La agencia Reuters destacó que Estados Unidos superará a Arabia Saudita como el principal productor mundial de petróleo para el 2017, debido a una fuerte alza en la producción de crudo y gas no convencional que llevaría al país a conseguir la autosuficiencia energética, dijo el lunes la Agencia Internacional de Energía (AIE).
La entidad, que asesora a las principales naciones industrializadas sobre política energética, hizo la proyección en un informe anual a largo plazo y sus conclusiones contrastaron fuertemente con su informe del 2011, en el que veía la permanencia de Arabia Saudita Arabia como principal productor hasta el 2035.
“El desarrollo energético en Estados Unidos es profundo y su efecto se sentirá más allá de Norteamérica -y del sector energético”, dijo la AIE.
“El reciente repunte en la producción estadounidense de crudo y gas no convencional, impulsado por tecnologías de extracción que están liberando recursos de crudo y gas de esquisto, está estimulando la actividad económica, con un gas menos costoso y unos precios de la electricidad que dan a la industria una ventaja competitiva”, agregó el organismo.
La AIE dijo que veía una caída continua de las importaciones estadounidenses de crudo y que Norteamérica se convertiría en exportador neto de petróleo para alrededor del 2030 y lograría la autosuficiencia energética al 2035.
“Estados Unidos, que actualmente importa alrededor de un 20 por ciento de sus necesidades totales de energía, se convierte casi totalmente en autosuficiente en términos netos, un cambio drástico de la tendencia vista en la mayoría de los otros países importadores de energía”, dijo.
El economista principal de la AIE, Fatih Birol, dijo en una conferencia de prensa en Londres que creía que Estados Unidos superaría a Rusia como principal productor de gas por un margen significativo para el 2015. Poco tiempo después de eso, en el 2017, Estados Unidos se convertiría en el principal productor de petróleo, dijo Birol.
Estados Unidos dependerá más del gas natural que del petróleo o el carbón para el 2035, a medida que el aumento de suministros domésticos más baratos impulsa el uso en la industria y en generadores de energía.
Auge petrolero
La AIE dijo que veía un aumento de la producción estadounidense de crudo a 10 millones de barriles por día (bpd) para el 2015 y a 11,1 millones de bpd para el 2020, antes de ceder a 9,2 millones de bpd al 2035.
La producción de petróleo de Arabia Saudita sería de 10,9 millones de bpd al 2015, dijo la AIE, y de 10,6 millones de bpd en 2020, pero crecería a 12,3 millones de bpd para el 2035.
El auge petrolero de Estados Unidos aceleraría un cambio en la dirección del comercio internacional de crudo, dijo la AIE, anticipando que al 2035 casi el 90 por ciento del crudo de Oriente Medio se dirigiría a Asia.
Eso haría que el mundo dependa cada vez más de la OPEP después del 2020 ya que, además de los aumentos de Arabia Saudita, Irak explicará el 45 por ciento del crecimiento de la producción global de petróleo al 2035 y se convertirá en el segundo mayor exportador, venciendo a Rusia.
La participación de la OPEP en la producción mundial de petróleo subirá al 48 por ciento, desde los 42 por ciento actuales.
La producción de petróleo de Rusia, que se ha mantenido por encima de Arabia Saudita, se mantendría estable en más de 10 millones de bpd hasta el 2020, cuando empezaría a bajar hasta alcanzar un poco más de 9 millones de bpd al 2035.
Sin embargo, la demanda global de energía seguiría en aumento, creciendo más de un tercio al 2035, con China, India y Oriente Medio explicando el 60 por ciento de la expansión.
El reporte asume una enorme expansión de la economía china, la que según prevé, superará a Estados Unidos en términos de paridad de poder adquisitivo poco después del 2015 y al 2020 usando tipos de cambio de mercado. Se prevé que el producto interno bruto chino se eleve el 5,7 por ciento anual entre 2011 y 2035.
