La recuperación mundial desigual continúa, pero a un ritmo ligeramente más débil que el previsto en abril de 2014, según la última edición de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO). El FMI pronostica que el crecimiento mundial medio será de 3,3% en 2014 —es decir, sin variación con respecto a 2013— y que se elevará a 3,8% en 2015.
El deterioro de las perspectivas de crecimiento para 2014 es el resultado de reveses en la actividad económica en las economías avanzadas durante el primer semestre de 2014, y de perspectivas menos optimistas en varios países emergentes, señala el informe.
Las tasas de crecimiento potencial —es decir, el ritmo al que el producto anual puede expandirse sin elevar la inflación— también se han revisado a la baja. “Este deterioro de las perspectivas a su vez está incidiendo en la confianza, la demanda y el crecimiento actuales”, dice Olivier Blanchard, Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI.
Según Blanchard, dos fuerzas fundamentales frenan la recuperación mundial. “En las economías avanzadas, las secuelas del auge previo a la crisis y la posterior recesión, en particular las fuertes cargas de la deuda y el elevado desempleo, siguen ensombreciendo la recuperación, y el bajo crecimiento potencial que se avecina es motivo de preocupación”. Varias economías emergentes también se están adaptando al menor crecimiento potencial.
En todo el mundo, la inversión ha sido más débil de lo previsto por algún tiempo. A raíz de esto, “el crecimiento mundial sigue siendo mediocre”, declara Blanchard.
Al mismo tiempo, dice Blanchard, la evolución económica es cada vez más diferenciada en los principales países y regiones, y el ritmo de recuperación depende de las condiciones específicas en cada país.
Las perspectivas de crecimiento varían en las economías avanzadas
Para las economías avanzadas se pronostica que el crecimiento aumentará de 1,8% en 2014 a 2,3% en 2015.
Buena parte del fortalecimiento proyectado de la actividad obedece a una aceleración del crecimiento en Estados Unidos después de que se registraran reveses temporales en el primer trimestre de este año. El empleo ha aumentado con fuerza, y los balances de los hogares han mejorado un contexto de condiciones financieras favorables y una recuperación del mercado inmobiliario.
Recientemente, en la zona del euro, los resultados decepcionantes de crecimiento ponen de manifiesto las continuas fragilidades. Se proyecta que se afiance una recuperación gradual pero débil, apoyada por una marcada compresión de los diferenciales de las tasas de interés en las economías que soportan tensiones y tasas de interés en mínimos sin precedentes en las economías del núcleo de la zona del euro.
En Japón, el PIB se contrajo más de lo previsto en el segundo trimestre de 2014 tras un aumento del impuesto al consumo. Para 2015 se pronostica que se recupere la inversión privada y que el crecimiento permanezca estable en términos generales.
Los mercados emergentes están adaptándose a un crecimiento más lento
El crecimiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo seguirá representando el grueso del crecimiento mundial. Sin embargo, con un pronóstico de 4% para 2014, ese crecimiento será un poco más débil que el pronosticado en el informe WEO de abril de 2014. Esta desaceleración es consecuencia de la floja demanda interna y del impacto de crecientes tensiones geopolíticas, sobre todo en Rusia y los países vecinos.
• En China se prevé que el crecimiento se reduzca levemente en 2014–15 a 7,4%, a medida que la economía entra en una trayectoria de crecimiento más sostenido. En otras economías emergentes y en desarrollo de Asia se prevé que el crecimiento siga siendo sólido.
• Según las proyecciones, en América Latina la tasa de crecimiento se reducirá en la mitad este año, a alrededor de 1,3%, debido a factores externos, incluidas las exportaciones que fueron más flojas de lo previsto, y a limitaciones internas. Se prevé que el crecimiento repuntará a alrededor de 2,2% en 2015.
• En África subsahariana se prevé un crecimiento más vigoroso gracias a condiciones más favorables de la demanda externa y una fuerte demanda de inversión, aunque las perspectivas varían de un país a otro.
