Las bases de la nueva arquitectura de desarrollo económico global llegan de la mano de iniciativas lideradas por China como el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura y el Banco de BRICS. Mientras tanto, a Estados Unidos solo le queda adaptarse al nuevo orden mundial, sugiere la periodista Rebecca Liao en 'The National Interest'. "EE.UU. no puede vencer a las potencias emergentes y debe unirse a ellas", sostiene.
Reino Unido, Francia, Alemania e Italia han anunciado recientemente su deseo de unirse al Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura. Sin embargo, Estados Unidos considera que el nuevo banco es la apuesta de China por el control de Asia, razón por la que presionó a sus aliados, entre ellos Australia y Corea del Sur, para que no expresaran su adhesión a la estructura, escribe Rebecca Liao, periodista y analista de China en 'The National Interest' en un artículo titulado 'Adiós a la supremacía de Estados Unidos'. Según su opinión "EE.UU. no puede vencer a las potencias emergentes", razón por la que debe unirse a ellas".
"35 países han suscrito la iniciativa, no tanto para realizar perspectivas de inversión a corto plazo, sino como una apuesta para que un banco liderado por China pueda actuar mejor que sus contrapartes de Washington". Además, Pekín se ha comprometido a no inmiscuirse en los asuntos internos de otros países, lo que supone un "reproche directo" a la política exterior estadounidense, sugiere la periodista.
Nathan Sheets, secretario adjunto del Tesoro para Asuntos Internacionales, declaró la semana pasada que Estados Unidos tratará de colaborar con el nuevo banco en lo que se refiere a proyectos de desarrollo. Si bien el FMI y el Banco Mundial se expresaron en términos similares, prometiendo que su participación garantizaría que "se mantengan los estándares de alta calidad que han pasado la prueba del tiempo", Liao cree que se trata de un esfuerzo por salvar la cara. "En otras palabras, intentarán presionar para que el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura adopte sus normas", opina la periodista.
EE.UU. necesita darse cuenta de que los países del orden mundial emergente ya no creen que el desarrollo económico deba difundir los valores políticos y económicos occidentales, concluye.
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