Un aumento de la población mundial, en 1.800 millones de habitantes a 8.600 millones, llevaría a una escalada de la demanda global de crudo en más de un 10 por ciento, a más de 99 millones de bpd para el 2035, manteniendo la presión alcista sobre los valores del crudo, dijo la AIE.
Birol dijo que él era consciente de lo optimistas que eran las previsiones de la AIE, dado que el auge del crudo de esquisto era un fenómeno relativamente nuevo.
“Los recursos de petróleo ligero de esquisto no se conocen muy bien (…) si no se descubren nuevos recursos (después de 2020) y si los precios no están tan altos como hoy, entonces podríamos ver que Arabia Saudita retorna a ser nuevamente el primer productor”, dijo.
Estados Unidos se convertirá en el primer productor de petróleo del planeta hacia 2020, y un exportador de crudo para 2030, un cambio del paisaje energético provocado por el auge de los hidrocarburos no convencionales, según las predicciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), reseña Afp.
“Los cambios en la energía en Estados Unidos son profundos y sus efectos se van a medir más allá de América del Norte y del sector”, pronosticó la AIE que reagrupa a los principales países consumidores de energía (en Europa, Estados Unidos y Japón) en la última edición del Wordl Energy Outlook, su gran estudio prospectivo anual.
“Hacia 2017 Estados Unidos se convertirá en el productor de petróleo más importante, por delante de Arabia Saudita”, predijo Fatih Birol, jefe economista de la agencia, en una conferencia de prensa en Londres.
Esta revolución programada en el mundo del petróleo dejaría la situación como al principio de la industria del petróleo. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo XX Estados Unidos fue el principal productor de oro negro en el mundo, lo que alimentó su desarrollo industrial, económico y estratégico. Estados Unidos se convirtió al mismo tiempo en la primera potencia mundial.
“Estados Unidos se convertirá para 2015 en el indiscutible primer productor de gas mundial, por delante de Rusia”, agregó Birol.
La AIE basa sus predicciones en la evolución de la producción de hidrocarburos no convencionales, el gas y el petróleo de esquisto, así como en los reservorios de “tight oil” (petróleo de formaciones compactas), que durante mucho tiempo su extracción era difícil y considerada muy costosa.
“El reciente aumento de la producción estadounidense de petróleo y gas, impulsada por avances tecnológicos que permiten extraer” estos recursos no convencionales, como la fracturación hidráulica, “transforma a un ritmo sostenido el rol de América del Norte” en el tablero energético mundial, explicó la agencia.
Las cifras parecen confortar la predicción de la AIE, aunque el debate entre los expertos no esté zanjado sobre la próxima llegada del “pico petrolero”, es decir el momento inevitable en que la producción mundial de crudo comenzará su inexorable declive.
Desde que empezó el año, Estados Unidos extrajo unos 6,2 millones de barriles de crudo por día, contra 5 millones en 2008, lo que representa un salto de 24%, según las estadísticas del Departamento de Energía estadounidense.
La AIE anticipa que este salto en la producción estadounidense, combinado a medidas que apuntan a reducir el consumo de los vehículos, “hará caer progresivamente las importaciones petrolíferas del país, hasta que América del Norte se convierta en un exportador de crudo, hacia 2030″.
Como resultado la codiciada “independencia energética”, un objetivo considerado durante mucho tiempo como inalcanzable, estará finalmente al alcance de Estados Unidos, adelantó incluso la AIE.
Estados Unidos importa actualmente un 20% de sus necesidades energéticas y será “prácticamente autosuficiente en términos netos, un giro espectacular de la tendencia que prevalece en la mayoría de los países importadores”, predice el organismo.
Este tema fue evocado en la reciente campaña presidencial. El republicano Mitt Romney, que perdió la semana pasada frente a Barack Obama, prometió la independencia energética para 2020, apostando a las energías fósiles (petróleo, gas, carbón), mientras que su victorioso rival prefirió poner el acento en las energías renovables (solar, eólico) y en la economía de energía.