• En Oriente Medio y Norte de África la recuperación todavía sigue siendo frágil a pesar de que se espera que el crecimiento empiece a repuntar levemente gracias a la mejora de las condiciones de seguridad interna y a un fortalecimiento de la demanda externa. Consideraciones similares apuntalan las mejoras moderadas de la actividad en Rusia y otras economías de la Comunidad de Estados Independientes.
Importantes riesgos a la baja
El informe WEO de octubre destaca el aumento de los riesgos a la baja —tanto a corto como a mediano plazo— que podría hacer mella en la confianza y el crecimiento.
• Los riesgos geopolíticos más intensos podrían resultar más persistentes, y además podrían empeorar, lo cual podría provocar un alza drástica de los precios de los combustibles, perturbaciones en el comercio y mayores tensiones económicas.
• Las condiciones financieras favorables, y la consiguiente búsqueda de rendimientos, podrían dar lugar a excesos financieros. Es posible que los mercados hayan infravalorado los riesgos al no tener plenamente en cuenta las incertidumbres que rodean a las perspectivas mundiales. Un aumento mayor de lo previsto de las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos, acontecimientos geopolíticos o resultados de crecimiento muy decepcionantes podrían desencadenar perturbaciones generalizadas.
• En las economías avanzadas, el estancamiento secular (una situación de un déficit persistente de inversión en relación con el ahorro, aun con tasas de interés cercanas a cero) y el bajo crecimiento potencial continúan siendo importantes riesgos a mediano plazo, pese a que las tasas de interés permanecen en niveles muy bajos y a que ha aumentado el apetito de riesgo en los mercados financieros. Un período prolongado de inflación baja o una deflación propiamente dicha, particularmente en la zona del euro, podría suponer un riesgo para la actividad y la sostenibilidad de la deuda en algunos países.
• En el caso de los mercados emergentes, el crecimiento potencial podría ser aun menor de lo proyectado, si las restricciones en el lado de la oferta resultan ser más prolongadas.
Elevar el potencial
Ante el crecimiento mundial más débil de lo previsto en el primer semestre de 2014 y los mayores riesgos a la baja, es posible que una vez más el crecimiento no repunte o que sea inferior a las expectativas. Esto destaca que, en la mayoría de las economías de todo el mundo, debe seguir siendo prioritario elevar el producto real y potencial, explica el FMI.
El gran desafío para las autoridades, señala Blanchard, está en restablecer la confianza mediante planes claros para abordar las secuelas de la crisis y el problema del bajo crecimiento potencial.
En las economías avanzadas sigue siendo necesario evitar que la normalización de la política monetaria ocurra demasiado pronto. Hay que regular el ritmo y la composición del ajuste monetario para apoyar la recuperación y sentar las bases para el crecimiento y el empleo a largo plazo. En este contexto, un aumento de la inversión pública en infraestructura podría proporcionar un estímulo a la demanda a corto plazo y ayudar a elevar el producto potencial a mediano plazo en los países con deficiencias en infraestructura claramente identificadas (por ejemplo, el mantenimiento de infraestructura en Estados Unidos y Alemania) y procesos eficientes de inversión pública. También serán cruciales las reformas estructurales que eleven el crecimiento potencial, como por ejemplo reducir las barreras regulatorias a fin de incentivar la innovación y fortalecer la competencia.
El margen del que disponen las economías de mercados emergentes para recurrir a políticas macroeconómicas a fin de respaldar el crecimiento varía y es más limitado en los países con vulnerabilidades externas. En esas economías, además, existe una necesidad generalizada y urgente de ejecutar reformas estructurales específicas para afianzar el crecimiento potencial o para lograr un crecimiento más sostenible. Las prioridades consisten en eliminar los cuellos de botella en infraestructura del sector de la energía (India, Sudáfrica); reducir las limitaciones al comercio y la inversión y mejorar el entorno empresarial (Indonesia, Rusia); subsanar las deficiencias educativas, e introducir reformas en los mercados de trabajo y de productos para elevar la competitividad (Brasil, China, India, Sudáfrica).
