Por Lorenzo Gonzalo
Han pasado seis días de la presentación del documental Un Viaje con Fidel, estrenado por la cadena noticiosa CNN en español. Curiosamente no ha habido grandes comentarios al respecto. Ni siquiera en Miami, donde el contenido del documental, seguramente no gustó a personas que ven la historia y los acontecimientos presentes, bajo un prisma salpicado de rabia.
El documental para variar, muestra a un Fidel íntimo, más que al Jefe Estado que durante más de cinco décadas ha sufrido el acoso del país más poderoso del planeta. El sentido común permite entender que pueden existir grandes diferencias entre un gobernante y un ciudadano, entre un estadista al frente de un Estado y el ser humano que hay detrás de esa figura. Quizás no resulte igual con todos los dictadores, hombres fuertes de gobierno y gobernantes en general. Algunos o muchos, han sido patológicamente sádicos y esencialmente vengativos en respuesta de vivencias pasadas. Otros, en lo personal han continuado siendo humanos, no han dejado de ser ellos mismos en sus vidas privadas y si alguna contradicción resulta de su estilo de gobierno, es siempre resultado de las circunstancias en que han gobernado o gobiernan.
Esto último es el caso de Fidel Castro. Pero esa realidad molesta a algunos y aún permea la prensa. Su gobierno ha sido ejercido en medio de un zafarrancho de combate permanente. Estados Unidos de América por razones de poderío y por el falso concepto de la verdad absoluta, no le concedió al triunfo de la insurrección en contra de la dictadura de Batista, el beneficio de la duda. Apenas se instalaron en el poder las fuerzas populares que la derribaron, Washington la arremetió en su contra, con total inmadurez política y con un fanatismo que Torquemada e incluso las fuerzas ciegas que esas actitudes han desatado en Medio Oriente, envidiarían.
Juzgar a las personas sólo por su estilo de gobierno desmiente la verdad histórica. El documental muestra a un Fidel reposado, sencillo, sin ninguna pretensión, excepto la que equivocadamente le otorgan la leyenda y quienes ayudaron a tejerla. Incluso el avión en que viaja no tiene parecido con el de ningún jefe de Estado y mucho menos el de los presidentes de Estados Unidos, que semeja un palacio volante. Si durante su mandato ha contado con lugares, albergues y personal de servicio, no ha sido comparable con los disponibles por el más humilde de los gobernantes. Referirse a esto como muestra de privilegios, es torcer la realidad, porque sabemos que las funciones de gobierno requieren de esos tipos de infraestructuras. Y en última instancia, se justifica más aún, cuando por años la persona de Fidel Castro ha sido literalmente objetivo de caza de los órganos de inteligencia estadounidense.
Dicho esto, traigo a colación nuevamente el silencio en torno al documental, porque pienso que aún la prensa no quiere mostrar que lo anormal del proceso cubano no ha sido la persona de Fidel Castro, sino la situación de guerra creada por Washington alrededor ese país desde un comienzo. Aun cuando algunas personalidades como Obama, Kerry y otros funcionarios han hecho declaraciones que señalan a la política estadounidense como la culpable, los planteamientos de la prensa no alcanzan a explicar con claridad la actual situación cubana y sus pasados cincuenta y seis años.
"El Estado cubano, la sociedad cubana, su gente y sus gobernantes no han "sobrevivido" durante todo este tiempo. SON 56 AÑOS, VARIAS GENERACIONES LAS QUE HAN PASADO Y DURANTE TANTO TIEMPO NO SE SOBREVIVE, SIMPLEMENTE "SE VIVE". Este comentario lo hizo el periodista Jorge Dávila Miguel, uno de los panelistas que participó en el debate posterior al estreno del documental, en respuesta a Dan Restrepo, ex asesor del Presidente Obama, quien aseguraba en dicho debate, que Cuba normalizaba las relaciones con Estados Unidos por su “supervivencia”.
El entramado de la Nación, a pesar de los inconvenientes causados por la política de estrangulación adoptada por Washington, los errores heredados de la Unión Soviética y la inexperiencia para crear un Estado justo y una sociedad pujante y participativa, también ha aportado soluciones durante esos cincuenta y seis años, como señalara Jorge Gómez Barata, otro de los panelistas que habló desde Cuba.
Los sobrevivientes terminan por pedir clemencia y Cuba sólo pidió reconocimiento a sus propósitos y la condena internacional a la injusta guerra desatada por Estados Unidos en su contra. Guerra caliente a veces y Fría otras, la cual aún se mantiene.
Mostrar la figura de Fidel Castro en su dimensión humana es un gran acierto de CNN en Español, porque siempre ha sido caracterizado sobre un tanque de guerra combatiendo la agresión de Playa Girón o rebatiendo o denunciando a Washington. Segmentos como estos ayudan a entender el proceso y la lucha de la mayoría de la sociedad cubana en pro de un mejor estatus de vida. La realidad de un país sólo puede entenderse cuando sus figuras gobernantes se mezclan objetivamente con el alma del ciudadano más simple. El resultado de esto puede ser una escena de horror o una de admiración como sucede para muchos en el caso de Cuba.
Debo repetir lo dicho en otras oportunidades. Que Estados Unidos haya planteado establecer relaciones diplomáticas con Cuba más que un triunfo del pueblo cubano, es la muestra de la aberración indignante protagonizada por el país militar y económicamente más poderoso del planeta. El triunfo neto del pueblo cubano, es su disposición para la resistencia y su inflexibilidad ante su derecho a decidir su destino.
La prensa no le ha querido dar cobertura a este documental que bien vale la pena ver para entender el proceso cubano. Si Fidel Castro hubiese sido el tirano que los enemigos del proceso señalan, habría perecido hace años y la capacidad de ese proceso para auto reformarse no hubiese existido.
Como siempre, la excepción confirma la regla. CNN en Español ha sido la excepción y ojalá otros medios asuman esa política de ser objetivos, sin temor al balance obligado que toda prensa seria debe tener. Y al decir esto, incluyo la prensa cubana, la cual debía insistir en mostrar la cara humana de Fidel, al margen de políticas partidistas. Fidel más que un guerrero ha sido un estadista y en cierto modo, ejemplifica la voluntad colectiva de una sociedad.
Así lo veo y así lo digo.
14 de noviembre del 2015
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