Uno de los rubros alimenticios que más puede aportar a la economía de Cuba es la leche, porque producirla en el país evita costosas importaciones con un dinero que puede destinarse a otras necesidades, como recursos para la atención de salud, gratuita para cada cubano, y que garantiza el Estado.
Con una tonelada de leche en polvo se preparan 10 000 litros de este nutriente, que se subsidia en su venta para los niños hasta los siete años de edad y para las personas que, por prescripción facultativa, tienen que consumirla. También se incluye el suministro a instituciones hospitalarias.
Significa esto que cada vez que en la Isla se dejan de producir 10 000 litros, teniendo posibilidades para ello, hay que comprar en el mercado internacional una tonelada de leche en polvo para cubrir la distribución de ese segmento que la necesita. En la actualidad, tal inversión requiere de 5 569 dólares.
Con el modelo económico actual, en el que se enfatiza en el incremento de las producciones nacionales con el propósito de, cada vez más, sustituir importaciones, los pecuarios han de tener esto muy presente, pues su labor repercute con fuerza en la economía nacional y también en el cumplimiento de las entregas requeridas.
Ganadera por excelencia
Desde su origen, Camagüey ha sido la principal plaza ganadera en la Isla por constituir una extensa llanura muy adecuada para tales fines. En ese territorio se obtiene más de la cuarta parte de la leche que produce el país, pero hay una realidad: en los últimos años la venta a la industria, donde se beneficia la leche y se distribuye a la población, no se corresponde con el potencial.
El año 2014 constituye el ejemplo más reciente: de 78 142 000 litros contratados con las bases productivas, el registro llegó solo a 93 %.
O sea, se dejaron de acopiar por la empresa estatal 5 456 000 litros, con los cuales se contaba en el balance anual de la actividad. Al no tenerlos, se precisó buscar en el mercado extranjero, con el propósito de adquirir la leche en polvo suficiente para cubrir el déficit y mantener el suministro a las personas que la reciben.
Aunque en algunos momentos con exceso de humedad en los potreros por lluvias, 2014 fue bueno para la ganadería porque el pasto fue abundante durante la mayor parte del año, situación que pudo propiciar sobrecumplimientos en la venta a la industria láctea.
De acuerdo con conocedores de la rama pecuaria, quienes toman en cuenta la superficie real con pasto y forraje (no incluye el área ganadera infestada de marabú) y el rebaño de vacas y novillas, Camagüey anualmente puede alcanzar de 90 000 000 a 100 000 000 de litros de leche para la comercialización con las pasteurizadoras y queseras.
Pero contratos deficientes, desvío creciente de la leche a otros propósitos y destinos sin atenerse al compromiso con la empresa del Estado, y problemas en el manejo de los rebaños, entre otras dificultades, llevan a que el territorio agramontino esté por debajo de todo su potencial lechero.
Es hora de corregir estas malas acciones, que cada quien asuma la parte que le corresponde en su solución, cuestión que agradecerán la economía nacional y la población. (Especial de la AIN)
Con una tonelada de leche en polvo se preparan 10 000 litros de este nutriente, que se subsidia en su venta para los niños hasta los siete años de edad y para las personas que, por prescripción facultativa, tienen que consumirla. También se incluye el suministro a instituciones hospitalarias.
Significa esto que cada vez que en la Isla se dejan de producir 10 000 litros, teniendo posibilidades para ello, hay que comprar en el mercado internacional una tonelada de leche en polvo para cubrir la distribución de ese segmento que la necesita. En la actualidad, tal inversión requiere de 5 569 dólares.
Con el modelo económico actual, en el que se enfatiza en el incremento de las producciones nacionales con el propósito de, cada vez más, sustituir importaciones, los pecuarios han de tener esto muy presente, pues su labor repercute con fuerza en la economía nacional y también en el cumplimiento de las entregas requeridas.
Ganadera por excelencia
Desde su origen, Camagüey ha sido la principal plaza ganadera en la Isla por constituir una extensa llanura muy adecuada para tales fines. En ese territorio se obtiene más de la cuarta parte de la leche que produce el país, pero hay una realidad: en los últimos años la venta a la industria, donde se beneficia la leche y se distribuye a la población, no se corresponde con el potencial.
El año 2014 constituye el ejemplo más reciente: de 78 142 000 litros contratados con las bases productivas, el registro llegó solo a 93 %.
O sea, se dejaron de acopiar por la empresa estatal 5 456 000 litros, con los cuales se contaba en el balance anual de la actividad. Al no tenerlos, se precisó buscar en el mercado extranjero, con el propósito de adquirir la leche en polvo suficiente para cubrir el déficit y mantener el suministro a las personas que la reciben.
Aunque en algunos momentos con exceso de humedad en los potreros por lluvias, 2014 fue bueno para la ganadería porque el pasto fue abundante durante la mayor parte del año, situación que pudo propiciar sobrecumplimientos en la venta a la industria láctea.
De acuerdo con conocedores de la rama pecuaria, quienes toman en cuenta la superficie real con pasto y forraje (no incluye el área ganadera infestada de marabú) y el rebaño de vacas y novillas, Camagüey anualmente puede alcanzar de 90 000 000 a 100 000 000 de litros de leche para la comercialización con las pasteurizadoras y queseras.
Pero contratos deficientes, desvío creciente de la leche a otros propósitos y destinos sin atenerse al compromiso con la empresa del Estado, y problemas en el manejo de los rebaños, entre otras dificultades, llevan a que el territorio agramontino esté por debajo de todo su potencial lechero.
Es hora de corregir estas malas acciones, que cada quien asuma la parte que le corresponde en su solución, cuestión que agradecerán la economía nacional y la población. (Especial de la AIN)
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