Al mismo tiempo, los mercados emergentes tendrán que estar preparados para la normalización de la política monetaria en Estados Unidos y los posibles cambios en la actitud de los mercados financieros.
El deterioro de las perspectivas de crecimiento para 2014 es el resultado de reveses en la actividad económica en las economías avanzadas durante el primer semestre de 2014, y de perspectivas menos optimistas en varios países emergentes, señala el informe.
Las tasas de crecimiento potencial —es decir, el ritmo al que el producto anual puede expandirse sin elevar la inflación— también se han revisado a la baja. “Este deterioro de las perspectivas a su vez está incidiendo en la confianza, la demanda y el crecimiento actuales”, dice Olivier Blanchard, Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI.
Según Blanchard, dos fuerzas fundamentales frenan la recuperación mundial. “En las economías avanzadas, las secuelas del auge previo a la crisis y la posterior recesión, en particular las fuertes cargas de la deuda y el elevado desempleo, siguen ensombreciendo la recuperación, y el bajo crecimiento potencial que se avecina es motivo de preocupación”. Varias economías emergentes también se están adaptando al menor crecimiento potencial.
En todo el mundo, la inversión ha sido más débil de lo previsto por algún tiempo. A raíz de esto, “el crecimiento mundial sigue siendo mediocre”, declara Blanchard.
Al mismo tiempo, dice Blanchard, la evolución económica es cada vez más diferenciada en los principales países y regiones, y el ritmo de recuperación depende de las condiciones específicas en cada país.
Las perspectivas de crecimiento varían en las economías avanzadas
Para las economías avanzadas se pronostica que el crecimiento aumentará de 1,8% en 2014 a 2,3% en 2015.
Buena parte del fortalecimiento proyectado de la actividad obedece a una aceleración del crecimiento en Estados Unidos después de que se registraran reveses temporales en el primer trimestre de este año. El empleo ha aumentado con fuerza, y los balances de los hogares han mejorado un contexto de condiciones financieras favorables y una recuperación del mercado inmobiliario.
Recientemente, en la zona del euro, los resultados decepcionantes de crecimiento ponen de manifiesto las continuas fragilidades. Se proyecta que se afiance una recuperación gradual pero débil, apoyada por una marcada compresión de los diferenciales de las tasas de interés en las economías que soportan tensiones y tasas de interés en mínimos sin precedentes en las economías del núcleo de la zona del euro.
En Japón, el PIB se contrajo más de lo previsto en el segundo trimestre de 2014 tras un aumento del impuesto al consumo. Para 2015 se pronostica que se recupere la inversión privada y que el crecimiento permanezca estable en términos generales.
Los mercados emergentes están adaptándose a un crecimiento más lento
El crecimiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo seguirá representando el grueso del crecimiento mundial. Sin embargo, con un pronóstico de 4% para 2014, ese crecimiento será un poco más débil que el pronosticado en el informe WEO de abril de 2014. Esta desaceleración es consecuencia de la floja demanda interna y del impacto de crecientes tensiones geopolíticas, sobre todo en Rusia y los países vecinos.
• En China se prevé que el crecimiento se reduzca levemente en 2014–15 a 7,4%, a medida que la economía entra en una trayectoria de crecimiento más sostenido. En otras economías emergentes y en desarrollo de Asia se prevé que el crecimiento siga siendo sólido.
• Según las proyecciones, en América Latina la tasa de crecimiento se reducirá en la mitad este año, a alrededor de 1,3%, debido a factores externos, incluidas las exportaciones que fueron más flojas de lo previsto, y a limitaciones internas. Se prevé que el crecimiento repuntará a alrededor de 2,2% en 2015.
• En África subsahariana se prevé un crecimiento más vigoroso gracias a condiciones más favorables de la demanda externa y una fuerte demanda de inversión, aunque las perspectivas varían de un país a otro.
• En Oriente Medio y Norte de África la recuperación todavía sigue siendo frágil a pesar de que se espera que el crecimiento empiece a repuntar levemente gracias a la mejora de las condiciones de seguridad interna y a un fortalecimiento de la demanda externa. Consideraciones similares apuntalan las mejoras moderadas de la actividad en Rusia y otras economías de la Comunidad de Estados Independientes.
