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Por YIZZET BERMELLO
Por YIZZET BERMELLO
Desde 1998, Bayer CropScience (BCS), la división de agroquímicos de la compañía alemana Bayer, comenzó a implementar en Cuba un programa que venía probando con éxito en otros países latinoamericanos, con el cual proporciona capacitación y asesoramiento para el manejo responsable de los productos fitosanitarios que se aplican en diferentes cultivos en la isla.
Nombrado AgroVida, el proyecto promueve las buenas prácticas agrícolas, la conservación del medio ambiente y la producción de alimentos más sanos y de alta calidad, con la implicación de las comunidades y de todos los factores con intereses similares.
En poco tiempo, el programa se ha extendido a varias localidades del país, donde llegó como oportuno respaldo al trabajo que instituciones diversas venían impulsando en función de incrementar los rendimientos agrícolas, pero bajo un concepto de sostenibilidad, precisamente el mismo principio que mueve a Bayer.
“Cuba resulta un lugar ideal para desarrollar este tipo de iniciativas participativas y de colaboración con las autoridades”, asegura Alberto Felipe Eirin, responsable de Registros y Desarrollo de Productos, Custodia y AgroVida de Bayer Crop Science, quien además de ser uno de los principales especialistas de la compañía en la isla, conoce a fondo todos los detalles del proyecto, sobre los que conversó con Cuba Contemporánea.
¿Cuáles son los principales objetivos y metas de AgroVida?
-Este programa proporciona acompañamiento al productor agrícola en las acciones y servicios que brinda Bayer CropScience en todo el país. Apoya la sostenibilidad, el manejo integrado de plagas, la conservación de los recursos naturales, la disminución de la carga tóxica que aportan los plaguicidas y herbicidas y la obtención de alimentos sanos, entre otros factores que son tema de preocupación y ocupación permanente de Bayer CropScience, y también de la compañía Bayer.
Entrega de mochilas a productores.
AgroVida tiene como logo un corazón verde de clorofila y el lema de “Protejo mi salud, protejo el medio ambiente y protejo mi cosecha”, un propósito general por el que trabajamos a partir de la capacitación a los productores sobre el uso seguro, responsable y eficaz de los productos fitosanitarios; de enseñar medidas que ayudan a cuidar la salud del aplicador y la comunidad, y de colaborar en conjunto por la preservación del medio ambiente.
¿Por qué se eligió a Cuba entre las naciones donde se implementa este programa?
-AgroVida cuenta con reconocimiento mundial y en la actualidad se lleva a cabo en varios países y regiones del mundo, dadas las experiencias y resultados que se han venido obteniendo en Latinoamérica, donde tiene desarrollos en Brasil, Colombia y Guatemala, entre otras naciones.
A diferencia de otros lugares, en los que se ha desarrollado en comunidades agrícolas pobres, con escaso nivel cultural y muchos problemas de contaminación y mal uso de los productos, en el caso cubano el programa ha encontrado un terreno ideal por razones diversas.
Al respecto, podría destacar el alto nivel de preparación de los productores, técnicos y de las personas que viven y trabajan en los campos; la existencia de instituciones y organizaciones que apoyan este tipo de iniciativas y participan activamente en su ejecución; el hecho de tener un clima ideal para producir alimentos; la cooperación y colaboración que se logra de todos los factores implicados, desde las escuelas y los médicos de la familia hasta las familias y la comunidad, y la posibilidad que tenemos de redactar el plan de acciones en acuerdo con todos esos factores y adecuado a cada lugar, aunque siempre en línea con los objetivos de las instituciones del país implicadas directa o indirectamente en el desarrollo agrícola.
¿Con cuáles entidades del país trabaja Bayer para llevar adelante este proyecto?
-Trabajamos con todas las entidades que tienen que ver y participan activamente en la producción de alimentos y el uso de productos agroquímicos en Cuba.
Desde el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI), el Centro Nacional de Sanidad Vegetal y sus direcciones provinciales y municipales, más AZCUBA, las empresas azucareras provinciales y centrales de esta industria; UBPCs, CPAs y CCSs cañeras; la ANAP Nacional y sus delegaciones provinciales, municipales y de base; el Centro Nacional de Toxicología (CENATOX) y sus dependencias provinciales, hasta los médicos y enfermeras de los consultorios de las comunidades implicadas en programas específicos y sus escuelas primarias, maestros, niños y círculos de interés, sin olvidar las dependencias culturales y de deportes, autoridades locales y gobiernos.
¿Cuántos programas específicos se desarrollan hasta la fecha? ¿Tienen previsto iniciar otros?
-AgroVida comenzó como programa en el país en 1998, en la comunidad de Mamonal, de Ciego de Ávila, y en específico con productores de tomate. Un año después lo llevamos a la comunidad de Banao, en Sancti Spiritus, aplicado a la producción de cebolla en una CCS, y desde hace menos de un año estamos trabajando en Velasco, Holguín, con productores de frijol, justo en una localidad que es conocida como el Granero de Cuba.
También iniciamos hace un año otro proyecto en el cultivo de la caña, como parte del programa, en la UBPC El Majá, en Jatibonico, y en la CPA 28 de enero, en el
Central Jesús Rabí, de Matanzas.
En todos los casos, aun los más recientes, se aprecian resultados positivos, con mejoras considerables en los rendimientos y la calidad de los cultivos y las cosechas, pero además con una transformación en cuanto a calidad de vida y en la mentalidad de los productores y las personas que les acompañan y rodean, con mayor cooperación para mantener en el futuro producciones de alimentos más sanos.
Este mes de octubre vamos a inaugurar dos nuevos programas AgroVida: uno
de ellos vinculado con la caña en el central 5 de Septiembre, de Cienfuegos, que empieza el día 29, y otro relacionado con el cultivo de arroz en la zona de El Purio, en Encrucijada, Villa Clara, a inaugurarse el primero de noviembre.
Para 2014 se prevé seguir con otras dos iniciativas, asociadas en este caso a cultivos de caña y tabaco.
¿Se emplean en estos programas sólo los productos agroquímicos de Bayer?
-No, en los lugares donde se desarrollan los programas AgroVida se usan productos de todas las firmas comerciales que suministran en estos momentos al país, porque las autoridades planifican una estrategia de defensa para el cultivo en la que se incluyen varios productos de diferentes suministradores.
Son productos químicos para la protección de las plantaciones contra plagas, enfermedades y malas hierbas, denominados plaguicidas, que incluyen insecticidas, acaricidas, fungicidas, y herbicidas, entre otros.
¿Por qué promueve Bayer este tipo de proyectos que se relacionan con temas como brindar apoyo a comunidades y proteger el medio ambiente?
-Bayer tiene entre sus objetivos y prioridades el acompañamiento a todas las líneas que produce, desde la investigación, fabricación, transportación y almacenamiento hasta su uso y la destrucción de envases vacios, lo cual está vigente en sus principios y política de custodia.
Para la compañía, proteger el medio ambiente es fundamental y está incluido en su política empresarial, generando esfuerzos y recursos importantes en función de ese propósito.
Programas como AgroVida resultan en la práctica los que llevan esa política a las comunidades y la vinculan con el hombre y la ejecución concreta, pudiendo evaluarse y medirse los resultados de su implementación.
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