Correo del Orinoco
El pueblo venezolano encara una espiral de violencia golpista, denunciada por el Estado, que ha dejado en lo que va de abril 20 muertes, ataques a bienes públicos y establecimientos privados, producto de acciones promovidas por grupos que buscan fomentar un clima de ingobernabilidad.
Las pérdidas humanas son utilizadas por voceros de la derecha para proyectar un discurso mediático sobre “la brutal represión” de las fuerzas de seguridad contra los opositores, como ocurrió con el caso de Jairo Johan Ortiz Bustamante, asesinado el 6 de abril, en el sector Montaña Alta de Carrizal, capital de Miranda.
La manipulación fue repudiada enérgicamente por el padre de Ortiz, quien aclaró que su hijo no se encontraba en la protesta ni militaba en partido alguno.
Tras el homicidio de Ortiz han sido registrados 19 fallecimientos: Daniel Alejandro Queliz Araca, el pasado 10 de abril, hecho por el que dos efectivos de la Policía de Carabobo (Policarabobo) fueron privados de libertad; Miguel Antonio Colmenares, quien fue baleado por grupos violentos, y Bryan Principal, a quien le dispararon desde un vehículo en marcha cuando ocurrían acciones vandálicas frente al urbanismo Ciudad Socialista Alí Primera de Barquisimeto. Los dos últimos hechos ocurrieron en el estado Lara el 11 de abril.
El día en que murieron Colmenares y Principal -que, de acuerdo con sus familiares no participaban en manifestaciones- resultó herido Gruseny Antonio Canelón en otro foco de violencia activado en la entidad centro occidental. Murió dos días después.
El pasado 19 de abril, cuando la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a una movilización nacional, murió por impacto de bala Carlos José Moreno, de 17 años de edad, estudiante de Economía de la Universidad Central de Venezuela. Se presume que el hecho, ocurrido en San Bernardino, Caracas, fue producto del hampa común, pero medios de difusión privados la atribuyeron a un hecho represivo.
Ese mismo día cayeron Paola Ramírez, de 23 años, tras recibir un disparo propinado por Iván Alexis Pernía Dávila, militante activo del partido Vente Venezuela, en San Cristóbal, Táchira, y el sargento segundo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) Niumar José San Clemente Barrios, quien fue baleado mientras realizaba labores de resguardo del orden público en San Antonio de los Altos, estado Miranda.
Asimismo, entre el jueves 20 y viernes 21, en hechos violentos ocurridos en El Valle murieron Jairo Ramírez, de 45 años de edad; William Marrero, de 33; Robert Centeno, de 29; Jonathan Meneses, de 27; Elio Pacheco, de 20; Estiverson Zamora, de 29; Kevin León, de 30; Francisco González de 34; Ramón Martínez de 29; y dos adolescentes de 15 y 17 años de edad. Algunos murieron electrocutados y otros por heridas causadas por armas de fuego.
El 21 de abril también falleció por impacto de bala Melvin Guaitán, en Petare, Miranda. El Ministerio Público investiga las circunstancias del asesinato.
Estos hechos son usados por dirigentes de la extrema derecha, con respaldo de las corporaciones mediáticas, para alimentar el discurso de supuesta ingobernabilidad y ataques a la población civil. En contraste, los medios silencian la vinculación de dirigentes como Julio Borges con la coordinación del plan golpista, como denunció esta semana el presidente de la República, Nicolás Maduro.
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