Por Chiara Albanese y Katie Martin
La junta ejecutiva del banco privado suizo Julius Baer GroupBAER.VX -11.46% celebraba una reunión en la mañana del jueves cuando recibió la noticia de que el banco central helvético había dejado de lado el tope a la valuación del franco contra el euro que la entidad había defendido vigorosamente durante tres años.
El banco, con sede en Zúrich, inmediatamente interrumpió la reunión para verificar que la noticia era real; era lo suficientemente impactante para que experimentados observadores del Banco Nacional Suizo (SNB, por sus siglas en alemán) se asombraran, dadas las reiteradas garantías de la autoridad monetaria de que el tope estaba allí para quedarse.
Ejecutivos del Julius Baer se apresuraron a organizar una conferencia telefónica con los clientes, a la cual “miles” de ellos se conectaron, cuenta Burkhard Varnholt, director de inversiones del banco. “Fue una conmoción y causó un montón de preguntas”, dice.
Los activos de los clientes de Julius Baer ascendían a finales de octubre de 2014 a 385.000 millones de francos suizos. Al comienzo de la mañana del jueves, esos 385.000 millones de francos permitían comprar 377.000 millones de dólares.
Menos de media hora después del anuncio del SNB, cuando el franco ascendía como si estuviera impulsado por un cohete, esos fondos equivalían a alrededor de US$435.000 millones.
No obstante, por un rato durante el jueves, el franco “fue casi incambiable”, señala Tony Botting, jefe de cambio de divisas en el mercado al contado del banco francés Crédit Agricole.
El euro se desplomó 30% en cuestión de minutos en respuesta al giro abrupto del SNB, un enorme movimiento en todos los sentidos, pero sobre todo para una moneda de referencia por lo general estable. Citigroup, C -3.71% el mayor operador de divisas del mundo, indicó que sus volúmenes de negociación con el franco eran 50% mayor a lo habitual.
IG GroupIGG.LN -4.38% PLC, una firma de corretaje de Londres que opera principalmente con corredores minoristas, dijo el jueves en un comunicado que enfrentaba un impacto negativo de hasta 30 millones de libras (US$45,6 millones) por su “exposición de mercado y de crédito” después del “movimiento repentino y extremo” en el franco. La firma describió los movimientos nerviosos del mercado como una “dislocación”.
“Es un movimiento bastante extraordinario”, dijo Paul Lambert, jefe de divisas de Insight Investment en Londres, que supervisa US$483.700 millones en activos. “No estamos hablando de una moneda de tercer nivel que rara vez se negocia”.
El choque fue necesario. Thomas Jordan, presidente del SNB, dijo el jueves que si el banco central hubiese anticipado cualquier pista de su viraje podría haber incitado transacciones “inapropiadas”.
Marcos Astley, presidente ejecutivo de Millennium Global, que gestiona US$14.000 millones en fondos especializados en divisas, oficiaba de anfitrión de un seminario cuando se conoció la noticia. Todavía sosteniendo su taza de café, revisó su celular para ver cuál era la tasa de cambio del euro frente al franco. “¡El euro se cotiza por debajo de uno!”, exclamó, mientras el euro se hundía a 85 centavos de franco.
Bajo la política que ahora abandona, el SNB contuvo el euro por encima de 1,20 por franco, un tipo del que rara vez se movió.
El jueves, hacia el final del horario de los mercados financieros de Europa, la moneda suiza se había estabilizado a 1,05 francos por euro, todavía alrededor del valor más fuerte en la historia del franco. Pocos confían en que la tasa se asiente, pero la mayoría espera que el viernes sea un día más tranquilo.
“El mercado estuvo luchando por algún tiempo”, explica Botting de Crédit Agricole. “Ahora que el polvo se ha asentado, la pregunta en la mente de todos es: ¿Y ahora qué?”
—Tommy Stubbington en Londres contribuyó a este artículo.
El banco, con sede en Zúrich, inmediatamente interrumpió la reunión para verificar que la noticia era real; era lo suficientemente impactante para que experimentados observadores del Banco Nacional Suizo (SNB, por sus siglas en alemán) se asombraran, dadas las reiteradas garantías de la autoridad monetaria de que el tope estaba allí para quedarse.
Ejecutivos del Julius Baer se apresuraron a organizar una conferencia telefónica con los clientes, a la cual “miles” de ellos se conectaron, cuenta Burkhard Varnholt, director de inversiones del banco. “Fue una conmoción y causó un montón de preguntas”, dice.
Los activos de los clientes de Julius Baer ascendían a finales de octubre de 2014 a 385.000 millones de francos suizos. Al comienzo de la mañana del jueves, esos 385.000 millones de francos permitían comprar 377.000 millones de dólares.
Menos de media hora después del anuncio del SNB, cuando el franco ascendía como si estuviera impulsado por un cohete, esos fondos equivalían a alrededor de US$435.000 millones.
No obstante, por un rato durante el jueves, el franco “fue casi incambiable”, señala Tony Botting, jefe de cambio de divisas en el mercado al contado del banco francés Crédit Agricole.
El euro se desplomó 30% en cuestión de minutos en respuesta al giro abrupto del SNB, un enorme movimiento en todos los sentidos, pero sobre todo para una moneda de referencia por lo general estable. Citigroup, C -3.71% el mayor operador de divisas del mundo, indicó que sus volúmenes de negociación con el franco eran 50% mayor a lo habitual.
IG GroupIGG.LN -4.38% PLC, una firma de corretaje de Londres que opera principalmente con corredores minoristas, dijo el jueves en un comunicado que enfrentaba un impacto negativo de hasta 30 millones de libras (US$45,6 millones) por su “exposición de mercado y de crédito” después del “movimiento repentino y extremo” en el franco. La firma describió los movimientos nerviosos del mercado como una “dislocación”.
“Es un movimiento bastante extraordinario”, dijo Paul Lambert, jefe de divisas de Insight Investment en Londres, que supervisa US$483.700 millones en activos. “No estamos hablando de una moneda de tercer nivel que rara vez se negocia”.
El choque fue necesario. Thomas Jordan, presidente del SNB, dijo el jueves que si el banco central hubiese anticipado cualquier pista de su viraje podría haber incitado transacciones “inapropiadas”.
Marcos Astley, presidente ejecutivo de Millennium Global, que gestiona US$14.000 millones en fondos especializados en divisas, oficiaba de anfitrión de un seminario cuando se conoció la noticia. Todavía sosteniendo su taza de café, revisó su celular para ver cuál era la tasa de cambio del euro frente al franco. “¡El euro se cotiza por debajo de uno!”, exclamó, mientras el euro se hundía a 85 centavos de franco.
Bajo la política que ahora abandona, el SNB contuvo el euro por encima de 1,20 por franco, un tipo del que rara vez se movió.
El jueves, hacia el final del horario de los mercados financieros de Europa, la moneda suiza se había estabilizado a 1,05 francos por euro, todavía alrededor del valor más fuerte en la historia del franco. Pocos confían en que la tasa se asiente, pero la mayoría espera que el viernes sea un día más tranquilo.
“El mercado estuvo luchando por algún tiempo”, explica Botting de Crédit Agricole. “Ahora que el polvo se ha asentado, la pregunta en la mente de todos es: ¿Y ahora qué?”
—Tommy Stubbington en Londres contribuyó a este artículo.
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