Pinar del Río, Cuba, 17 mar (PL) Atraídos por la fama del valle de Viñales, patrimonio mundial, centenares de turistas foráneos admiran cada día las vistas de sus mogotes y casas de tabaco desde un gran mirador, anticipo del seductor itinerario por el occidente cubano. Acompañados de cámaras dejan constancia gráfica de la visita al balcón que permite captar las mejores imágenes del paraje, perteneciente a la provincia de Pinar del Río, en el cual perduran rocas del período jurásico y fósiles de ammonites, moluscos extintos hace unos 65 millones de años.
En grupos o de forma individual, los viajeros llegan hasta el monumento erigido en honor al artista Domingo Ramos, conocido como el pintor del valle de Viñales.
Sus lienzos dieron a conocer al mundo la belleza de ese escenario montañoso, declarado Paisaje Cultural de la Humanidad, por el concierto hombre-entorno y la conservación de tradiciones agrarias y artísticas.
Próxima al hotel Los Jazmines, una feria de libros, y artesanías confeccionadas por artífices locales, recibe también a los visitantes, muchos de los cuales prefieren comprar regalos para amigos o familiares como recuerdo del viaje.
La ruta por la localidad -160 kilómetros de La Habana- incluye también a la Casa del Veguero, que muestra todas las fases del cultivo tabacalero, el proceso para curar las hojas de forma natural y el arte del torcido, hasta obtener los apetecidos puros.
Igualmente preferidos resultan el Palenque de los cimarrones, réplica de un campamento de esclavos huidos (siglo XIX), y el Mural de la Prehistoria, fresco a cielo abierto.
Junto a esas opciones contemplativas, el turismo agroecológico resulta muy demandado, aseguró a Prensa Latina Yudalsi Córdoba, especialista ambiental del Parque Nacional Viñales.
Entre esos sitios -dijo- sobresale la finca de Wilfredo en la barriada de El Capón, antiguo vertedero convertido en próspero espacio de plantación.
El uso de variantes ecológicas como abonos orgánicos en las labores de siembra, confieren a las cosechas un alto valor, por lo que son destinadas a la alimentación de productores y su familia, a niños de una guardería infantil cercano y a vecinos de los alrededores.
Se trata de un área serrana, que posee actualmente modernos sistemas de riego y otras tecnologías armónicas con el medio ambiente, pues están totalmente libres de agentes contaminantes, precisó Córdoba.
La vega acoge a viajeros interesados en los avances de la experiencia y en la conservación de añejas formas de labrar el suelo, entre otras costumbres.
Allí los campesinos surcan el veguerío a la usanza de sus antepasados, muchos con la yunta de bueyes, mientras los granos de café son triturados con el pilón de madera y viejos molinos, estos últimos elaborados con rocas volcánicas de Islas Canarias, traídas a Cuba por inmigrantes durante anteriores siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar