Autores y editoriales locales buscan cómo ponerse al día con las dinámicas de promoción y comercialización de literatura electrónica.
La Habana, IPS 2 ene.- El salto a Internet y el mundo digital es una preocupación cada día más recurrente entre los escritores y editores de Cuba, que se las ingenian para comprender los intríngulis del comercio electrónico en un contexto de bajos niveles de conectividad y acceso tecnológico.
Los creadores y directivos de editoriales de esta isla caribeña están ávidos de insertar los productos cubanos en los circuitos internacionales, pero, según aprecia la periodista y publicista norteamericana Aisha Griffin, tienen que saldar además un gran vacío en materia de gestión y psicología de ventas.
Ella ha tenido la oportunidad de intercambiar con gestores culturales y escritores en disímiles ocasiones y ha ofrecido cursos sobre publicación electrónica y marketing en el país. Basada en esas experiencias, afirma que en Cuba la actividad literaria se desarrolla al margen de las instancias de consumo.
A la producción mundial de dos millones de títulos en formato electrónico, las casas editoras cubanas solo aportaron 41 volúmenes el año pasado.
Sin embargo, esta cifra representó un gran paso de avance para la industria local, teniendo en cuenta que en la Feria Internacional del Libro de 2012 solo se lanzaron 16.
Las instituciones cubanas vinculadas al mundo del libro han dedicado más tiempo a resolver cuestiones legales relacionadas con las nuevas formas de presentar la literatura, que a explotar su potencial creativo.
Enrique Pérez, escritor y director del sello Gente Nueva, reconoció que no ha resultado fácil para su equipo incorporar a la preparación de un centenar de títulos cada año, la concepción y diseño de e-books.
No obstante, esta casa editorial, consagrada a la publicación de textos para niños y adolescentes, considera una “misión cultural” la divulgación de autores contemporáneos a través de los soportes digitales, que contribuyen a lograr una mayor visibilidad a nivel internacional.
Gente Nueva es actualmente la casa editora cubana que más cantidad de títulos distribuye vía on-line, fundamentalmente a través de Ruth Tienda, una plataforma estatal con la que se relacionan también sellos como Cubaliteraria y Capitán San Luis.
El coordinador de este proyecto de promoción y comercio electrónico, Enrique García, identificó entre los mayores retos para la inserción del país en este entorno, la poca disponibilidad de e-books, altos costos de la producción editorial, escasa adaptabilidad de los autores a las nuevas formas contractuales y de distribución, así como el insuficiente acceso de los creadores a Internet y las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Para la distribución de libros electrónicos en Cuba, aparece también como dificultad la inexistencia de una pasarela de pago y de mecanismos para estimular el mercado interno, señaló Pérez.
Otros obstáculos son la marcada concentración de la industria editorial a nivel global y las restricciones de uso de facilidades y plataformas manejadas por grandes trasnacionales como Amazon y Apple a causa del bloqueo económico y financiero, impuesto a la nación caribeña por los Estados Unidos desde hace más de medio siglo.
“Pero sin un mercado doméstico dinámico, que no contenga medios de distribución a nivel local y regional y que presente una oferta restringida de contenidos, será muy difícil presentar el mercado foráneo”, apuntó la especialista de la Cámara del Libro y profesora universitaria Jacqueline Laguardia.
Según Laguardia, este fenómeno se observa por igual en casi todas las naciones de Latinoamérica.
A pesar de las dificultades, autores como Raúl Aguiar y Víctor Fowler, parecen estar algunos pasos por delante de la gestión editorial en Cuba. Para ellos, los videopoemas, escritura colaborativa o humanidades digitales, abren posibilidades que enriquecen el universo de literatura en lugar de ponerlo en peligro.
Tanto es así que la Jornada de Cultura Cubana en Medios Digitales, celebrada en noviembre pasado para intercambiar experiencias y exponer avances sobre la presencia del arte y la creación nacional en la web, dedicó una de sus sesiones casi por entero al tema de la producción y gestión literaria.
El encuentro convocado por Cubarte, institución que ha emprendido la informatización del sector de la cultura en el país, volvió a poner sobre el tapete el análisis del tema, que había estado en la agenda del Congreso Internacional de Lectura Para Leer en el siglo XXI.
