La visita del presidente Barack Obama aumentará la presencia estadounidense en nuestra Isla y la multiplicidad de intereses y criterios, aunque se mantengan las contradicciones
Por LÁZARO BARREDO MEDINA
La visita del presidente Barack Obama sin duda aumentará la presencia estadounidense en nuestra Isla y la multiplicidad de intereses y criterios, aunque se mantengan las contradicciones, como sigue ocurriendo, por ejemplo, en el sector de la salud.
Para los cubanos, la lectura martiana es una guía. Anticipado como estuvo en tantos temas, Martí nos dejó visiones que parecieran escritas hoy, que alertan, aclaran, adelantan lo que pudiera venir: Ellos, celosos de su libertad, nos despreciarían si no nos mostrásemos celosos de la nuestra. Ellos, que nos creen inermes, deben vernos, a toda hora prontos y viriles. Hombres y pueblos van por este mundo hincando el dedo en la carne ajena a ver si es blanda o si resiste, y hay que poner la carne dura, de modo que eche afuera los dedos atrevidos.
No son alusiones fortuitas. La supuesta buena voluntad del mandatario estadounidense no va seguida de actos, y a uno le queda la sensación de que es como la historia verdadera del flautista de Hamelin, quien al no recibir su recompensa, mientras todos estaban en misa, sonó la flauta e hizo su encantamiento en todos los niños y niñas mayores para que salieran tras él, y nunca más se les volvió a ver.
En su discurso ante la sociedad civil cubana dijo: “Nadie puede negar el servicio que miles de médicos cubanos han llevado a los pobres, a los que sufren”, y propuso seguir la colaboración con Cuba, como la que se produjo durante la epidemia del ébola en África.
Sin embargo, pese a las promesas de su Gobierno, por lo menos hasta el momento de escribir estas líneas,todavía sigue vigente el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos, único de su tipo en el mundo, que pretende hacer desertar a los profesionales de la medicina cubana de sus misiones en otros países e incitarlos a emigrar mediante el uso y aliento de sus embajadas, a sabiendas de que dañan los planes de cooperación médica internacional de nuestro país y privan de estos recursos humanos vitales a Cuba y a las naciones receptoras, que tanto los necesitan.
No obstante esa actitud inconsecuente, el Gobierno Revolucionario envió recientemente una delegación cubana a Washington con el propósito de intercambiar sobre sistemas de salud e identificar temas de interés para una futura cooperación entre ambas naciones.
Como fue publicado por varios medios, hay un Memorando de Entendimiento sobre temas comoinvestigación, envejecimiento, salud mental y atención primaria, así como se ratificó por ambas partes el interés en colaborar en la investigación, prevención y tratamiento de enfermedades transmisibles, fundamentalmente las arbovirosis como el zika, dengue y chikungunya, y de crónicas no transmisibles, como el cáncer, diabetes, hipertensión y sus factores de riesgo.
Es verdad que no se le pueden pedir peras al olmo, pero el sentido común nos indica que si bien Obama ha sido el político estadounidense que más decisiones ha adoptado relativamente positivas para Cuba, es indispensable que se olviden de la doctrina geopolítica del destino manifiesto –o lo que es lo mismo: expansión de su poderío a todo costo y a toda costa–, si se quiere sinceramente una buena vecindad. Queremos paz y tranquilidad, pero con los dedos atrevidos fuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar