquellas instituciones y personas naturales nacionales que tengan registrados en Cuba y/o en el extranjero los signos distintivos que concursen.
En esta edición compitieron instituciones nacionales que cumplían con el requisito indispensable de avalar los signos distintivos por una actividad comercial notoria en el mercado cubano y externo, además de estar sus registros debidamente actualizados.
Quienes participan deben presentar ante la OCPI, en original y una copia, la fundamentación de la propuesta en la que se detalle brevemente la estrategia seguida para la comercialización de los productos o servicios amparados por el signo distintivo, una breve reseña histórica de la protección legal y la introducción de este en el comercio, los mercados que abarca (señalar los países en que se comercializan los productos o servicios identificados), así como la vinculación con otras modalidades de la propiedad industrial.
Debe aparecer en el documento, además, la concesión de licencias a terceros, la evaluación de cómo el signo ha contribuido a aumentar el valor comercial de los productos o servicios amparados por este, entre otros elementos de interés.
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