La Habana, IPS 2 ene.- El salto a Internet y el mundo digital es una preocupación cada día más recurrente entre los escritores y editores de Cuba, que se las ingenian para comprender los intríngulis del comercio electrónico en un contexto de bajos niveles de conectividad y acceso tecnológico.
Los creadores y directivos de editoriales de esta isla caribeña están ávidos de insertar los productos cubanos en los circuitos internacionales, pero, según aprecia la periodista y publicista norteamericana Aisha Griffin, tienen que saldar además un gran vacío en materia de gestión y psicología de ventas.
Ella ha tenido la oportunidad de intercambiar con gestores culturales y escritores en disímiles ocasiones y ha ofrecido cursos sobre publicación electrónica y marketing en el país. Basada en esas experiencias, afirma que en Cuba la actividad literaria se desarrolla al margen de las instancias de consumo.
A la producción mundial de dos millones de títulos en formato electrónico, las casas editoras cubanas solo aportaron 41 volúmenes el año pasado.
Sin embargo, esta cifra representó un gran paso de avance para la industria local, teniendo en cuenta que en la Feria Internacional del Libro de 2012 solo se lanzaron 16.
Las instituciones cubanas vinculadas al mundo del libro han dedicado más tiempo a resolver cuestiones legales relacionadas con las nuevas formas de presentar la literatura, que a explotar su potencial creativo.
Enrique Pérez, escritor y director del sello Gente Nueva, reconoció que no ha resultado fácil para su equipo incorporar a la preparación de un centenar de títulos cada año, la concepción y diseño de e-books.
No obstante, esta casa editorial, consagrada a la publicación de textos para niños y adolescentes, considera una “misión cultural” la divulgación de autores contemporáneos a través de los soportes digitales, que contribuyen a lograr una mayor visibilidad a nivel internacional.
Gente Nueva es actualmente la casa editora cubana que más cantidad de títulos distribuye vía on-line, fundamentalmente a través de Ruth Tienda, una plataforma estatal con la que se relacionan también sellos como Cubaliteraria y Capitán San Luis.
El coordinador de este proyecto de promoción y comercio electrónico, Enrique García, identificó entre los mayores retos para la inserción del país en este entorno, la poca disponibilidad de e-books, altos costos de la producción editorial, escasa adaptabilidad de los autores a las nuevas formas contractuales y de distribución, así como el insuficiente acceso de los creadores a Internet y las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Para la distribución de libros electrónicos en Cuba, aparece también como dificultad la inexistencia de una pasarela de pago y de mecanismos para estimular el mercado interno, señaló Pérez.
Otros obstáculos son la marcada concentración de la industria editorial a nivel global y las restricciones de uso de facilidades y plataformas manejadas por grandes trasnacionales como Amazon y Apple a causa del bloqueo económico y financiero, impuesto a la nación caribeña por los Estados Unidos desde hace más de medio siglo.
“Pero sin un mercado doméstico dinámico, que no contenga medios de distribución a nivel local y regional y que presente una oferta restringida de contenidos, será muy difícil presentar el mercado foráneo”, apuntó la especialista de la Cámara del Libro y profesora universitaria Jacqueline Laguardia.
Según Laguardia, este fenómeno se observa por igual en casi todas las naciones de Latinoamérica.
A pesar de las dificultades, autores como Raúl Aguiar y Víctor Fowler, parecen estar algunos pasos por delante de la gestión editorial en Cuba. Para ellos, los videopoemas, escritura colaborativa o humanidades digitales, abren posibilidades que enriquecen el universo de literatura en lugar de ponerlo en peligro.
Tanto es así que la Jornada de Cultura Cubana en Medios Digitales, celebrada en noviembre pasado para intercambiar experiencias y exponer avances sobre la presencia del arte y la creación nacional en la web, dedicó una de sus sesiones casi por entero al tema de la producción y gestión literaria.
El encuentro convocado por Cubarte, institución que ha emprendido la informatización del sector de la cultura en el país, volvió a poner sobre el tapete el análisis del tema, que había estado en la agenda del Congreso Internacional de Lectura Para Leer en el siglo XXI.
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