Importantes riesgos a la baja
El informe WEO de octubre destaca el aumento de los riesgos a la baja —tanto a corto como a mediano plazo— que podría hacer mella en la confianza y el crecimiento.
• Los riesgos geopolíticos más intensos podrían resultar más persistentes, y además podrían empeorar, lo cual podría provocar un alza drástica de los precios de los combustibles, perturbaciones en el comercio y mayores tensiones económicas.
• Las condiciones financieras favorables, y la consiguiente búsqueda de rendimientos, podrían dar lugar a excesos financieros. Es posible que los mercados hayan infravalorado los riesgos al no tener plenamente en cuenta las incertidumbres que rodean a las perspectivas mundiales. Un aumento mayor de lo previsto de las tasas de interés a largo plazo en Estados Unidos, acontecimientos geopolíticos o resultados de crecimiento muy decepcionantes podrían desencadenar perturbaciones generalizadas.
• En las economías avanzadas, el estancamiento secular (una situación de un déficit persistente de inversión en relación con el ahorro, aun con tasas de interés cercanas a cero) y el bajo crecimiento potencial continúan siendo importantes riesgos a mediano plazo, pese a que las tasas de interés permanecen en niveles muy bajos y a que ha aumentado el apetito de riesgo en los mercados financieros. Un período prolongado de inflación baja o una deflación propiamente dicha, particularmente en la zona del euro, podría suponer un riesgo para la actividad y la sostenibilidad de la deuda en algunos países.
• En el caso de los mercados emergentes, el crecimiento potencial podría ser aun menor de lo proyectado, si las restricciones en el lado de la oferta resultan ser más prolongadas.
Elevar el potencial
Ante el crecimiento mundial más débil de lo previsto en el primer semestre de 2014 y los mayores riesgos a la baja, es posible que una vez más el crecimiento no repunte o que sea inferior a las expectativas. Esto destaca que, en la mayoría de las economías de todo el mundo, debe seguir siendo prioritario elevar el producto real y potencial, explica el FMI.
El gran desafío para las autoridades, señala Blanchard, está en restablecer la confianza mediante planes claros para abordar las secuelas de la crisis y el problema del bajo crecimiento potencial.
En las economías avanzadas sigue siendo necesario evitar que la normalización de la política monetaria ocurra demasiado pronto. Hay que regular el ritmo y la composición del ajuste monetario para apoyar la recuperación y sentar las bases para el crecimiento y el empleo a largo plazo. En este contexto, un aumento de la inversión pública en infraestructura podría proporcionar un estímulo a la demanda a corto plazo y ayudar a elevar el producto potencial a mediano plazo en los países con deficiencias en infraestructura claramente identificadas (por ejemplo, el mantenimiento de infraestructura en Estados Unidos y Alemania) y procesos eficientes de inversión pública. También serán cruciales las reformas estructurales que eleven el crecimiento potencial, como por ejemplo reducir las barreras regulatorias a fin de incentivar la innovación y fortalecer la competencia.
El margen del que disponen las economías de mercados emergentes para recurrir a políticas macroeconómicas a fin de respaldar el crecimiento varía y es más limitado en los países con vulnerabilidades externas. En esas economías, además, existe una necesidad generalizada y urgente de ejecutar reformas estructurales específicas para afianzar el crecimiento potencial o para lograr un crecimiento más sostenible. Las prioridades consisten en eliminar los cuellos de botella en infraestructura del sector de la energía (India, Sudáfrica); reducir las limitaciones al comercio y la inversión y mejorar el entorno empresarial (Indonesia, Rusia); subsanar las deficiencias educativas, e introducir reformas en los mercados de trabajo y de productos para elevar la competitividad (Brasil, China, India, Sudáfrica).
Al mismo tiempo, los mercados emergentes tendrán que estar preparados para la normalización de la política monetaria en Estados Unidos y los posibles cambios en la actitud de los mercados financieros.
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