Cuba mantiene una estrategia encaminada a la apertura de los nuevos negocios, tecnologías competitivas y atracción de inversión extranjera directa.
Tras medio siglo de ruptura, Estados Unidos y Cuba se encaminan a la restauración de sus relaciones diplomáticas.
Aún cuando el restablecimiento de un esquema de comercio libre de embargos, y un intercambio pleno, tomará más tiempo –debido principalmente a la aprobación que requiere el presidente Barack Obama por parte de un Congreso marcadamente republicano–, la apertura entre ambas naciones consolida a Cuba.
El Mariel, puerto ubicado en el corazón de una zona de desarrollo privilegiada, se podría consolidar como un centro comercial que atrae inversión extranjera no solamente de los países centroamericanos y de América Latina, sino también de Europa y Asia. Esto podría significar una expansión acelerada de la isla caribeña, la cual requiere de ese crecimiento.
Inversión extranjera
La nueva Ley 118/2014 de Inversión extranjera cubana, es una de las respuestas al crecimiento modesto, sostenido, pero insuficiente del Producto Interno Bruto (PIB) cubano en los últimos años, con un crecimiento entre 1990 y 2010 de 1.8% promedio anual y un acumulado de 13%.
Si se considera que en ese intervalo de tiempo los países de América Latina y el Caribe presentan resultados de 3.1 y 23%, respectivamente, eso explica en parte, por qué la economía cubana está limitada para obtener altas tasas de crecimiento sostenido para alcanzar sus metas de desarrollo.
Según José Luis Rodríguez, ministro de economía cubano de 1995 a 2009, a mediados de la década del 2000, se estimó un compromiso de inversión extranjera de 4,200 millones de dólares (mdd). Ésa inversión se ha concentrado, hasta el presente, en el sector turístico, en 42%; energía y minería captaron 13%; industria manufacturera, 10%; alimentación, 7%; el ramo de la construcción, 6%; agricultura, 2%; en transporte, 4%; comunicaciones, azúcar y derivados, 2%, y 12% otros sectores.
En las proporciones logradas hasta ahora, destaca la baja participación de sectores prioritarios como la producción de alimentos, la agricultura y el gremio azucarero, los cuales acumulan 11% de las inversiones del capital extranjero.
Las asociaciones económicas con capital extranjero han ido cambiando, pues durante la primera década del 2000 su mayor parte correspondía a la minería y prospección para extracción de petróleo; pero durante los últimos años el turismo, la industria ligera, alimentaria y de construcción, fueron creciendo.
Adicionalmente, se han incorporado el sector financiero, la comercialización de tabaco y la gestión de negocios para las industrias hotelera, del cemento y la aviación civil.
El capital que ha llegado a la isla hasta el momento, provienen de cerca de 50 naciones y resaltan países como España, Canadá, Italia, Inglaterra y Francia, cerca de 50% de los proyectos corresponden a países de la Unión Europea.
Un panorama a detalle
Durante la XXXII Feria Internacional de La Habana (FIHAV) efectuada en noviembre de 2014, principal evento de negocios en Cuba desde 1983, se presentó por primera vez la Cartera de Oportunidades de Inversión Extranjera (COIE), documento que presenta 246 proyectos para invertir en la isla valorados en 8,700 mdd. “Queremos estimular al capital extranjero para que invierta en aquellos proyectos que hemos identificado como necesarios para el crecimiento de nuestra economía, mismos que se vinculan a nuestros planes perspectivos de desarrollo”, destacó en esa presentación Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba.
La COIE presenta estudios divididos en dos secciones: una para la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) con 25 proyectos en sectores como la biotecnología y medicamentos, y otra para sectores priorizados, entre los que destacan Petróleo, con 86 proyectos; Turismo, 56; Agroalimentario, 32; Energías renovables, 13; Minería, 10; industria 10; Construcción, seis; Azúcar cuatro y Transporte tres.
La aplicación del capital foráneo se encuentra en todas las provincias, incluido el municipio especial Isla de la Juventud.
“Cada proyecto posee una ficha resumen con las principales características, la descripción, la modalidad de inversión, participación cubana, el monto estimado de inversión, la localización, las potencialidades del mercado, los resultados esperados, y los datos de contacto para poder iniciar las negociaciones”, menciona Malmierca.
La opinión de Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito, de la Universidad de Pittsburg, sobre la nueva ley es que “tiene avances respecto a la de 1995, aunque resulta imposible evaluar sus resultados ya que acaba de entrar en vigor. Habrá que ver cómo se implementa en la práctica, qué flexibilidad habrá en las negociaciones, cuántas empresas extranjeras tendrán 100% del capital y si se permitirá invertir a los cubanos en el exterior”.
Cambios en la ley
La ley del 2014 en comparación a la precedente Ley 77/95 ofrece nuevos e importantes incentivos para las empresas extranjeras que inviertan en Cuba.
En el nuevo contexto de las reformas impulsadas por el gobierno de Raúl Castro, resalta el alcance, considerando viable por el inversionista extranjero, la administración de la producción y servicios, así como de la hotelera y servicios profesionales en general. Se descentralizan los niveles de aprobación y tiempo de respuesta de los negocios (60 días).
El impuesto sobre utilidades será de 0% en los primeros ocho años y excepcionalmente por un tiempo mayor. Sobre la reinversión de utilidades igualmente será de 0%.
No hay pago de impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo y el desarrollo local, este último solamente durante el periodo de recuperación de la inversión. Se mantiene en 14% la contribución de la seguridad social.
Se exonera el impuesto sobre los ingresos personales de los socios extranjeros en empresas mixtas y en contratos de asociación económica internacional.
Se exonera el impuesto sobre las ventas durante el primer año de operaciones, y se establece una bonificación de 50 % posterior para ventas mayoristas y de servicios.
Se libera el pago del impuesto aduanero en el periodo de inversiones.
Se bonifica hasta 50% del pago de impuestos por la utilización de recursos naturales y preservación del medio ambiente.
Se prevé un tratamiento particular a la inversión extranjera en el momento de la unificación monetaria.
Ante el caso extremo de expropiación, se cambió el estándar de compensación regulado de previa indemnización –de la anterior ley–, al precepto constitucional “debida indemnización”, como garantía a los inversionistas extranjeros.
De esta manera, el gobierno de la isla pretende sentar las bases de lo que será la nueva Cuba. Pero las dudas alrededor de todas estas sorpresas, flotan en el aire.
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