Un tal giro tendría inmensas consecuencias. Redibujaría el mapa del comercio petrolero mundial, centrado en Asia, y con ella una gran parte de los equilibrios y desequilibrios estratégicos actuales, informó Afp.
La entidad, que asesora a las principales naciones industrializadas sobre política energética, hizo la proyección en un informe anual a largo plazo y sus conclusiones contrastaron fuertemente con su informe del 2011, en el que veía la permanencia de Arabia Saudita Arabia como principal productor hasta el 2035.
“El desarrollo energético en Estados Unidos es profundo y su efecto se sentirá más allá de Norteamérica -y del sector energético”, dijo la AIE.
“El reciente repunte en la producción estadounidense de crudo y gas no convencional, impulsado por tecnologías de extracción que están liberando recursos de crudo y gas de esquisto, está estimulando la actividad económica, con un gas menos costoso y unos precios de la electricidad que dan a la industria una ventaja competitiva”, agregó el organismo.
La AIE dijo que veía una caída continua de las importaciones estadounidenses de crudo y que Norteamérica se convertiría en exportador neto de petróleo para alrededor del 2030 y lograría la autosuficiencia energética al 2035.
“Estados Unidos, que actualmente importa alrededor de un 20 por ciento de sus necesidades totales de energía, se convierte casi totalmente en autosuficiente en términos netos, un cambio drástico de la tendencia vista en la mayoría de los otros países importadores de energía”, dijo.
El economista principal de la AIE, Fatih Birol, dijo en una conferencia de prensa en Londres que creía que Estados Unidos superaría a Rusia como principal productor de gas por un margen significativo para el 2015. Poco tiempo después de eso, en el 2017, Estados Unidos se convertiría en el principal productor de petróleo, dijo Birol.
Estados Unidos dependerá más del gas natural que del petróleo o el carbón para el 2035, a medida que el aumento de suministros domésticos más baratos impulsa el uso en la industria y en generadores de energía.
Auge petrolero
La AIE dijo que veía un aumento de la producción estadounidense de crudo a 10 millones de barriles por día (bpd) para el 2015 y a 11,1 millones de bpd para el 2020, antes de ceder a 9,2 millones de bpd al 2035.
La producción de petróleo de Arabia Saudita sería de 10,9 millones de bpd al 2015, dijo la AIE, y de 10,6 millones de bpd en 2020, pero crecería a 12,3 millones de bpd para el 2035.
El auge petrolero de Estados Unidos aceleraría un cambio en la dirección del comercio internacional de crudo, dijo la AIE, anticipando que al 2035 casi el 90 por ciento del crudo de Oriente Medio se dirigiría a Asia.
Eso haría que el mundo dependa cada vez más de la OPEP después del 2020 ya que, además de los aumentos de Arabia Saudita, Irak explicará el 45 por ciento del crecimiento de la producción global de petróleo al 2035 y se convertirá en el segundo mayor exportador, venciendo a Rusia.
La participación de la OPEP en la producción mundial de petróleo subirá al 48 por ciento, desde los 42 por ciento actuales.
La producción de petróleo de Rusia, que se ha mantenido por encima de Arabia Saudita, se mantendría estable en más de 10 millones de bpd hasta el 2020, cuando empezaría a bajar hasta alcanzar un poco más de 9 millones de bpd al 2035.
Sin embargo, la demanda global de energía seguiría en aumento, creciendo más de un tercio al 2035, con China, India y Oriente Medio explicando el 60 por ciento de la expansión.
El reporte asume una enorme expansión de la economía china, la que según prevé, superará a Estados Unidos en términos de paridad de poder adquisitivo poco después del 2015 y al 2020 usando tipos de cambio de mercado. Se prevé que el producto interno bruto chino se eleve el 5,7 por ciento anual entre 2011 y 2035.
Un aumento de la población mundial, en 1.800 millones de habitantes a 8.600 millones, llevaría a una escalada de la demanda global de crudo en más de un 10 por ciento, a más de 99 millones de bpd para el 2035, manteniendo la presión alcista sobre los valores del crudo, dijo la AIE.
Birol dijo que él era consciente de lo optimistas que eran las previsiones de la AIE, dado que el auge del crudo de esquisto era un fenómeno relativamente nuevo.
“Los recursos de petróleo ligero de esquisto no se conocen muy bien (…) si no se descubren nuevos recursos (después de 2020) y si los precios no están tan altos como hoy, entonces podríamos ver que Arabia Saudita retorna a ser nuevamente el primer productor”, dijo.
Estados Unidos se convertirá en el primer productor de petróleo del planeta hacia 2020, y un exportador de crudo para 2030, un cambio del paisaje energético provocado por el auge de los hidrocarburos no convencionales, según las predicciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), reseña Afp.
“Los cambios en la energía en Estados Unidos son profundos y sus efectos se van a medir más allá de América del Norte y del sector”, pronosticó la AIE que reagrupa a los principales países consumidores de energía (en Europa, Estados Unidos y Japón) en la última edición del Wordl Energy Outlook, su gran estudio prospectivo anual.
“Hacia 2017 Estados Unidos se convertirá en el productor de petróleo más importante, por delante de Arabia Saudita”, predijo Fatih Birol, jefe economista de la agencia, en una conferencia de prensa en Londres.
Esta revolución programada en el mundo del petróleo dejaría la situación como al principio de la industria del petróleo. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo XX Estados Unidos fue el principal productor de oro negro en el mundo, lo que alimentó su desarrollo industrial, económico y estratégico. Estados Unidos se convirtió al mismo tiempo en la primera potencia mundial.
“Estados Unidos se convertirá para 2015 en el indiscutible primer productor de gas mundial, por delante de Rusia”, agregó Birol.
La AIE basa sus predicciones en la evolución de la producción de hidrocarburos no convencionales, el gas y el petróleo de esquisto, así como en los reservorios de “tight oil” (petróleo de formaciones compactas), que durante mucho tiempo su extracción era difícil y considerada muy costosa.
“El reciente aumento de la producción estadounidense de petróleo y gas, impulsada por avances tecnológicos que permiten extraer” estos recursos no convencionales, como la fracturación hidráulica, “transforma a un ritmo sostenido el rol de América del Norte” en el tablero energético mundial, explicó la agencia.
Las cifras parecen confortar la predicción de la AIE, aunque el debate entre los expertos no esté zanjado sobre la próxima llegada del “pico petrolero”, es decir el momento inevitable en que la producción mundial de crudo comenzará su inexorable declive.
Desde que empezó el año, Estados Unidos extrajo unos 6,2 millones de barriles de crudo por día, contra 5 millones en 2008, lo que representa un salto de 24%, según las estadísticas del Departamento de Energía estadounidense.
La AIE anticipa que este salto en la producción estadounidense, combinado a medidas que apuntan a reducir el consumo de los vehículos, “hará caer progresivamente las importaciones petrolíferas del país, hasta que América del Norte se convierta en un exportador de crudo, hacia 2030″.
Como resultado la codiciada “independencia energética”, un objetivo considerado durante mucho tiempo como inalcanzable, estará finalmente al alcance de Estados Unidos, adelantó incluso la AIE.
Estados Unidos importa actualmente un 20% de sus necesidades energéticas y será “prácticamente autosuficiente en términos netos, un giro espectacular de la tendencia que prevalece en la mayoría de los países importadores”, predice el organismo.
Este tema fue evocado en la reciente campaña presidencial. El republicano Mitt Romney, que perdió la semana pasada frente a Barack Obama, prometió la independencia energética para 2020, apostando a las energías fósiles (petróleo, gas, carbón), mientras que su victorioso rival prefirió poner el acento en las energías renovables (solar, eólico) y en la economía de energía.
Un tal giro tendría inmensas consecuencias. Redibujaría el mapa del comercio petrolero mundial, centrado en Asia, y con ella una gran parte de los equilibrios y desequilibrios estratégicos actuales, informó Afp.
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