La búsqueda del fundador de bitcoin se ha convertido en un juego del gato y el ratón en el ciberespacio, en el que aspirantes a detectives compiten con bromistas en un intento por identificar al misterioso inventor.
Los que participan en la búsqueda han encontrado lo que parecían ser señuelos aparentemente diseñados para despistarlos, lo que los ha llevado a caminos erróneos y callejones sin salida.
Especialistas en tecnología y escépticos de las monedas respaldadas por gobiernos han adoptado bitcoin como una forma de comprar y vender bienes y servicios de forma anónima. La divisa virtual fue un pasatiempo de nicho hasta 2013, cuando su precio se disparó y empresas destacadas comenzaron a aceptarla como pago.
Todo comenzó a fines de 2008 con un ensayo académico escrito por una persona o grupo conocido como Satoshi Nakamoto que creó el código de software subyacente con el que opera bitcoin. El fundador se ha mantenido celosamente en el anonimato, alejándose de la comunidad de desarrolladores en 2011 y entregándoles el control de la divisa a otros, una decisión que aumentó el misterio.
El intento por encontrar al fundador se intensificó hace poco cuando la revista estadounidense Newsweek dijo haber identificado al inventor: Dorian Prentice Satoshi Nakamoto, un ex empleado del sector tecnológico de 64 años. El artículo desató un frenesí mediático fuera de la casa de Nakamoto en Temple City, California, quien luego negó haber sido el fundador de la moneda. The Wall Street Journal no ha confirmado de forma independiente las afirmaciones de Newsweek. La revista dijo que seguía apoyando lo publicado.
En los últimos días, el tumulto se trasladó al mundo digital.
Un mensaje en un foro relacionado con la Fundación P2P, un lugar de encuentro para entusiastas de la tecnología de red de pares, afirmó el jueves pasado: "No soy Dorian Nakamoto". Estaba firmado por "Satoshi Nakamoto", quien había usado lo que parecían ser las mismas credenciales de acceso que utilizó el creador para presentar las primeras versiones de su software en febrero de 2009.
Según el creador de la Fundación P2P, Josef Davies-Coates, el mensaje estaba firmado con la misma dirección de correo electrónico que apareció en el ensayo de octubre de 2008 que propuso crear un sistema que se convirtió en bitcoin. Twitter TWTR -0.17% y Reddit se llenaron de comentarios de personas que aseguraban que el Satoshi verdadero había reaparecido para aclarar las cosas.
Davies-Coates respondió a la cadena y sugirió que el supuesto creador realizara un procedimiento criptográfico especial en el cual usara una clave digital única asociada con las tenencias originales de bitcoin del fundador para firmar el mensaje y demostrar el vínculo. Hasta el viernes por la noche, no se había registrado tal acción.
Un segundo suceso dejó perplejos a los detectives de bitcoin. Algunos examinaron archivos en línea que supuestamente comprueban la autenticidad de la "clave pública" del fundador, un código digital que cuando se combina con la clave privada de una persona confirma la legitimidad de su actividad en línea.
En una página web descubrieron que una lista de personas que habían respaldado la autenticidad de los primeros mensajes del Satoshi Nakamoto original incluía a un "Dorian S. Nakamoto", junto con una dirección de e-mail vinculada con el residente de California, con la fecha de primero de abril de 2013.
A medida que creció el alboroto en bitcointalk.org, un foro para devotos de la moneda virtual, desarrolladores demostraron que se trataba de un engaño. Mostraron capturas de pantalla archivadas de tres meses atrás que no incluían la referencia a "Dorian Nakamoto".
Algunos entusiastas de bitcoin, molestos por el supuesto desenmascaramiento de Dorian Nakamoto por parte de Newsweek, salieron en su ayuda. En el sitio de la Fundación P2P, una persona lanzó un fondo para que seguidores de la moneda virtual contribuyeran con dinero para Dorian Nakamoto. Ya que "parecía cada vez menos probable" que se tratara del fundador, escribió, el dinero es para decir "perdón por lo que le sucedió" y ayudarlo con cuentas médicas o legales.
—Ianthe Jeanne Dugan y Paul Vigna contribuyeron a este artículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar