Por Ana Ivis Galán García
Era una unidad básica de la Empresa Provincial de Servicios Automotores de La Habana, dedicada a la chapistería, pintura y tapicería de autos.
A propuesta del Ministerio de Transporte, sus trabajadores asumieron la iniciativa de preparar el proyecto que, el primero de julio de 2013, dio luz verde a la primera Cooperativa no Agropecuaria Reconstructora de Vehículos, con sede en Vía Blanca, a tan solo algunos pasos de la calle Primelles.
Empezó con 38 socios, hoy ya son 61, cada uno hizo su aporte financiero en moneda nacional, y la gran mayoría están vinculados directamente a la producción.
De ellos, siete son indirectos: el presidente, el vicepresidente, la económica, el comercial, el de Abastecimiento Técnico Material, el chofer y la secretaria.
Los principales clientes de la cooperativa, hasta la fecha única de su tipo en Cuba, son entidades estatales como la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), Cubanacán Casa Matriz, Servicios Especializados Integrales de Seguridad y Protección (Seisa), y Cubataxi.
Sus reparaciones se montan entre los cuatro y cinco mil pesos, lo que representa ahorro por concepto de importaciones, que oscilan entre los 13 y 30 mil CUC.
También atienden a particulares, según declaró a la AIN Napil Eduardo Pérez Morán, vicepresidente de la cooperativa. Reparan de 10 a 12 autos al mes, aunque -aclaró- este servicio se reiniciará a inicios de 2014, pues en lo que resta del actual año deben cumplir los compromisos contraídos con clientes grandes, con los cuales trabajan desde hace casi una década.
Evalúan los casos más críticos, y definen el precio a partir de la tasa implementada para cada tipo de equipo, una parte se les cobra en CUC, y el resto en moneda nacional (MN).
Precisó que no reciben carros americanos o almendrones, como popularmente se les conoce, pues necesitan un material del que todavía no disponen, hoy no tienen las condiciones ni el espacio para asumirlos, y es muy alta la demanda de sus usuarios tradicionales.
En materia de utilidades, estas se distribuyen en base al cumplimiento del plan productivo de cada socio directo, y alcanza entre seis y siete mil 500 pesos al mes; los indirectos, reciben ingresos a partir de su aporte al plan y la calidad del desempeño; incluso, se esperan ganancias en el fin de año para todos los afiliados.
Pérez Morán adelantó que también piensan extender algunos beneficios a las familias de los trabajadores.
Sobre la materia prima para la producción, comentó que el 90 por ciento llega por importación, compras que paga la propia cooperativa mediante sus cuentas.
Y a pesar de que ya no padecen los problemas de los inicios, cuando debían adquirirlas en la red minorista, todavía hoy -dijo- tienen algunas dificultades, específicamente con el material para la tapicería.
La producción diaria de la Cooperativa no Agropecuaria Reconstructora de Vehículos es, como promedio, de tres a cuatro carros terminados, con chapistería, pintura y tapicería incluidas.
Reciben, fundamentalmente, vehículos con más de 15 o 20 años de explotación, prácticamente de baja, y los salvan en 45 días, aunque por el cúmulo de trabajo o complejidad de la reparación pueden extenderse a 50 jornadas; en otras ocasiones lo logran en el mes.
Laboran alrededor de12 horas diarias, sábados, domingos hasta mediodía, y a veces doblan turnos.
El joven vicepresidente reconoció que existe competencia, pues hay muchos talleres (no son cooperativas) de este tipo en La Habana. No obstante, se esfuerzan por ganar mayor calidad y rapidez, objetivo que al parecer se consolida, según las encuestas realizadas.
Pérez Morán dijo que se preparan proyectos similares en el país, idea la cual valoró de “muy positiva”, y permitirá extender los servicios a cualquier cliente, pues ellos reciben muchas solicitudes y hoy no tienen posibilidades de atenderlas todas.
La cooperativa no agropecuaria, iniciativa que gana espacios en la actualización del modelo económico cubano, no está ajena a lo que ocurre en el mundo, donde la tecnología para autos cambia y se moderniza.
En ese sentido, también prestan atención a la capacitación del personal, tema incluido en sus estatutos, y la cual reciben de técnicos altamente calificados.
Para garantizar su funcionamiento y servicios, además de las herramientas con que cuenta, se han valido del arrendamiento, lo cual les asegura las instalaciones donde radican, dos autos ligeros y el panel de carga.
El resto de los bienes pertenecen a los socios, patrimonio que trabajan por incrementar, propósito que de seguro alentará aún más el espíritu de pertenencia, la calidad y el cuidado de lo que beneficia a todos.
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