Informaciones recientes ponen sobre el tapete una vez más un tema de prioridad geoestratégica para Cuba, la energía y las perspectivas de incrementar su producción petrolera.
El petróleo ha asomado con insistencia singular en noticias y declaraciones recientes relacionadas con Cuba. Cocinadas unas desde la industria nacional; otras, por nexos con el exterior, y las terceras, a partir de observaciones de expertos extranjeros, confirman de una u otra manera la relevancia geoestratégica de los hidrocarburos para la economía cubana.
El año arrancó con el anuncio de que la principal empresa petrolera del país se disponía a perforar el pozo más largo de la historia de esta nación.
Cubapetróleo (CUPET) informó que en 2014 perforará 10 pozos en zonas costeras del occidente cubano, donde se encuentran los yacimientos más productivos del país. Entre los proyectos sobresale la excavación de un pozo de 8.200 metros de longitud en dirección al mar. Abierto de manera horizontal, en la modalidad de alcance extendido, se convertirá en el más largo realizado en el archipiélago cubano.
Las nuevas perforaciones se sumarán a unos 170 pozos en explotación al oeste de la ciudad de Matanzas, unos cien kilómetros al oriente de La Habana, zona que aporta desde hace años la mayor parte del crudo que se extrae en Cuba, de acuerdo con informes de CUPET.
Funcionarios de esa entidad confirmaron recientemente que todos los yacimientos cubanos en explotación se encuentran bajo el fondo marino, lo que exige de perforaciones horizontales desde la costa, uno de los rasgos que distingue en el mundo a la producción petrolera cubana.
“A ello se suman los efectos de la implacable guerra económica de Estados Unidos”, agregó en referencia a leyes del bloqueo que obstaculizan la contratación de plataformas de exploración marinas si cuentan con más de un 10 por ciento de componentes de origen estadounidense.
La plataforma semisumergible Scarabeo 9, fabricada entre China y Singapur, fue la última que trabajó en áreas contratadas a riesgo por empresas extranjeras en la Zona Exclusiva de Exploración de Cuba en el Golfo de México. En noviembre del 2012, la Scarabeo se retiró luego de buscar sin éxitos en tres bloques, alquilada sucesivamente por un grupo de compañías de España, Noruega, India, Rusia y Venezuela.
A pesar de ese fracaso, Tenreyro, doctor en ciencias, manifestó confianza en alcanzar la autosuficiencia energética en el país. “Con el conocimiento actual nosotros pudiéramos aspirar a llegar a la autosuficiencia petrolera a largo plazo, siempre que el consumo no se dispare mucho”, dijo. "Si tomamos en cuenta los grandes elementos de evaluación del potencial de petróleo, podríamos afirmar que Cuba tiene todo lo necesario para el desarrollo de esa industria”.
Estudios de la franja geológica extendida desde el extremo occidental de la Isla hasta Matanzas, estiman en unos 20.000 millones de barriles las reservas probables de petróleo, según los estudios cubanos, y entre 5.000 y 9.000 millones, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos.
"Tenemos grandes esperanzas de encontrar nuevos yacimientos incluso de petróleo ligero y a mayor profundidad", informó Tenreyro. La tecnología disponible hoy en Cuba solo permite extraer el 10 por ciento del hidrocarburo descubierto. “El 90 por ciento se queda, lo cual es una mala noticia para nosotros, pero buena para nuestros nietos, que tendrán el reto de extraer esas reservas”, acotó.
Y no parece un desafío insalvable. Declaraciones más recientes de otro experto, el estadounidense de origen cubano Jorge Piñón, profesor de la Universidad de Texas en Austin y alto ejecutivo en el pasado de la compañía Amoco Oil, confirman la apreciación de Tenreyro. En su opinión, con el uso de tecnologías modernas de “recuperación mejorada”, Cuba “aumentaría entre 20.000 y 25.000 barriles diarios, hasta un 50 por ciento más de los 50.000 barriles diarios que se producen hoy”.
La “recuperación mejorada” reduce la viscosidad del crudo y la porosidad de las estructuras geológicas que lo contienen, lo que haría mucho más productivos los pozos existentes, explicó Piñón.
El Anuario Estadístico de Cuba registró en 2011 una producción de hidrocarburos superior a cuatro millones de toneladas (más de tres millones de petróleo y otro millón más de gas natural). Informes parciales de empresas petroleras al cierre del 2013 indican que esos niveles se mantienen.
Varias señales reiteran expectativas internas y externas en torno al potencial cubano, a pesar del fracaso de las últimas exploraciones aguas afuera.
Mediante la reparación y recuperación de tanques de gran volumen a lo largo de los tres pasados años, la Empresa de Mantenimiento del Petróleo (EMPET) amplió en 600.000 metros cúbicos anuales la capacidad cubana para almacenar crudo, sobre todo en áreas de la refinería Ñico López, de la capital.
A estas labores se sumará una base de petróleo prevista en la inversión multimillonaria de la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel, financiada con capital mayoritario de Brasil.
Las relaciones con ese país han avanzado aceleradamente en los últimos años hasta alcanzar un intercambio comercial de 674,79 millones de dólares en 2013. Durante la inauguración con el mandatario cubano Raúl Castro de la Terminal de Contenedores de la ZED, la presidenta brasileña Dilma Rousseff manifestó la voluntad de hacer de su país “un socio de primer orden en Cuba”, con interés acentuado por “el capital humano” del país caribeño.
Brasil ha escalado ya al segundo lugar, después de Venezuela, entre los socios latinoamericanos de Cuba.
Con hallazgos que elevan notoriamente las reservas de petróleo del gigante suramericano, dicha relación puede adquirir un valor aún más estratégico para Cuba, que importa casi la totalidad de los hidrocarburos de Venezuela, con las consiguientes tensiones que provoca la dependencia de un suministrador único.
El interés que despierta Cuba y las maniobras geopolíticas de su actual gobierno se evidenciaron también en la visita realizada a La Habana en noviembre del año pasado por el presidente de la petrolera rusa Rosfnet, Igor Ivanovich Sechin. Mediante una intensa actividad de inversiones y adquisición de compañías extranjeras, esa empresa se convirtió en 2013 en la mayor productora mundial de petróleo con participación en bolsa, según medios internacionales de prensa.
El Presidente cubano se reunió personalmente con el visitante y la delegación rusa que le acompañaba, para analizar la posibilidad de profundizar relaciones en materia petrolera y de energía, incluida la formación de técnicos y especialistas en esas ramas, así como la cooperación en otros sectores.
Las exploraciones y perforaciones más recientes han servido solo para renovar y sostener los niveles actuales de producción de crudo y gas en Cuba, pero a juzgar por el movimiento de fichas en torno al tema, el desarrollo del juego parece lejos de la conclusión.
El petróleo ha asomado con insistencia singular en noticias y declaraciones recientes relacionadas con Cuba. Cocinadas unas desde la industria nacional; otras, por nexos con el exterior, y las terceras, a partir de observaciones de expertos extranjeros, confirman de una u otra manera la relevancia geoestratégica de los hidrocarburos para la economía cubana.
El año arrancó con el anuncio de que la principal empresa petrolera del país se disponía a perforar el pozo más largo de la historia de esta nación.
Cubapetróleo (CUPET) informó que en 2014 perforará 10 pozos en zonas costeras del occidente cubano, donde se encuentran los yacimientos más productivos del país. Entre los proyectos sobresale la excavación de un pozo de 8.200 metros de longitud en dirección al mar. Abierto de manera horizontal, en la modalidad de alcance extendido, se convertirá en el más largo realizado en el archipiélago cubano.
Las nuevas perforaciones se sumarán a unos 170 pozos en explotación al oeste de la ciudad de Matanzas, unos cien kilómetros al oriente de La Habana, zona que aporta desde hace años la mayor parte del crudo que se extrae en Cuba, de acuerdo con informes de CUPET.
Funcionarios de esa entidad confirmaron recientemente que todos los yacimientos cubanos en explotación se encuentran bajo el fondo marino, lo que exige de perforaciones horizontales desde la costa, uno de los rasgos que distingue en el mundo a la producción petrolera cubana.
Al analizar las complejidades derivadas del carácter insular de Cuba, el director de exploración de CUPET, Rafael Tenreyro, se refirió a dificultades geológicas que tornan “muy complicado y lento” el desarrollo del sector. “Todos los días se presentan sorpresas”, dijo en octubre del año pasado, durante la Primera Conferencia de Estudios Estratégicos, celebrada en La Habana.
Inversiones para recuperar grandes tanques de crudo ampliaron oportunamente la capacidad para almacenar combustible en Cuba.
“A ello se suman los efectos de la implacable guerra económica de Estados Unidos”, agregó en referencia a leyes del bloqueo que obstaculizan la contratación de plataformas de exploración marinas si cuentan con más de un 10 por ciento de componentes de origen estadounidense.
La plataforma semisumergible Scarabeo 9, fabricada entre China y Singapur, fue la última que trabajó en áreas contratadas a riesgo por empresas extranjeras en la Zona Exclusiva de Exploración de Cuba en el Golfo de México. En noviembre del 2012, la Scarabeo se retiró luego de buscar sin éxitos en tres bloques, alquilada sucesivamente por un grupo de compañías de España, Noruega, India, Rusia y Venezuela.
A pesar de ese fracaso, Tenreyro, doctor en ciencias, manifestó confianza en alcanzar la autosuficiencia energética en el país. “Con el conocimiento actual nosotros pudiéramos aspirar a llegar a la autosuficiencia petrolera a largo plazo, siempre que el consumo no se dispare mucho”, dijo. "Si tomamos en cuenta los grandes elementos de evaluación del potencial de petróleo, podríamos afirmar que Cuba tiene todo lo necesario para el desarrollo de esa industria”.
Estudios de la franja geológica extendida desde el extremo occidental de la Isla hasta Matanzas, estiman en unos 20.000 millones de barriles las reservas probables de petróleo, según los estudios cubanos, y entre 5.000 y 9.000 millones, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos.
"Tenemos grandes esperanzas de encontrar nuevos yacimientos incluso de petróleo ligero y a mayor profundidad", informó Tenreyro. La tecnología disponible hoy en Cuba solo permite extraer el 10 por ciento del hidrocarburo descubierto. “El 90 por ciento se queda, lo cual es una mala noticia para nosotros, pero buena para nuestros nietos, que tendrán el reto de extraer esas reservas”, acotó.
Y no parece un desafío insalvable. Declaraciones más recientes de otro experto, el estadounidense de origen cubano Jorge Piñón, profesor de la Universidad de Texas en Austin y alto ejecutivo en el pasado de la compañía Amoco Oil, confirman la apreciación de Tenreyro. En su opinión, con el uso de tecnologías modernas de “recuperación mejorada”, Cuba “aumentaría entre 20.000 y 25.000 barriles diarios, hasta un 50 por ciento más de los 50.000 barriles diarios que se producen hoy”.
La “recuperación mejorada” reduce la viscosidad del crudo y la porosidad de las estructuras geológicas que lo contienen, lo que haría mucho más productivos los pozos existentes, explicó Piñón.
El Anuario Estadístico de Cuba registró en 2011 una producción de hidrocarburos superior a cuatro millones de toneladas (más de tres millones de petróleo y otro millón más de gas natural). Informes parciales de empresas petroleras al cierre del 2013 indican que esos niveles se mantienen.
Los hidrocarburos extraídos del subsuelo cubano, que cubren cerca de la mitad de la demanda petrolera nacional, se destinan a la generación de electricidad. Innovaciones y ajustes han permitido a las termoeléctricas consumir el crudo pesado con alto contenido de azufre predominante en los yacimientos del país.
Un significativo encuentro sostuvo en noviembre del año pasado el Presidente cubano Raúl Castro con Igor Sechin, máximo ejecutivo de la compañía rusa Rosfnet, la mayor productora global de crudo y con una intensa actividad de inversión en países petroleros de Latinoamérica.
Varias señales reiteran expectativas internas y externas en torno al potencial cubano, a pesar del fracaso de las últimas exploraciones aguas afuera.
Mediante la reparación y recuperación de tanques de gran volumen a lo largo de los tres pasados años, la Empresa de Mantenimiento del Petróleo (EMPET) amplió en 600.000 metros cúbicos anuales la capacidad cubana para almacenar crudo, sobre todo en áreas de la refinería Ñico López, de la capital.
A estas labores se sumará una base de petróleo prevista en la inversión multimillonaria de la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel, financiada con capital mayoritario de Brasil.
Las relaciones con ese país han avanzado aceleradamente en los últimos años hasta alcanzar un intercambio comercial de 674,79 millones de dólares en 2013. Durante la inauguración con el mandatario cubano Raúl Castro de la Terminal de Contenedores de la ZED, la presidenta brasileña Dilma Rousseff manifestó la voluntad de hacer de su país “un socio de primer orden en Cuba”, con interés acentuado por “el capital humano” del país caribeño.
Brasil ha escalado ya al segundo lugar, después de Venezuela, entre los socios latinoamericanos de Cuba.
Con hallazgos que elevan notoriamente las reservas de petróleo del gigante suramericano, dicha relación puede adquirir un valor aún más estratégico para Cuba, que importa casi la totalidad de los hidrocarburos de Venezuela, con las consiguientes tensiones que provoca la dependencia de un suministrador único.
El interés que despierta Cuba y las maniobras geopolíticas de su actual gobierno se evidenciaron también en la visita realizada a La Habana en noviembre del año pasado por el presidente de la petrolera rusa Rosfnet, Igor Ivanovich Sechin. Mediante una intensa actividad de inversiones y adquisición de compañías extranjeras, esa empresa se convirtió en 2013 en la mayor productora mundial de petróleo con participación en bolsa, según medios internacionales de prensa.
El Presidente cubano se reunió personalmente con el visitante y la delegación rusa que le acompañaba, para analizar la posibilidad de profundizar relaciones en materia petrolera y de energía, incluida la formación de técnicos y especialistas en esas ramas, así como la cooperación en otros sectores.
Las exploraciones y perforaciones más recientes han servido solo para renovar y sostener los niveles actuales de producción de crudo y gas en Cuba, pero a juzgar por el movimiento de fichas en torno al tema, el desarrollo del juego parece lejos de la conclusión.
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